SABER QUE UNO NO SABE: ENTREVISTA A BERNABÉ TIERNO

7 Jul 2006

Bernabé Tierno, psicólogo y pedagogo, ha publicado recientemente el libro Hoy, aquí y ahora. Desde hace 30 años investiga sobre las causas del fracaso escolar y ensaya estrategias para una enseñanza y un aprendizaje más eficaz. En esta entrevista, ofrece algunas reflexiones sobre aspectos de rabiosa actualidad, relacionados con el fracaso escolar, la enseñanza, la importancia de valores como el esfuerzo o la felicidad.

ENTREVISTA

Es frecuente, en la actualidad, la alusión en los medios de comunicación al incremento del fracaso escolar entre nuestros estudiantes. ¿Cuáles son, según su opinión, factores clave para el éxito o el fracaso escolar?

El primer paso para aprender es saber lo que uno sabe o no sabe.

Empecé muy pronto en los periódicos, hace muchísimos años. Cuando me inicié en la escritura, ya entonces, en el periódico, se editaban unas fichas para aprender a estudiar que había ideado con este objetivo, hablamos del año 79 u 80. Esas fichas se convirtieron más tarde en libro, «Cómo estudiar con éxito». Cuando doy cursos o conferencias utilizo unas fichas similares de autoevaluación del estudiante, porque permiten aumentar la metacognición, el conocimiento del propio conocimiento, lo que le sirve a los alumnos para darse cuenta de cómo van en los estudios.

 

Bernabé Tierno

Con estas fichas, el estudiante se evalúa a sí mismo en cinco variables. Lo hace en cada asignatura, durante los cambios de clase. Esto le da la oportunidad de apreciar cómo se ha comportado en cada uno de esos cinco aspectos determinantes para el éxito escolar, que incluyen la atención, aclarar dudas –preguntar al profesor-, salir voluntario –participar-, estar a gusto y realizar tareas en casa, fomentando la responsabilidad. Reflexionar y observarse a sí mismos, les facilita evaluarse en el estudio. La observación en sí ya permite ver un problema o una situación con más profundidad y centrarse. Éstas son estrategias importantes para que el estudiante pueda convertirse en un buen estudiante. Que el alumno aprenda a conocerse como estudiante es central, el primer paso.

Es también muy importante que ni padres ni profesores hagan crítica sobre los aspectos que he mencionado, hay que dejar que los alumnos se hagan la crítica a sí mismos. Con esto se fomenta la responsabilidad en el alumno, se potencia que el estudiante se felicite a sí mismo, que no se dé mensajes negativos y sí se dé mensajes positivos. La idea de fondo es que uno puede convertirse en aquello que piensa de sí mismo, por lo tanto, hay que pensar bien. Que el ser humano confíe en sí mismo es determinante.

Entiendo que hay dos aspectos clave en las técnicas de estudio:

Un primer aspecto, es lo que llamo explorar/examen previo: el hemisferio cerebral derecho es el globalizador, el que nos da una visión de conjunto de las cosas. Es necesario que el estudiante entienda y se comprometa a explorar, a ver sobre qué trata un tema y aprender todo lo que pueda sobre ese tema. Primero ha de leer la lección y de esa manera luego puede aclarar dudas. Un paso posterior es resumir, comprender la estructura de la lección, aunque lo haga mal, sintetizar, contársela a alguien. Y, después, el alumno debe hacerse preguntas: ya sabe lo que no sabe y eso ya es saber, así puede preguntar partiendo de ahí.

Un segundo aspecto, es lo que llamo lectura comprensiva: el alumno debe saber que, puesto que existe una curva del olvido, los repasos periódicos son esenciales; también que es importante escribir y comprobar lo que uno ha aprendido.

Este tipo de cuestiones, relacionadas con las técnicas de estudio y con las características particulares de los estudiantes y del aprendizaje, deberían dominarlas los profesores. Existe mucha reticencia en relación a este tipo de programas. Tener en cuenta estas cosas supone dedicación, supone hablar con el estudiante y, en muchos casos, los profesores no quieren esforzarse.

