La ONU advierte del impacto del COVID-19 sobre la salud mental de los y las menores

29 May 2020

Los/as niños/as no son la cara de esta pandemia, pero corren el riesgo de estar entre sus mayores víctimas. Si bien, afortunadamente, no se han visto gravemente afectados/as por los efectos directos del virus del COVID-19 sobre la salud (al menos hasta la fecha), se ha observado que la crisis actual está teniendo un efecto profundo en su bienestar.

Se prevé que, para algunos/as niños/as, este impacto será de por vida. Asimismo, se estima que los efectos nocivos de esta pandemia no se distribuirán por igual, siendo más perjudiciales para los y las menores que viven en los países de escasos recursos, en los barrios más pobres, y para aquellos y aquellas en situaciones ya desfavorecidas o vulnerables.

Así lo advierte la Organización de las Naciones Unidas en un nuevo informe, a través del cual analiza en detalle el impacto de la situación provocada por el COVID-19 sobre los niños y las niñas, e identifica una serie de acciones inmediatas dirigidas a los Gobiernos y a los encargados de formular políticas.

Foto: Elly Fairytale Fuente: pexels Fecha descarga: 13/05/2020

Tal y como señala la ONU, hay tres vías principales a través de las cuales los y las menores pueden verse afectados en esta crisis:

  • Mediante la infección con el virus: los datos muestran que los niños/as no parecen sufrir las reacciones sintomáticas graves observadas en los adultos. Aunque se han registrado casos de hospitalizaciones y muertes de niños/as a causa de este virus, parecen ser excepciones. Mucho más común son los numerosos niños y niñas que han perdido trágicamente a un padre, familiar o cuidador por el COVID-19. Para la ONU, es esencial no pasar por alto el elevado impacto psicológico y social de tal pérdida en los y las menores.

  • A causa del impacto socioeconómico inmediato derivado de las medidas para detener la transmisión del virus y poner fin a la pandemia; la sobrecarga y saturación de los servicios de salud, debido al gran número de pacientes infectados que requieren tratamiento, ha conllevado un menor acceso a niños/as y mujeres embarazadas a la atención estándar.

  • Los posibles efectos a largo plazo de la implementación demorada de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de garantizar los derechos de los niños.

En palabras de la Organización, “antes de esta crisis, vivíamos en un mundo que no cuidaba adecuadamente a los niños”: un mundo donde un niño menor de 15 años muere cada cinco segundos, uno de cada cinco niños presenta desnutrición, más de la mitad (53%) de los niños de 10 años en países de bajos y medianos ingresos (hasta cuatro de cada cinco niños en países pobres) no pueden leer y comprender historias sencillas, etc. En este contexto, la ONU lamenta que, cuanto mayor sea la duración de la crisis actual, más dramáticos serán los impactos en estos/as niños/as.

En su informe, la Organización alerta de las múltiples maneras en que la crisis provocada por el coronavirus está afectando a los/as más pequeños/as:

Caída en la pobreza: la crisis económica actual amenaza los medios de vida de millones de hogares con niños/as en todo el mundo. Se estima que 42-66 millones de niños podrían caer en la pobreza extrema como resultado de la crisis de este año 2020, lo que se suma a los 386 millones de niños que ya se encontraban en la pobreza extrema en 2019.

Exacerbación de los problemas de aprendizaje: numerosos países han impuesto como medida el cierre de escuelas, lo que afecta a más de 1.500 millones de niños, niñas y jóvenes. Las pérdidas potenciales que pueden acumularse en el aprendizaje para la generación joven actual y para el desarrollo del capital humano son difíciles de comprender. Para minimizar estas pérdidas, muchos centros educativos están ofreciendo educación a distancia a sus alumnos/as; sin embargo, esta opción solo está disponible para algunos. Si bien más de dos tercios de los países han introducido una plataforma nacional de educación a distancia, entre los países de bajos ingresos, la participación es solo del 30%. Antes de esta crisis, casi un tercio de los y las jóvenes en todo el mundo ya estaban excluidos digitalmente.

En el caso de los niños y las niñas con discapacidades y necesidades especiales, la atención específica es aún más difícil a través de programas a distancia.

Amenazas para la supervivencia y la salud infantil: el impacto directo de la infección por coronavirus en los niños y las niñas ha sido, hasta la fecha, mucho más leve que en otros grupos de edad. Los datos preliminares de casos observados en otros países sugieren que las tasas de hospitalización para niños sintomáticos son entre 10 y 20 veces más bajas que para las personas de mediana edad, y de 25 a 100 veces más bajas en comparación con las personas mayores. De los pacientes hospitalizados, los niños son quienes presentan menor probabilidad de requerir cuidados críticos. No obstante, la ONU recuerda que hay que ser extremadamente precavidos a la hora de realizar inferencias, dados los datos limitados con los que aún contamos y los contextos variados en los que COVID-19 se encuentra en general.

