La incertidumbre y el estrés generados por la actual pandemia de COVID-19, combinados con una interrupción en los hábitos y las rutinas diarias, pueden haber llevado a algunas personas a desarrollar hábitos de consumo poco saludables, entre ellos, un mayor consumo de alcohol.

Así lo afirma la APA (American Psychological Association-Asociación Americana de Psicología) en un artículo publicado en su revista Monitor on Psychology, donde aborda el grave problema del consumo de alcohol durante la pandemia y el rol importante de los psicológos y las psicólogas en la prevención e intervención de estas problemáticas.

Tal y como señala la Asociación, hay diversos factores estresantes -muchos de ellos omnipresentes en estos días-, que pueden fomentar una mayor dependencia del alcohol, tales como la inseguridad financiera o los problemas de conciliación familiar y laboral. Según datos del Instituto Nacional sobre Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA), el abuso de alcohol incrementa la posibilidad de contraer el virus, ya que puede dañar el sistema inmunológico del cuerpo. Asimismo, existe el riesgo de que las personas con problemas de alcohol sean más propensas a bajar la guardia sobre el distanciamiento, la limpieza de manos y otros protocolos de seguridad.

 

Autor: Anna Shvets Fuente: pexels Fecha descarga: 15/01/2021

Estudios previos realizados a raíz de eventos traumáticos, como huracanes y otros desastres naturales, señalan la probabilidad de que algunas personas aumenten su consumo de alcohol, posiblemente como un mecanismo de afrontamiento relacionado con el estrés. No obstante, la APA indica que algunas de las restricciones de seguridad impuestas tras la pandemia, como limitar las reuniones sociales o el cierre/restricción horaria de bares y restaurantes, pueden haber sido positivas en determinados casos, cambiando las rutinas de algunas personas de manera beneficiosa.

El artículo pone de manifiesto el papel clave que desempeñan los psicólogos y las psicólogas en la detección de problemas de consumo de alcohol, así como en su prevención e intervención. Un profesional de la Psicología cuenta con formación para utilizar pruebas de detección de consumo de alcohol, o pedir a sus clientes/pacientes que beben que utilicen un registro para anotar cuándo y cuánto consumen, y enseñarles técnicas motivacionales, cognitivo-conductuales y de otro tipo para reducir el consumo.

Los/as psicólogos/as pueden enseñar también numerosas técnicas a través de la telesalud, desde la prevención del estrés basada en la atención plena hasta la terapia cognitivo-conductual, adaptando el enfoque a las circunstancias y el entorno del hogar de cada paciente, dice. También pueden incorporar la terapia de mejora de la motivación para ayudar a los pacientes a crear un plan práctico para cambiar su comportamiento con la bebida, pensar en las posibles barreras con anticipación y desarrollar habilidades para rechazar la bebida.

Fuente: APA 

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