La cantidad de Psicología y Pedagogía que se necesita para moverse en estos parámetros es grande: tener en cuenta cómo tú estás formando al estudiante para que tenga confianza en sí mismo, que tenga autoestima, que disfrute con lo aprendido. En un libro que escribí hace tiempo «Las mejores técnicas de estudio» recogía todo esto. Ser maestro exige unas capacidades, entre ellas, capacidad de esfuerzo, y esa capacidad de esfuerzo hay que transmitirla.

Apuntan algunos psicólogos, que la sociedad actual fomenta y anima comportamientos permisivos e impone pocos límites a niños y jóvenes. Indican que parece que los adultos nos hubiéramos olvidado de que el compromiso moral es una parte imprescindible del desarrollo ¿cabe decir que se está dando una pérdida de los valores de compromiso, esfuerzo, autosuperación, y que esto influye tanto en la tasa de fracaso escolar como en la violencia en las escuelas? ¿De qué manera pueden padres y escuela fomentar el desarrollo moral en los adolescentes?

 

Las clases tendrían que darlas personas con una formación pedagógica y humana importantes. Al fin y al cabo, todo es educación. Un país es educación. La educación es lo más importante, e invertir en ella no es sólo invertir dinero, sino invertir en formas y métodos educativos adecuados. Sería importante que a los profesores con los que contamos se les formase más, se les motivase más, se les ofreciera mayor oportunidad de reciclarse…. pero para eso es necesario que haya alguien que les motive, que les dé seguridad, formación.

¿Quién puede ayudar en esto? Personas que sepan sobre Psicología y educación y que, conociendo lo que funciona, lo ofrezcan. Es importante que el profesor esté orgulloso de serlo, que disfrute enseñando, que pueda estar tranquilo en el aula y que sepa que le van a respetar. Es importante motivar y estar motivado. Pero, ¿quién motiva a los motivadores? ¿Va a haber psicólogos que ayuden a motivar? Los profesores están desatendidos, muchos padres piensan que se lleva a los hijos al colegio para que los profesores les eduquen y no son conscientes de que la educación la hacemos todos. ¿Dónde están las escuelas de padres? ¿Quién forma a los formadores? Deberían promocionarse estas iniciativas, y dar la oportunidad de que especialistas en aprendizaje, en motivación, en salud y adaptación, es decir, psicólogos, pagados por el Estado, pudieran formar a formadores. La experiencia vale mucho.

Lamentarse por el fracaso escolar es fácil, pero no se dan soluciones. Los estudiantes no saben estudiar y esto hay que enseñarlo, y hay que hacerlo pensando que tenemos un problema. Hoy, además, se ha bajado el listón para aprobar. Al profesor hay que ayudarle, prepararle, motivarle, puesto que le vamos a exigir, hay que capacitarle y debe existir un cierto control.

Los inspectores se meten muy poco en la cuestión pedagógica, muchos no tienen formación en este campo, y es algo que debe controlarse.

 

Más que inspectores, lo que se necesitan son coordinadores pedagógicos con capacidad de organizar e innovar. No se lucha contra el fracaso escolar poniendo ordenadores, se lucha contra el fracaso escolar si personas capacitadas y preparadas se reciclan constantemente, si se habla con los padres y se les da formación, si cualquier familia puede participar en actividades organizadas para los padres, aprender cómo motivar a los niños, como conseguir respeto…

Queremos solucionar las cosas sin ir a la base y sin entender el por qué de lo que ocurre. La educación es más que invertir en materiales, hay que invertir en recursos humanos y, además, pagarlo bien… Desafortunadamente, los psicólogos intervienen poco o nada en el diseño de programas educativos.

