El Suicidio debe dejar de ser una pandemia silenciosa-Comunicado del COP Madrid

14 Sep 2021

COP Madrid

El Suicidio sigue siendo en España la primera causa de muerte no natural desde hace más de una década. Durante el año 2020 y todo el curso del 2021, hemos convivido con dos pandemias, una visible y con efectos a nivel mundial, la ocasionada por la COVID-19 y otra silenciosa, amenazante y globalizada, la del Suicidio.

Según los datos oficiales aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 2019 fallecieron en nuestro país 3.671 personas por Suicidio (2.771 hombres y 900 mujeres). El número de muertes por Suicidio en España creció un 3.7% con respecto al año anterior, lo que añade una importante necesidad de atención pública sumada a otros graves problemas de salud como es el ocasionado por la pandemia de la COVID-19 y sus efectos en nuestro sistema de vigilancia de la salud de los ciudadanos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son más de 800.000 personas las que mueren por Suicidio al año en el mundo, convirtiéndose también en la primera causa en España de muerte no natural en personas jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 29 años (307 muertes por Suicidio en el año 2019).

Conscientes de la necesidad urgente de hablar del Suicidio con responsabilidad, rigor y ciencia, desde el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio que este año tiene como lema: “Crear esperanza a través de la acción”. Con este motivo, el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, ha puesto en marcha el programa “Hablemos de…Suicidio”, un proyecto plural, de todas y de todos los agentes de prevención donde reiteramos e insistimos a través de diversos ejes de acción y comunicación institucional en la reivindicación de contar con un Plan Nacional de Prevención del Suicidio.

Uno de los objetivos que las organizaciones e instituciones marcamos como hojas de ruta en la prevención y visibilidad social de un fenómeno estigmatizado y tabú en la mayoría de las sociedades como es el Suicidio, es disminuir su incidencia y prevenir el comportamiento suicida, mediante acciones que permitan un conocimiento y divulgación desde la formación a profesionales de la salud, de la educación, de lo social y de medios de comunicación, hasta el lanzamiento de campañas, como la de “Hablemos de…Suicidio”, para sensibilizar a los ciudadanos sobre la necesidad de trabajar y romper tabúes. En este reto representa un especial compromiso el desarrollo de planes de prevención de la conducta suicida en la infancia y la adolescencia, con singular implicación de los sistemas educativos.

Las causas y variables de la conducta suicida son numerosas y complejas en contante interacción relacionadas con el bagaje vital de la persona, de su propia Psicología y con un componente biológico que está trasversalmente influido por las nuevas tecnologías de información y comunicación, que ejerce una influencia positiva o negativa en función de la educación emocional y el entorno.

La pobreza, el desempleo, los duelos, los problemas sociales, el abuso de sustancias tóxicas, el maltrato en la infancia, la violencia machista, el aislamiento social y determinados trastornos en salud mental, como la depresión, tienen una gran influencia en esa tasa de suicidios que hoy tratamos de visibilizar y prevenir.

La prevención del Suicidio es una responsabilidad de todas y de todos. Podemos y debemos como ciudadanas y ciudadanos y como sociedad, colaborar en hacer posible su visibilidad y colaborar en su prevención. 

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