El Colegio de Psicología de Navarra mantuvo una reunión de trabajo con el Departamento de Salud Mental del Gobierno de Navarra.

La decana del Colegio de Psicología de Navarra, Rosa Ramos, y una de las coordinadoras del Grupo de Discapacidad Intelectual y/o Trastornos del Desarrollo del Colegio, Sonia Ganuza, mantuvieron recientemente una reunión con la gerente de Salud Mental del Gobierno de Navarra, Begoña Flamarique, para hablar sobre diferentes temas relacionados con personas con discapacidad intelectual.

La reunión tuvo como objetivo principal trasladar a Begoña Flamarique la preocupación que existe sobre la situación de las personas con discapacidad intelectual que presentan problemas de salud mental y/o alteraciones de la conducta. Se estima que la prevalencia de la enfermedad mental en la población española con discapacidad intelectual o del desarrollo es del 40% aproximadamente (Novell, Rueda y Carulla 2003), (Novell, Nadal, Smilges, Pascual y Pujol, 2008). Sin embrago, el diagnóstico de la enfermedad mental en esta población está eclipsado desde dos vertientes: por los profesionales clínicos, que en su mayoría no lo reconocen y tan solo valoran la discapacidad intelectual; y por los gestores sanitarios, que lo desplazan del ámbito de actuación de la salud mental. De esta forma, muchas personas quedan sin ser diagnosticadas ni tratadas de forma correcta.

En la reunión se expuso el modelo de Gales como ejemplo. Lleva años funcionando y también fue implantado con gran éxito en Cataluña en el año 2003. En este modelo los servicios de salud mental para adultos con discapacidad intelectual se enmarcan dentro de un servicio de salud especializado para personas con discapacidad intelectual. Además se basa en fuertes alianzas entre los servicios sociales y el tercer sector y en la formación específica en discapacidad intelectual de las personas profesionales del sector. En la reunión se estableció un compromiso de coordinar acciones con el fin de recoger la demanda y dar respuestas.

Otro de los temas tratados tuvo que ver con la implantación de un tercer servicio de atención psicológica a la población navarra con el programa Psicap, aumentando el número de centros a tres. Se valoró también la falta de profesionales de Psicología Clínica para estar en listas y cubrir las demandas asistenciales en la Comunidad Foral.