En contraste con el impacto directo de este virus, los efectos más amplios de la pandemia en la salud infantil son significativos. La reducción de los ingresos del hogar obligará a las familias con bajos niveles socioeconómicos a recortar los gastos esenciales en salud y alimentos. Las dificultades económicas experimentadas por las familias como resultado de la recesión económica mundial podrían provocar muchas muertes infantiles adicionales en 2020, revirtiendo, en tan solo un año, el progreso alcanzado en la reducción de la mortalidad infantil en estos últimos 2-3 años. De hecho, advierte, “estas cifras alarmantes ni siquiera tienen en cuenta los servicios interrumpidos debido a la crisis”: solo reflejan la relación actual entre las economías y la mortalidad, por lo que “es probable que se subestime el impacto”.

La nutrición infantil es una preocupación vital: se espera un aumento de la desnutrición, ya que 368,5 millones de niños y niñas de 143 países, que normalmente dependen de las comidas escolares para obtener una fuente confiable de nutrición diaria, ahora deben buscar otras fuentes. Ese desafío se ve incrementado por el “shock económico” que enfrentan los hogares, que afectará negativamente las dietas de los niños y las niñas.

Asimismo, los riesgos para la salud mental y el bienestar infantil son considerables. Un motivo de preocupación son los efectos de las medidas de distanciamiento físico y las restricciones de movimiento en la salud mental de los y las menores. Los niños y las niñas enfrentan síntomas de ansiedad debido al impacto negativo de la pandemia en sus vidas y sus comunidades, y la incertidumbre con respecto al futuro. Para los niños que enfrentan privaciones extremas, el estrés agudo puede afectar su desarrollo cognitivo y provocar problemas de salud mental a más largo plazo.

Riesgos para la seguridad en la infancia: para la mayoría de los niños, el hogar representa una fuente de seguridad y protección. Empero, para una minoría, sucede lo contrario: las medidas de confinamiento conllevan un mayor riesgo de que algunos/as niños/as sean testigos o sufran violencia y/o abuso. Es más probable que tales actos de violencia ocurran mientras las familias están confinadas en el hogar y experimentan estrés y ansiedad intensos. El riesgo es considerable en el caso de aquellos y aquellas menores en situaciones de conflicto, así como los y las que viven en condiciones insalubres y de hacinamiento.

Por otro lado, la dependencia de los niños y las niñas de las plataformas online para el aprendizaje a distancia también ha elevado su riesgo de exposición a contenido inapropiado y a depredadores a través de Internet.

Dado lo anterior, la ONU considera necesario llevar a cabo de forma inmediata una serie de acciones, teniendo en cuenta tres prioridades:

  • Reequilibrar la combinación de intervenciones para minimizar el impacto del distanciamiento físico estándar y las estrategias de confinamiento en los niños y las niñas de países y comunidades de bajos ingresos y ampliar los programas de protección social para llegar a los y las más vulnerables.

  • Priorizar la continuidad de los servicios centrados en el niño, con un enfoque particular en la igualdad de acceso. Estos servicios incluyen: educación, programas de nutrición, servicios de inmunización, atención materna y neonatal, servicios de salud sexual y reproductiva, servicios de salud mental y psicológicos y sociales, programas de protección infantil basados en la comunidad, y abordaje de casos que requieren atención personalizada complementaria, por ejemplo, personas con discapacidad y víctimas de abuso.

    Para la ONU, mantener la continuidad de los servicios durante una pandemia, particularmente en países que ya están experimentando una crisis humanitaria, requerirá que los responsables políticos emprendan medidas para:

    • Proteger a los niños de la violencia, el abuso o la explotación, y clasificar los servicios básicos de protección infantil como esenciales;

    • Transformar los enfoques de prestación de servicios que actualmente están limitados.

    • Realizar inversiones innovadoras en acceso a Internet y medios digitales que apoyen el aprendizaje, junto con inversiones complementarias en alfabetización digital y regulaciones que garanticen la privacidad, protección de datos y seguridad online de los niños y las niñas, tomando a su vez, medidas más enérgicas para protegerlos de posibles daños perpetrados a través de la Red.

  • Brindar apoyo práctico a los padres y cuidadores, incluyendo cómo hablar sobre la pandemia con los niños y las niñas, cómo manejar su propia salud mental y la de sus hijos e hijas, y herramientas para poder apoyarles en el aprendizaje.

En cada uno de los tres puntos anteriores, la Organización considera fundamental establecer protecciones específicas para los niños y las niñas en situación de vulnerabilidad (refugiados, desplazados, menores sin hogar, migrantes, pertenecientes a minorías, habitantes de barrios marginales, niños/as con discapacidades, niños institucionalizados, etc.).

Se puede acceder al informe desde la página Web de la ONU, o bien directamente a través del siguiente enlace:

Policy Brief: The Impact of COVID-19 on children

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