Poner límites a los niños es importante, es parte de la enseñanza. ¿Qué es lo más importante de un ser humano? La motivación, que quiera hacer algo. Sin embargo, antes de hacer algo es necesario que exista una autodisciplina, te tienen que exigir. Al principio el niño necesita la obediencia. La obediencia es necesaria para muchas cosas, por ejemplo, para evitar que el niño meta los dedos en un enchufe. Mientras el ser humano se forma tiene que fiarse del adulto, que es quien le forma y, en ese sentido, la obediencia es necesaria. Cuando la gente no comprende por qué es importante poner límites y dice que «hay que dejar al niño hacer lo que quiera«, se está equivocando. El niño tiene que aprender y tiene que aprender del ejemplo, practicando, equivocándose, etc. Pero cuando se habla con algunos profesores sobre estas cuestiones, se comprueba que no les han dado la formación suficiente desde el punto de vista psicológico y pedagógico para este tipo de aspectos esenciales y fundamentales. También damos por hecho que los padres saben educar, pero ¿dónde se enseña a los padres a educar? Damos por hecho que la gente sabe convivir, pero ¿dónde se enseña la convivencia? Criticamos que hay mucha violencia en el hogar, en las escuelas, pero vemos en televisión que se permite que determinadas personas cobren 4 o 5 millones de las antiguas pesetas por insultarse públicamente y desacreditarse. Esa violencia es la que ven los chavales, y es la que aprenden, y los psicólogos sabemos que de la violencia verbal, es fácil pasar a la violencia física. Es un contrasentido.

El fracaso escolar tiene mucho que ver con lo que el estudiante ve en casa. Ha de aprender en su casa la importancia que tiene la lectura, observar que se disfruta con lo que se aprende, y que el saber es importante.

Varias encuestas reflejan que el número de horas que pasan los niños frente al televisor ha aumentado sensiblemente en los últimos años ¿en qué medida están influyendo estos modelos en nuestros niños y adolescentes? ¿Qué pueden hacer los padres en relación a esto?

De cara a la televisión ¿qué programas existen que inviten a saber? Si no hay nada más que vaciedad y estupidez. Niñas y jóvenes que se han hecho famosos por tener relaciones sexuales con alguien y que hablan mal e insultan, usan laísmos, dequeísmos… Todas esas expresiones, se quedan en los niños. La cultura va en involución. Ahora cualquier persona que escribe un libro sobre un tema importante no interesa a los programas de televisión. La cultura lo tiene muy difícil. Igual que hay muy poca gente que se considere feliz porque se lo pone muy difícil a la felicidad, necesita muchas cosas para ser feliz, hay mucha gente que se lo pone difícil al saber y al aprender, y a ser una persona medianamente culta, educada y correcta.

«El Tomate», programas donde diariamente se «despelleja» a alguien, ¿qué tienen de positivo de cara a la sociedad? Obviamente dan audiencia y dinero, pero alientan la parte más estúpida y menos noble del ser humano, ¿quién va a querer estudiar si el estudiar supone una reflexión y un esfuerzo, aunque también suponga disfrutar con lo que se aprende? El trabajo del estudio supone un esfuerzo muy importante, uno ha de poner toda su mente a funcionar para extraer una información y hacerla suya, y después saber utilizarla y relacionarla con otra información. Todo eso es difícil y hoy la gente va al «momento», al disfrute fugaz y momentáneo, efímero.

El estudio supone el reposo, la reflexión, saborear aquello que se aprende e interesarse de verdad, así como ver en qué medida se puede utilizar. No es fácil. Aprender, estudiar, el saber son un trabajo que requiere tiempo, paz, calma, reflexión… y eso hay que enseñárselo a los niños casi desde la cuna. Es importante contestar las preguntas a los niños. Es importante el modelo que se ofrece. Si ven a los padres leyendo, esforzándose y trabajando es más fácil que lo aprendan. También es importante entender que al niño le cuesta esfuerzo y valorárselo. Hay que hacerlos fuertes.

¿Qué ha ocurrido para que se haya dado una desvalorización del esfuerzo, una cultura del refuerzo inmediato y de lo efímero?. Existen felicidades momentáneas y otras felicidades que producen satisfacción. Ver que uno es útil, que ayuda a otros es la felicidad con mayúsculas, pero eso no tiene espacio en los medios de comunicación. ¿Dónde están los modelos? ¿Dónde aparece gente que participe en voluntariado social, matrimonios que dedican su vida a la ciencia? Habría que promoverlo también, mostrar en los medios gente con valores como el respeto al otro. ¿Dónde está el respeto en programas donde las personas se insultan unas a otras? ¿Por qué tengo yo derecho a meterme con alguien o a mostrar la vida particular de esa persona? Nuestros niños, si ven que eso es lo que funciona, y que la gente que sale victoriosa y gana dinero y se hace famosa es la que sale en los medios, es lo que aprenden. Los valores están pisoteados.

