LOS AFECTADOS DE ANOREXIA Y BULIMIA EN CANARIAS PIDEN MÁS PROFESIONALES ESPECIALIZADOS

1 Ago 2006

Según informaba ayer el rotativo ABC, en las Islas Canarias se cuentan entre trescientos y quinientos jóvenes -en su mayoría mujeres- que padecen anorexia nerviosa. Esta cifra se incrementa hasta los dos mil afectados, cuando se toman en consideración, así mismo, a las personas que padecen bulimia. Si, además, se unen a estos datos, los entre cinco mil y diez mil residentes que padecen algún tipo de trastorno de conducta alimentaria no especificada, las cifras sugieren la existencia de un problema grave al que es necesario dar respuesta.

La psicóloga de Alabente (Asociación Liberación de la Anorexia y la Bulimia), Nieves Santolaria, explicaba ayer lunes al periódico ABC que una de las principales reivindicaciones de pacientes y familiares es «la falta de profesionales especializados en las Islas», e indicaba también que, por ejemplo, en el Hospital Universitario de Canarias en Tenerife «la Unidad de Trastornos Alimentarios cuenta únicamente con dos camas».

 

De igual forma, Santolaria afirmaba al diario que «el ambiente en el que se trata a las jóvenes no siempre es el que más ayuda a la recuperación de las mismas, pues se incluyen en áreas de psiquiatría y no todas padecen este tipo de trastornos». Las cifras en la provincia de Las Palmas de Gran Canaria son similares, a lo que se une la escasez de centros de día que operen las 24 horas. Por este motivo, subrayaba la psicóloga de Alabente, «los casos más graves deben ser trasladados a la Península».

Una buena forma de atajar el problema, explicaba la psicóloga al rotativo, «es la prevención obligatoria». Santolaria indicó que sería muy positivo que en colegios y asociaciones se impartieran charlas preventivas sobre esta cuestión. La prevención se convierte en un aspecto central, y una de las claves es saber alimentarse bien.

En este punto los medios de comunicación juegan un papel muy importante, tal y como destacaba esta profesional, al indicar que «si bien no ha encontrado graves errores en el tratamiento de este tipo de informaciones, el mayor problema puede darse en que los jóvenes a quiénes van dirigidas las mismas, no estén capacitados para recibirla. En lugar de prevenir, pueden usarla para lo contrario».

La psicóloga de Alabente fue más crítica con el rol que juega la publicidad, indicando a ABC que «en ocasiones, la publicidad no informa o simplemente engaña y da mensajes contradictorios». Continuaba explicando que «a este discurso, se suma el que personas relevantes de la sociedad den excesiva importancia a la imagen corporal o a la cirugía estética».

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