EL TRASTORNO BIPOLAR, EL GRAN OLVIDADO

14 Abr 2008

El trastorno bipolar está infradiagnosticado, a pesar de su alta morbilidad y mortalidad. Según datos que se han dado a conocer en el XVI Congreso Europeo de Psiquiatría celebrado en Niza entre los días 5 y 9 de Abril, tan sólo un 10% de los pacientes con trastorno bipolar están diagnosticados en España. Teniendo en cuenta, además, que de acuerdo a las estimaciones del estudio realizado por el Hospital Clínic de Barcelona, alrededor de un 40% de los trastornos bipolares son inadecuadamente diagnosticados como trastornos depresivos en nuestro país, el panorama respecto a esta enfermedad dista mucho de ser alentador.

El trastorno bipolar, que pertenece al grupo de trastornos del estado de ánimo, consiste en una enfermedad crónica en la que estados de tristeza o desesperanza (episodios depresivos) se alternan con periodos de exaltación o irritabilidad (episodios maníacos), seguidos de intervalos libres de sintomatología. La edad de aparición de la enfermedad bipolar se sitúa en torno a los 20-30 años y suele iniciarse con un episodio depresivo en un 60% de los casos.

La gravedad de este trastorno es tal, que afecta seriamente a todos los aspectos de la vida, acompañándose frecuentemente de pérdida de empleo o crisis económicas (70%), conflictos familiares (50%) y sociales (60%), así como problemas de abuso de sustancias (60%). Se considera, además, que es el trastorno mental con mayor riesgo de suicidio, ya que entre un 30% y un 35% de los pacientes intentan suicidarse y un 15% consiguen quitarse la vida.

La dificultad en el reconocimiento de la enfermedad por parte de los propios afectados y del entorno cercano, así como la escasa coordinación entre el sistema de Atención Primaria y los especialistas en salud mental obstaculizan notablemente el diagnóstico adecuado y temprano del trastorno bipolar. Por esta razón, expertos en el área subrayan la necesidad de concienciación sobre esta enfermedad y la importancia de su detección precoz, ya que el retraso en su diagnóstico tiende a dilatarse una media de siete años desde la primera manifestación de los síntomas y repercute notablemente en el desarrollo y calidad de vida de las personas afectadas y sus familiares.

Un equipo de expertos de la Internacional Society for Bipolar Disorder (ISBD), dirigidos por Nassir Ghaemi, ha propuesto recientemente la revisión de los criterios diagnósticos del trastorno bipolar con el objetivo de crear unas pautas estructuradas para el tratamiento de este tipo de pacientes. Su propuesta plantea la consideración de un modelo de trastornos del espectro bipolar basado en el diagnóstico de esta condición en términos de mayor o menor presencia de síntomas maníacos, más que la simple presencia o ausencia de un síndrome maníaco o hipomaníaco completo. Proponen, además, crear un categoría específica para el trastorno bipolar infantil y eliminar la categoría de trastorno esquizoafectivo.

En lo que respecta al tratamiento de esta enfermedad, tal y como señala la American Psychological Association (APA), estudios recientes han puesto en evidencia que el tratamiento combinado (farmacológico junto con terapia cognitivo-conductual) es más efectivo que el tratamiento farmacológico aislado. La terapia psicológica permite a los pacientes, entre otras cosas, identificar pensamientos erróneos, ajustarse a los ritmos sociales, prevenir riesgos en caso de episodio maníaco o depresivo, reconocer signos tempranos de aparición de un episodio y mejorar su adherencia al tratamiento farmacológico.

El diagnóstico adecuado del trastorno bipolar es una asignatura pendiente para los profesionales de la salud en nuestro país, y en esta tarea deberán empeñarse los psicólogos y psicólogas que estén vinculados a este área de trabajo.

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