Me preocupa que haya muchos estudiantes que tienen miedo a sacar buenas notas y ser buenos porque eso no es «guay». Si se portan bien y estudian, les consideran «imbéciles» y están arrinconados. Cuando la gente buena tiene problemas en una sociedad, algo está pasando. ¿Quiénes ganan hoy dinero? Quienes llegan a Gran Hermano, en donde se gritan e insultan. Eso es sembrar la vaciedad. ¿Qué investigadores o científicos tienen cabida en este espacio? ¿Quién va a querer ser científico, investigador? Le saldrá de dentro pero no cuentan con referentes. ¿Qué referentes tenemos en la sociedad ahora mismo? Hoy quieren ser como Yola Berrocal, y los grandes temas de este mundo tienen que ver con quién se separa o se lía con quién… Y eso lo están percibiendo nuestros niños.

¿Qué ven desde pequeños? De 14 años para abajo deben tener controlado lo que ven en televisión. Parece que no hay noticias positivas, no se da espacio a lo que consiguen los grupos investigadores. Las nuevas tecnologías son estupendas pero, ¿en qué medida le están sirviendo al ser humano para humanizarse más? La televisión no humaniza. El móvil, Internet… ¿Qué hacemos con la educación, que reside fundamentalmente en la familia y en la escuela?

Los gobiernos tienen que darse cuenta de que los medios de comunicación están para informar, divertir y colaborar para la formación. Y si existen cosas que contribuyen a un mayor deterioro: falta de respeto, no promover capacidad de esfuerzo… Si generan violencia, por lo menos debemos poder denunciarlo.

Todo tiene que ver con el entorno en que vivimos. A mí me parece determinante que los adultos reflexionemos sobre qué le estamos dando a nuestros niños. Ya Bandura hablaba de ello, de la importancia de los referentes, los modelos; el niño imita absolutamente todo. Aprendemos a través del mimetismo. Tendemos a imitar y al final, un padre respetuoso con su esposa, que participa, que ayuda en la cocina… está formando a ese hombre para que no sea machista, para que ayude en casa. Todo eso se aprende, el ejemplo es fundamental, ¿dónde pueden nuestros jóvenes ahora aprender esto?

 

El número de escenas violentas y la violencia verbal en los medios de comunicación ha aumentado notablemente, sobre todo en televisión. Hay unas dosis de violencia verbal muy altas. La violencia física también es frecuente en televisión. Se aprende violencia desde los primeros años. Se percibe más violencia, y la televisión es una caja de resonancia. No existen temas de verdadero contenido. Hoy la televisión se ha convertido en la gran «educadora», los modelos que salen de ahí son ejemplos a seguir. Además, hoy día el violento lo tiene fácil.

Me interesa el ser humano y que la gente sea feliz, porque la gente feliz hace también más felices a los demás. La frustrada lo que hace es rebosar esa frustración por algún sitio. Interesa transmitir esos valores relacionados con el respeto, el esfuerzo, transmitir que muchas cosas importantes se consiguen con esfuerzo, que el esfuerzo es estupendo, que la felicidad tiene que ver con no tenerlo todo porque somos seres dinámicos que, lógicamente, si tuviéramos todo no seríamos tampoco felices.

Es en el camino, en el llegar, mientras estás con el proyecto, que estás disfrutando, incluso más que al llegar al final. Llegar es estupendo, pero el proceso, la ilusión, el tiempo invertido es fundamental. Pasa igual en el amor. Hay muchas parejas que se vienen abajo muy pronto porque no hacen el trayecto suficiente de ternura, de afecto y quieren llegar y punto, ¿a dónde? no se sabe; y mientras tanto, no han pensado que es importante cómo es el carácter de esa persona, en qué medida hay unos puntos en común… El disfrute está en el camino hacia la meta. No es llegar a Santiago, sino hacer el Camino de Santiago, y en la vida disfrutamos en el camino y eso hay que enseñarlo. Igual pasa en las demás cosas.

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