LAS CREENCIAS Y ACTITUDES SOBRE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN LA PAREJA: DETERMINANTES SOCIODEMOGRÁFICOS, FAMILIARES Y FORMATIVOS

26 Ene 2007

Victoria A. Ferrer Pérez, Esperanza Bosch Fiol, Mª Carmen Ramis Palmer y Capilla Navarro Guzmán

Universidad de las Islas Baleares

Actualmente la violencia contra las mujeres en la pareja se considera un problema social de primera magnitud y se analiza desde una perspectiva multicausal. Pero, incluso desde este punto de vista, se entiende que en la base de esta pirámide causal estaría una concepción sexista de los agresores, estrechamente ligada a la exacerbación del modelo masculino tradicional (Corsi, 1995; Heise, 1997). Dado este supuesto, analizar los determinantes de estas creencias y actitudes puede suponer una contribución relevante para desarrollar programas de prevención temprana contra esta forma de violencia que sean más efectivos.

 

La investigación sobre el tema denota la existencia de un efecto del género tanto en población adolescente como adulta, de modo que los chicos son significativamente más sexistas y tienen más actitudes benevolentes hacia los hombres; y las mujeres y las chicas se muestran más favorables hacia la igualdad de hombres y mujeres en el reparto de tareas del hogar y en la toma de decisiones familiares y hacia la participación de las mujeres en la vida pública y en puestos de responsabilidad.

Otro factor de riesgo sociocultural para la ocurrencia de violencia contra las mujeres en la pareja, también presente en muchos modelos multicausales, son las creencias y actitudes tolerantes con la violencia contra las mujeres en la pareja. Los predictores más importante de estas creencias y actitudes son el género y las actitudes de rol de género, de modo que los varones muestran actitudes más tolerantes hacia los maltratadores y hacia la violencia en la pareja. Así, las creencias sobre roles tradicionales, la subordinación de las mujeres a los varones, la restricción de los derechos de las mujeres y la dominación masculina estarían relacionadas con la tendencia a culpabilizar a la víctima, a legitimar las actitudes y comportamientos de los maltratadores y a sostener mitos sobre la violencia de género. También se ha observado que a mayor nivel educativo, menor es el nivel de tolerancia hacia la violencia contra las mujeres en la pareja.

A la vista de estos resultados, este trabajo analiza el papel de algunos factores sociodemográficos, familiares y formativos como determinantes de las creencias y actitudes sexistas y tolerantes hacia la violencia contra las mujeres en la pareja en una muestra de 1.395 estudiantes de la Universidad de las Islas Baleares, compuesta por un 33,7% de varones y un 64,4% de mujeres, con una edad media de 23,03 años (rango: 18-58; d.t.: 4,64).

El cuestionario empleado en esta investigación incluía características sociodemográficas y de estudios, así como el Inventario de Pensamientos Distorsionados sobre la Mujer y la Violencia (IPDMV, Echeburúa y Fernández-Montalvo, 1997).

Los resultados muestran que las variables sociodemográficas, familiares y formativas estudiadas explican un pequeño porcentaje (entre el 5,5% y el 13,4%) de las puntuaciones en creencias y actitudes hacia las mujeres y hacia la violencia contra ellas, lo que supone que para delimitar con exactitud los determinantes de este tipo de creencias y actitudes es necesario seguir profundizando en su estudio. Sin embargo, y a pesar de esta limitación, los resultados obtenidos permiten avanzar algunas conclusiones.

En primer lugar, cabe destacar que la variable explicativa más importante en todos los casos (tanto para el IPDMV como para los cuatro factores estudiados) es el género, corroborándose el efecto de esta variable descrito en la literatura sobre el tema. Este resultado sugiere la necesidad de desarrollar acciones formativas dirigidas específica y diferencialmente a chicos y a chicas, diseñadas para lograr una adecuada efectividad en cada caso.

