EL DEPORTE Y EL AUTOCONCEPTO FÍSICO, VARIABLES MODULADORAS DEL RIESGO DE TRASTORNOS ALIMENTARIOS EN LA ADOLESCENCIA

25 Oct 2007

Alfredo Goñi y Arantzazu Rodríguez

Universidad del País Vasco (UPV)

Es bien conocido que los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), tales como la anorexia y la bulimia nerviosa y sus subtipos, afectan ante todo a la población femenina, muy especialmente durante la adolescencia. Ahora bien, ¿hasta qué punto el riesgo de que la población adolescente no-clínica padezca tales trastornos varía en función de factores que pueden ser objeto de atención preventiva?

 

Mediante este estudio se pretendía esclarecer la afirmación genérica que identifica los TCA como una patología típicamente femenina y vinculada a la adolescencia; y, más concretamente, se pretendía precisar si el riesgo de padecer dichos trastornos: 1) es mayor en el tramo de 15-18 años que en el tramo de 12-14 años; 2) si guarda relación con el autoconcepto físico; 3) si tiene que ver con la actividad física practicada; y 4) si es siempre mayor en las mujeres adolescentes que en los adolescentes varones, con independencia de las tres variables citadas: tramo de edad, autoconcepto y práctica deportiva.

Participaron en el estudio 740 adolescentes, 366 hombres (49,46%) y 374 mujeres (50,54%), con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años (X= 14.33 años; DT= 1.41). Los participantes respondieron al Eating Disorders Inventory (EDI), de Garner y Olmsted (1984), un cuestionario destinado a evaluar conductas y pensamientos propios de los TCA; completaron también un cuestionario acerca de sus hábitos de actividad física; y cumplimentaron el Cuestionario de Autoconcepto Físico (CAF), de Goñi, Ruiz de Azúa, y Rodríguez (2006).

Resultados

Los datos obtenidos permiten afirmar que el riesgo de padecer trastornos alimentarios, tal como lo indican unas puntuaciones significativamente superiores en el EDI, es mayor en las mujeres que en los hombres, en el tramo de edad de 15-18 años que a la edad de 12-14 años; en personas con autoconcepto físico bajo; y en quienes realizan actividad físico-deportiva de forma esporádica, en comparación con quienes la realizan de forma habitual.

La insatisfacción corporal y las conductas bulímicas se incrementan, en efecto, en el segundo tramo de la adolescencia con independencia de que la práctica deportiva se realice de forma esporádica o habitual.

 

La insatisfacción corporal, igualmente, aparece asociada, en el grupo de 15 a 18 años, con puntuaciones bajas en el autoconcepto físico (tanto en la dimensión de condición física como en la de atractivo físico); siendo así que tal asociación no es significativa en el tramo de 12 a 14 años.

Las chicas de entre 15 y 18 años muestran un riesgo de padecer trastornos alimentarios significativamente mayor que los chicos.

Conclusiones

De los resultados del estudio:

1) Se desprende que el tramo de edad de entre los 15 y los 18 años reclama atención como etapa particularmente crítica, al menos con respecto a la primera adolescencia (12-14 años).

2) Se deduce también que los trastornos de alimentación conforman una patología propia de mujeres. La percepción del atractivo físico propio, por ejemplo, tiene un comportamiento diferente de un género a otro, no correlacionando con los trastornos en el caso de los varones pero sí en el de las mujeres.

3) Se deriva que las consabidas diferencias de género no son las mismas cuando tanto los chicos como las chicas realizan actividad física de forma habitual, ya que en tal caso, las diferencias entre ambos géneros persisten pero se reducen.

4) Así mismo, se concluye que tanto la edad como el autoconcepto y la actividad física son variables moduladoras del riesgo de padecer trastornos alimentarios.

Implicaciones

 

De este estudio se pueden extraer una serie de implicaciones que pasamos a comentar seguidamente:

1) La actividad física moderada correlaciona con una menor incidencia de patología alimentaria, por lo que resulta altamente recomendable.

2) Ahora bien, entre los asuntos que precisan más investigación figura el de la relación entre distintas modalidades e intensidades de actividad física y el bienestar psicológico, más allá de la clasificación dicotómica en adolescentes poco activos versus activos utilizada en este estudio.

3) El haber comprobado la fuerte asociación existente entre el riesgo de padecer trastornos alimentarios y un bajo autoconcepto físico, induce a incluir este último constructo no sólo en los diseños de investigación sobre la autopercepción del yo-físico, sino también en los programas de orientación. Y esto por dos razones básicas: De un lado, la utilización de cuestionarios como el CAF, que miden autoconcepto físico, puede convertirse en una forma rápida y económica de detectar precozmente sujetos con riesgo de padecer trastornos alimentarios entre población adolescente no-clínica. Por otra parte, una forma viable de educar con respecto a los TCA consiste en fomentar el desarrollo del autoconcepto físico a través de adecuados programas de intervención, a los que desde nuestro equipo de investigación se ha contribuido recientemente con el denominado Mírate Bien (Goñi et al., 2007).

Referencias

Garner D. M, Olmsted M. P (1984). Manual for the Eating Disorders Inventory. Toronto: Psychological Assessment Resources.

Goñi, A., Ruiz de Azúa, S., y Rodríguez, A. (2006). Cuestionario de Autoconcepto Físico. Manual. Madrid: EOS.

Goñi, A. et al. (2007). Mírate bien / Pozik zure itxurarekin. Vitoria-Gasteiz: Caja Vital Kutxa.

Este trabajo se basa en el artículo aparecido en la revista Salud Mental: Goñi, A., y Rodríguez, A. (2007). Variables associated with the risk of eating disorders in adolescence. Salud Mental, 30(4), 16-23.

Sobre el autor y autora:

Alfredo Goñi Grandmontagne es Catedrático de Psicología de la Educación en la Universidad del País Vasco. Coordina un grupo de investigación sobre el autoconcepto, en concreto sobre los dominios físico, personal y social del mismo.

Arantzazu Rodríguez Fernández es licenciada en Psicología y trabaja como personal investigador en formación (PIF) en la UPV. Ha colaborado, dentro del equipo del prof. Goñi, en el diseño del programa de intervención educativa para la mejora del autoconcepto físico Mírate Bien y está redactando una tesis doctoral sobre autoconcepto físico y bienestar psicológico.

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