PERFIL PSICOLÓGICO DE POTENCIALES DONATES Y NO DONANTES DE ÓRGANOS

19 Dic 2007

María J. Blanca(1), Belén Rando(1), Miguel A. Frutos(2) y Gema López-Montiel(1)

(1)Universidad de Málaga y (2)Coordinación de Trasplantes de Málaga

El trasplante de órganos es actualmente el único tratamiento que existe para algunas enfermedades, o el que proporciona mejor calidad de vida en el caso de otras. Por ello, la obtención de órganos para trasplante constituye una prioridad, siendo preciso que la población sea consciente de la necesidad de órganos, de las listas de espera para trasplante y de que se puede contribuir a salvar vidas a través de la donación.

Esta necesidad ha motivado la realización de diversas investigaciones, con objeto de conocer los factores que favorecen una actitud positiva hacia la donación y una respuesta positiva a la petición de órganos para trasplante. A pesar de que se hayan aplicado encuestas a la población general, otras variables psicológicas sólo han sido analizadas en grupos de estudiantes universitarios, que no sólo no representan a la población general, sino que además suelen ser claramente favorables a la donación. Por ello, el presente estudio ha sido diseñado para examinar algunas variables psicosociales y de personalidad en una muestra de población no universitaria.

Se han seleccionado participantes con niveles inferiores de formación y un rango de edad más amplio y se ha analizado el perfil psicológico de los potenciales donantes y no donantes en ese grupo. La muestra ha estado constituida por 100 ciudadanos con edades comprendidas entre los 18 y 73 años, de los cuales 58 eran mujeres y 42 hombres. Respecto al nivel de estudios, el 4,8% no ha completado la Primaria, el 30,1% posee la Primaria, el 42,2% ha cursado la Enseñanza Secundaria y 22,9% posee el Bachillerato.

Para identificar a las personas con intención de donar y de no donar en ese grupo, se ha aplicado el Cuestionario sobre Actitudes e Intención de Donar los Órganos y Tejidos, organizándolos según la respuesta dada a la pregunta Donaría mis propios órganos. El perfil psicológico correspondiente a cada grupo se ha construido sobre la base de las respuestas dadas a otras tres pruebas.

 

Por un lado, la Escala de Autoinforme de Altruismo de Rushton, Chrisjohn y Fekken (1981) ha proporcionado una medida del grado de prosociabilidad manifestado por los participantes, según la frecuencia con que llevan a cabo diferentes comportamientos de ayuda.

Por otro, el Inventario de Pensamiento Constructivo, CTI de Epstein (1987), en su adaptación española del Departamento I+D de TEA (2001), ha informado de la tendencia a pensamientos automáticos constructivos o destructivos, como resultado de las experiencias vividas por la persona. Además de una dimensión general de pensamiento constructivo, este inventario posee seis escalas de naturaleza bipolar, las cuales a su vez contienen diversas facetas. Puntuaciones altas en la dimensión general indican un pensamiento más adaptado en relación con las diferentes situaciones que se pueden presentar a lo largo de la vida, tendencia a actuar con decisión en situaciones controlables y a aceptar lo incontrolable sin excesiva ansiedad, adecuada aceptación de sí mismo y de los demás, tendencia a relaciones satisfactorias, y capacidad para usar eficazmente la inteligencia.

Finalmente, el Cuestionario Big-Five, de Caprara, Barbaranelli y Borgogni (1993), en su adaptación española de Bermúdez y Equipo Técnico de TEA (1995), ha proporcionado información sobre cinco dimensiones fundamentales de la personalidad: Energía, Afabilidad, Tesón, Estabilidad Emocional y Apertura Mental.

Los resultados muestran que el grupo cuya intención es no donar, presenta menor puntuación en comportamiento prosocial, es menos eficaz en sus actuaciones, con tendencia a acciones menos reflexionadas, y mayor tendencia al prejuicio, a la suspicacia y a la intolerancia. Así mismo, este grupo muestra un menor grado de cooperación, empatía, reflexión, escrupulosidad y perseverancia en su comportamiento, menor interés por la cultura, así como menor apertura a ideas y valores nuevos.

Si se trasladan los resultados obtenidos a la situación de fallecimiento de un familiar en el contexto hospitalario, la petición de órganos puede ser vivida como una amenaza por una persona que sea poco efectiva, poco reflexiva y poco perseverante en sus actuaciones, que tienda a un pensamiento rígido, que sea menos cooperativa y empática y menos abierta a ideas y valores nuevos. En ese caso, parece lógico, en consonancia con los resultados obtenidos, que lo más probable sea una respuesta negativa a la donación, especialmente porque la reflexión sobre la donación de órganos continúa siendo algo nuevo para muchas personas y porque es más probable que existan suspicacias cuando las personas poseen poca información.

 

Por ello, sería conveniente lograr que la decisión respecto a la donación de órganos haya sido tomada previamente y que la petición de órganos, si sucede, no constituya una situación totalmente nueva ni añada estrés al momento que viven los familiares que tienen que decidir. De ahí la importancia de que la donación sea una cuestión tratada en la escuela a través del currículo formativo, que aparezca sistemáticamente en los medios de comunicación, proporcionándose información adecuada, y que se debata sobre donación en el entorno familiar.

En definitiva, en la medida en que la donación se instaure en nuestra sociedad a través de informaciones sistemáticas adecuadas que inviten a la conversación familiar, perderá el carácter novedoso y, quizás, personas con menor apertura mental acaben por aceptar con naturalidad la donación de sus órganos y los de un familiar fallecido.

El artículo original en el que se basa este trabajo puede encontrarse en la revista Psicothema: Blanca, M. J., Rando, B., Frutos, M. A., López, G. (2007). Perfil psicológico de potenciales donantes y no donantes de órganos. Psicothema, Vol. 19 (3), 440-445.

Sobre las autoras y autor:

 

M. J. Blanca

 

B. Rando

 

M. A. Frutos

G. López

 

María José Blanca Mena es Profesora Titular en la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga. La línea de investigación sobre donación y trasplante de órganos la desarrolla desde 1990, en estrecha colaboración con la Coordinación de Trasplante de Málaga. Actualmente, también colabora con la Coordinación Autonómica de Trasplantes de Andalucía y con la Organización Nacional de Trasplante en diversas actividades para promover la donación.

Belén Rando Calvo es Licenciada y Doctora en Psicología por la Universidad de Málaga. Desde 1993 realiza investigaciones sobre las actitudes y toma de decisión respecto a la donación de órganos para trasplante. Profesora en la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga entre 1996 y 2004, actualmente es investigadora en el Instituto Nacional de Administração, I.P., en Lisboa.

Miguel Ángel de Frutos Sanz es Doctor en Medicina por la Universidad de Málaga y desde 1978 es Facultativo Especialista de Área en el Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Carlos Haya, accediendo a la Coordinación de Trasplantes del «Sector Málaga» en 1990. Participa como Profesor Colaborador en la Organización Nacional de Trasplantes y como Profesor Asociado en la Universidad de Málaga.

Gema López Montiel es Licenciada en Psicología y trabaja como Técnica en Orientación Profesional en la Universidad de Málaga. Colabora como investigadora, desde enero de 2003, en el Grupo de Investigación Análisis de datos en Psicología, que dirige la profesora Mª José Blanca, siendo una de las líneas de investigación el tema de la donación de trasplante de órganos y tejidos.

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