IV Jornadas Nacionales de Psicología del Envejecimiento

19 Dic 2018

COP Comunidad Valenciana

Se han celebrado con gran éxito las IV Jornadas de Psicología del Envejecimiento, organizadas por el Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana, bajo el auspicio del Consejo General de la Psicología. Estas jornadas se celebran con frecuencia bienal, comenzando en 2012 dada la necesidad planteada por el Grupo de Trabajo de Psicología del Envejecimiento del Consejo de la Psicología de hacer visible la labor que el psicólogo lleva a cabo en este ámbito de intervención.

La inauguración de las Jornadas estuvieron a cargo de la vicepresidenta de la Generalitat y Consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra; el Alcalde de Alicante, Luis Barcala, Carmen Verdú, Diputada de Bienestar de las Personas y Francisco Santolaya Presidente del Consejo de la Psicología y decano del COP-CV. Mónica Oltra destacó entre los retos que tenemos con el envejecimiento, “combatir la soledad no deseada”, evitar la discriminación por razones de edad y la prevención de la violencia de género a los mayores, una cuestión que calificó de “invisibilizada pero presente”.

Durante los dos días, numerosos expertos/as realizaron y participaron en conferenciasmesas redondascomunicaciones orales y posters. Intervenciones, todas ellas, orientadas a cumplir con los siguientes objetivos:

  • Ofrecer modelos de intervención adaptados a los nuevos perfiles que presentan las personas que envejecen ahora y de los adultos que constituirán la vejez del futuro.
  • Adquirir conocimientos y compartir experiencias a través de las conferencias y mesas redondas en las que participaron especialistas en el envejecimiento, de reconocido prestigio profesional.
  • Sensibilizar a la sociedad científica y a la sociedad en general, sobre los recursos que ofrece la Psicología para atender las necesidades de las personas que pertenecen a este grupo de edad.

Entre los ponentes de las jornadas contamos con Sacramento Pinazo, que cuestionó sobre el rol que desempeñaremos en el futuro los profesionales de la psicología con las nuevas generaciones de mayores; Alicia Salvador que disertó sobre el afecto positivo y años de vida; y Mª Teresa Martínez que abordó el nuevo rol del psicólogo en la atención centrada en la persona.

Se abordó de manera interdisciplinar cuestiones como el entorno en el que vivir las personas mayores; las ciudades amigables con las personas mayores; y la depresión en el adulto mayor. Así como de manera específica desde diversos enfoques psicológicos: el cuidado de las emociones de los enfermos y de sus cuidadores; el deterioro cognitivo leve, nuevas terapias, y pasado, presente y futuro de la psicología del envejecimiento.

Las jornadas estuvieron centradas en dos focos: la prevención entendida como la preparación para un envejecimiento saludable, y la atención a las patologías tanto del que la padece como de los cuidadores.

A lo largo de todas las ponencias se repitió la importancia de que asuman protagonismo y participación las personas mayores, adoptando una actitud de Escucha por parte de los/las profesionales.

Se destaca el éxito y logro que supone el aumento de la esperanza de vida, lo que supone un reto para los/las profesionales de la psicología, ya que tienen que participar en la mejora de la calidad de la vida de las personas, compaginando cognición y emoción, trabajando en educar para envejecer, ayudando a eliminar estereotipos.

La intervención debe siempre estar centrada en la persona como ética y filosofía que guie todas nuestras actuaciones, para acompañar, tratar y orientar, poniendo el foco en la promoción de la autonomía. Centrándonos en la prevención se debe tener en cuenta el papel individual: motivando hacia la adquisición de hábitos saludables, dotando al individuo de recursos personales y sociales; y el plano comunitario del que se detallaron diferentes experiencias como las ciudades amigables o el cohousing, o la realización de actividades de arte, tertulias literarias, etc.

A pesar de la importancia de trabajar en todo el ámbito preventivo, se constata que todavía se encuentra el foco de los/las psicólogos/as del envejecimiento en el estudio y tratamiento de las patologías, fundamentalmente las demencias, así como la depresión, estrés o ansiedad, más que en los elementos positivos como la felicidad o el afecto positivo. En el trabajo con la depresión se sigue constatando la utilización en mayor medida de fármacos a pesar de la mayor eficacia de la psicoterapia, siendo imprescindible trabajar en las necesidades de apego, confort e identidad, así como en las emociones.

Los cuidados de las personas enfermas mayores siguen teniendo rostro de mujer, destacándose la importancia de trabajar en el autocuidado de los/las cuidadores/as, reconociendo las emociones que sienten como la culpa o la rabia, y previniendo el estrés derivado del cuidado.

De manera categórica se constata que la psicología funciona, debiendo de buscar el modelo más adecuado de intervención, poniendo el foco en los cambios a nivel emocional y en la reducción de síntomas conductuales, que redunden en la mejora de la calidad de vida, y permita salirse del rol de enfermo.

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