En segundo lugar, los resultados sugieren que la mayor experiencia vital de los/as estudiantes (incluyendo su edad, el hecho de trabajar o la participación en organizaciones no gubernamentales) aparecen como factores predictores de este tipo de creencias y actitudes, minimizando el sexismo y las actitudes y creencias favorables hacia la violencia contra las mujeres en la pareja.

En tercer lugar, se observa que la educación y los modelos familiares igualitarios contribuyen también a minimizar el sexismo y la tolerancia hacia la violencia contra las mujeres en la pareja, lo que refuerza la importancia de desarrollar planes de sensibilización hacia la igualdad de oportunidades destinados al conjunto de la población.

Finalmente, los conocimientos sobre el tema, tanto en forma de asignaturas específicas como en forma de cursos, seminarios, u otras actividades, así como el manejo de literatura especializada contribuirían también a minimizar el sexismo y las creencias hacia la violencia contra las mujeres en la pareja. Este resultado parece indicar la necesidad de incorporar estos contenidos a los diferentes niveles educativos, tal y como, por otra parte, señala la legislación vigente (Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, LO 1/2004, de 28 de diciembre).

 

En definitiva, los resultados obtenidos sugieren la necesidad de seguir trabajando para construir una sociedad más equitativa entre géneros, que ofrezca modelos más igualitarios y donde, además, se ofrezca a chicos y chicas una formación específica sobre igualdad entre géneros y sobre violencia contra las mujeres, que permita reducir tanto el sexismo como las actitudes tolerantes hacia esta forma de violencia y, de este modo, contribuir a su prevención. Evidentemente, ese trabajo debe desarrollarse de forma amplia y general para acceder a toda la población pero, a la vista de resultados obtenidos, cabe sugerir la necesidad de realizar actuaciones diferenciales, trabajando de modo más insistente para llegar hasta los chicos.

Ver referencias.

Nota: Este trabajo se realizó en el marco de un proyecto de investigación financiado por la Universitat de les Illes Balears (UIB2003/10).

La versión original de este artículo puede encontrarse en la revista Anales de Psicología: Ferrer Pérez, V.A., Bosch Fiol, E., Ramis Palmer, M.C. y Navarro Guzmán, C. (2006): Las creencias y actitudes sobre la violencia contra las mujeres en la pareja: determinantes sociodemográficos, familiares y formativos. Anales de Psicología, Vol. 22 (2), 251-259.

Sobre las autoras:

Victoria A. Ferrer es Doctora en Psicología y Profesora Titular de la Facultad de Psicología de la UIB, miembro del grupo de investigación Estudios de género de esta universidad, responsable de género del Observatorio para la Igualdad de la UIB y co-directora de la Universitat d’Estiu d’Estudis de Gènere (Universidad de Verano de Estudios de género). Es co-autora de El laberinto patriarcal. Reflexiones teórico-prácticas sobre violencia contra las mujeres (Antrophos, 2006), La voz de las invisibles. Las víctimas de un mal amor que mata (Cátedra, Colección Feminismos, 2002) o Historia de la misoginia (Antrophos, 1998).

Esperanza Bosch es Doctora en Psicología y Profesora Titular de la Facultad de Psicología de la UIB, miembro del grupo de investigación Estudios de género de esta universidad, directora del Observatorio para la Igualdad de la UIB y co-directora de la Universitat d’Estiu d’Estudis de Gènere (Universidad de Verano de Estudios de género). Es co-autora de El laberinto patriarcal. Reflexiones teórico-prácticas sobre violencia contra las mujeres (Antrophos, 2006), La voz de las invisibles. Las víctimas de un mal amor que mata (Cátedra, Colección Feminismos, 2002) o Historia de la misoginia (Antrophos, 1998).

M. Carmen Ramis es Doctora en Psicología, Profesora colaboradora de la Facultad de Psicología de la UIB y miembro del grupo de investigación Estudios de género de dicha universidad.

Capilla Navarro es Becaria del Observatorio para la Igualdad de la UIB y miembro del grupo de investigación Estudios de género de esta universidad. Actualmente está cursando la Suficiencia Investigadora dentro del programa de doctorado de Psicología de la UIB.

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