Alteraciones ejecutivas en el Trastorno Obsesivo Compulsivo: una revisión sistemática

27 Jul 2020

María Tubío Fungueiriño1, Montse Fernández Prieto2, Ángel Carracedo3 y Óscar F. Gonçalves4

1Universidade de Santiago de Compostela

2Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS)

3Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica (FPGMX)

4University of Minho (Portugal)

El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es una enfermedad compleja, muy heterogénea en su presentación, cuyos síntomas nucleares son la presencia de obsesiones (pensamientos, imágenes o ideas intrusivas e indeseadas) y/o compulsiones (acciones o pensamientos orientadas a inhibir la presencia de obsesiones) (American Psychiatric Association [APA], 2013). Así mismo, el TOC es una patología con presencia de múltiples comorbilidades, principalmente emocionales, causadas por el sufrimiento del paciente por la conciencia de su enfermedad. Tradicionalmente, el TOC se ha asociado a los Trastornos de Ansiedad por ser ésta la principal reacción causada por las obsesiones, aunque la última publicación del DSM-5 (APA, 2013) asigna al TOC una categoría propia: Trastorno Obsesivo Compulsivo y Trastornos Relacionados. Esta nueva categoría, basada en déficits inhibitorios, cambia el foco de la ansiedad de las obsesiones a dotar de mayor importancia al rol de las compulsiones, muy asociado con las funciones ejecutivas (FE).

Fuente: www.pexels.com Artista:
Burst Fecha descarga: 18/06/2020

Las FE son procesos operativos de alto nivel que regulan nuestra cognición, emociones y conductas. Los tres procesos ejecutivos más reportados en investigación son la capacidad para inhibir respuestas, la memoria de trabajo y la flexibilidad cognitiva (habilidad de ajustar la conducta a demandas ambientales cambiantes) (Diamond, 2013).

Múltiples estudios realizados hasta el día de hoy coinciden al mostrar que los pacientes diagnosticados de TOC presentan alteraciones en la flexibilidad cognitiva y en la memoria de trabajo: son pacientes más inflexibles, rígidos y perseverantes en las tareas que realizan, a la vez que presentan limitaciones en la actualización y gestión de la información de la tarea a realizar. Sin embargo, los resultados relacionados con la inhibición de respuesta permanecen inconsistentes debido al equilibro entre los estudios que hallan diferencias en inhibición a nivel conductual y los que no. Con todo eso, en algunas situaciones donde la inhibición de respuestas de los pacientes con TOC no se veía afectada, se observaron diferencias en la activación cerebral, sobre todo relacionada con la corteza prefrontal. Es muy probable que estas alteraciones en comparación con personas sanas estén reflejando una respuesta cerebral compensatoria que les permite mantener una adecuada ejecución inhibitoria.

La corteza frontal, principal centro organizador de las funciones ejecutivas, también participa en la regulación emocional. Existen múltiples evidencias de que los pacientes con TOC presentan alteraciones en la corteza prefrontal, así como también en regiones talámicas (Gonçalves et al., 2016), por lo que es importante conocer cuál es la alteración primaria: ¿la emoción o el control ejecutivo?. Algunos estudios han tratado de comprobar si las emociones están provocando algún tipo de modulación en las funciones ejecutivas. Existen evidencias de que tanto la inhibición de respuestas como la flexibilidad cognitiva parecen estar afectadas en paradigmas que inducen emociones negativas como son estímulos con carga negativa o la presencia de contingencias aversivas.

En conclusión, las evidencias parecen indicar que:

  • Los pacientes con TOC parecen presentar una alteración en las FE.
  • Esta alteración de las FE parece estar modulada por emociones negativas.
  • Una adecuada ejecución inhibitoria podría estar modulada por una actividad cerebral compensatoria.

Estos resultados son muy preliminares, por lo que futuros estudios deberán examinar el funcionamiento ejecutivo mediante el uso de paradigmas que empleen estímulos emocionales y estímulos no emocionales. Para ello, será clave el uso de muestras más amplias y representativas. La representatividad de estas muestras debe controlar las variables que acompañan su patología: la cronicidad del trastorno, la presentación del tipo de síntomas y la severidad de los mismos, son las variables dependientes del trastorno que lo hacen tan diverso. Pero también las comorbilidades deben tenerse en cuenta: el TOC es un trastorno que muy pocas veces se manifiesta puro, por lo que la concomitancia de síntomas ansiosos, depresivos o de cualquier otro tipo debe valorarse en los análisis. También la administración o no de tratamientos psicológicos y/o farmacológicos y sus dosis son una importante variable en este tipo de estudios, puesto que los elevados efectos secundarios derivados de las altas dosis que requiere el tratamiento del TOC pueden no permitir mostrar el trastorno.

Así mismo, es de vital importancia incorporar evidencias sobre alteraciones tanto funcionales como estructurales del cerebro que pueden presentar los pacientes con TOC. Debe mostrarse especial atención al bucle cortico-estriado-talámico-cortical, muy implicado en el desarrollo de sintomatología ansiosa y depresiva y que incluye áreas relacionadas con las emociones y el funcionamiento ejecutivo.

Tabla 1

El artículo completo puede encontrarse en la revista Psicothema:

Fungueiriño, M. T., Prieto, M. F., Carvalho, S., Leite, J., Carracedo, Á., & Gonçalves, Ó. F. (2020). Executive impairments in Obsessive Compulsive Disorder: A systematic review with emotional and non-emotional paradigms. Psicothema, 32(1), 24-32.

Referencias:

American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed.). Washington, DC: American Psychiatric Association.

Diamond, A. (2013). Executive functions. Annual Review of Psychology, 64, 135–168. http://doi.org/10.1146/annurev-psych-113011-143750.

Gonçalves, Ó. F., Carvalho, S., Leite, J., Fernandes-Gonçalves, A., Carracedo, A., & Sampaio, A. (2016). Cognitive and emotional impairments in obsessive–compulsive disorder: Evidence from functional brain alterations. Porto Biomedical Journal, 1(3), 92–105. http://doi.org/10.1016/j.pbj.2016.07.005.

Tubío-Fungueiriño, M., Fernández-Prieto, M., Carvalho, S., Leite, J., Carracedo, A., & Gonçalves, Ó. F. (2020). Executive impairments in Obsessive Compulsive Disorder: A systematic review with emotional and non-emotional paradigms. Psicothema, 32(1), 24-32.

 

María Tubio-Fungueiriño es estudiante predoctoral en la Universidad de Santiago de Compostela. Actualmente trabaja como investigadora en la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica.

 

Montse Fernández-Prieto, Doctora en Psicología. Investigadora Parga Pondal en la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica. Actualmente trabaja como investigadora en el grupo de Medicina Xenómica en la línea de Trastornos del Neurodesarrollo.

 

Ángel Carracedo, Catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Santiago (USC) y Director del Instituto de Medicina Legal de la USC. Director de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica, Director del Centro Nacional de Genotipado-(PRB2, ISCIII). Sus principales líneas de investigación actuales incluyen la genética de las enfermedades de neurodesarrollo, el cáncer, las enfermedades raras y la farmacogenómica.

 

Óscar Gonçalves, Catedrático de la Universidade do Minho, es también Director del Departamento de Psicologia Básica y Senior Research Associate del Spaulding Neuromodulation Center (Spaulding Rehabilitation Hospital-Harvard Medical School). Es doctor en Psicologia por la Universidad de Massachusetts y doctor en Neurociencia por la Universidad de Santiago de Compostela.

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