Asociaciones europeas solicitan un enfoque no coercitivo, que tenga en cuenta los factores psicosociales en salud mental

26 Oct 2021

No se puede abordar la salud mental sin tener en cuenta los determinantes socioeconómicos que la determinan, tales como la edad, la discapacidad o el estigma. La salud mental debería formar parte de todas las políticas (no sólo de la sanitaria) y atenderse desde un enfoque psicosocial, no biomédico. Así lo establece una coalición de asociaciones europeas en salud mental, agrupadas en la Mental Health Advocacy Platform, en una declaración conjunta que han dado a conocer a los medios.

A continuación, se incluye dicho texto:

Ha llegado el momento de crear una Estrategia de Salud Mental interseccional a largo plazo

Declaración de la Plataforma de Defensa de la Salud Mental

Foto: Daniel Reche Fuente: pexels Fecha descarga: 20/10/2021

El Día Mundial de la Salud Mental 2021 se centró en «La salud mental en un mundo desigual». Con este motivo, la Plataforma de Defensa de la Salud Mental desea pedir una Estrategia Europea de Salud Mental que adopte un enfoque interseccional y pueda satisfacer las diversas necesidades de todos. Una Estrategia Europea de Salud Mental completa es esencial para abordar las desigualdades en la atención a la salud mental, apoyar la prevención y los servicios de intervención temprana. Además, para promover el bienestar de millones de personas en la UE, proteger los derechos de las personas con experiencia vivida de problemas de salud mental y sensibilizar para acabar con el estigma y la discriminación en materia de salud mental.

En Europa, la pandemia del COVID-19 ha intensificado los retos existentes en materia de salud mental, con interrupciones en los servicios y un aumento de los problemas de salud mental, lo que contribuye a la crisis económica. En 2016, al menos una de cada seis personas (84 millones) de los Estados miembros de la UE ya había padecido una enfermedad mental.1 Además, uno de cada diez niños de la UE se identificó con problemas de salud mental o síntomas como la depresión o la ansiedad. 2 Los problemas de salud mental se consideran la principal causa de discapacidad en Europa, por lo que se requiere una acción urgente más que nunca.

En general, las mujeres y las niñas, los niños, las minorías étnicas, las personas con discapacidad, el colectivo LGBTI, las personas mayores, los indocumentados, los jóvenes y las personas con realidades socioeconómicas difíciles, son sólo algunos ejemplos de grupos que corren el riesgo de verse afectados de forma desproporcionada por la mala salud mental. Mientras que ciertos grupos tienen más probabilidades de soportar una carga desigual, también tienen menos probabilidades de recibir un apoyo de salud mental adaptado. Por ello, es imprescindible una Estrategia Europea de Salud Mental basada en los derechos humanos que aborde los determinantes socioeconómicos de la salud mental para lograr un enfoque equitativo de la atención sanitaria mental.

En diciembre de 2019, las Conclusiones del Consejo sobre la Economía del Bienestar invitaron a la Comisión Europea a «proponer una Estrategia de Salud Mental para la Unión, teniendo en cuenta los impactos intersectoriales de las diferentes políticas sobre la salud mental.» Teniendo en cuenta el aumento del cambio hacia la fase de recuperación de la pandemia y teniendo en cuenta estas reflexiones, la Plataforma de Defensa de la Salud Mental está pidiendo colectivamente a la Comisión Europea que desarrolle y adopte una estrategia integral de salud mental a largo plazo, que:

  • Aborda los determinantes socioeconómicos de la salud mental, prestando especial atención a quienes se enfrentan a formas de discriminación múltiples e interrelacionadas, por ejemplo, por motivos de etnia, religión, orientación sexual e identidad de género, situación migratoria, edad o discapacidad. Este enfoque debe tener en cuenta los problemas estructurales subyacentes de los sistemas de salud mental.
  • Promueve iniciativas de sensibilización, incluidas las que abordan los estigmas sociales en torno a los problemas de salud mental a nivel europeo, nacional y local.
  • Subraya la necesidad de una cooperación más significativa con la sociedad civil y las comunidades que representan, los expertos y, en particular, las personas con experiencia vivida. Deben desarrollarse enfoques holísticos de apoyo y servicios de salud mental junto con las comunidades afectadas, incluyendo sobre todo la participación significativa de las personas con discapacidades psicosociales, mediante consultas y de manera no simbólica.
  • Promueve servicios y cuidados de salud mental no coercitivos, basados en los derechos y centrados en la persona, la desinstitucionalización y el respeto de la capacidad jurídica, tal y como se exige a la Unión Europea como Estado parte de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Estos servicios deberían adoptar un enfoque psicosocial, entre otras cosas, fomentando los servicios y las iniciativas dirigidas por los usuarios, como el apoyo entre pares y los módulos de formación de la OMS sobre derechos de calidad para los profesionales.
  • Prevé la inclusión de la salud mental en todas las políticas y considera los impactos de las diferentes políticas en la salud mental.
  • Integra una mayor inversión en educación, investigación y atención a la salud mental, incluida la inversión en atención comunitaria. Los usuarios de los servicios de salud mental y las personas con experiencia vivida deben participar plenamente en el diseño, la aplicación, el seguimiento y la evaluación de una estrategia europea de salud mental.
  • Ayuda al desarrollo de planes de acción complementarios a nivel nacional.
  • Incluir objetivos exhaustivos con puntos de referencia e indicadores claros, así como un presupuesto adecuado asignado para su aplicación.

Si no se toman medidas urgentes, el aumento de las demandas de apoyo psicosocial aumentará sin duda y las repercusiones de la pandemia en la salud mental serán duraderas y generalizadas. La aplicación de una estrategia global no sólo mitigaría la carga de la salud mental, sino que también apoyaría la recuperación económica y ayudaría a la aplicación de intervenciones públicas eficaces en materia de salud mental, para futuras crisis. Promover la salud mental positiva y respetar los derechos humanos de las personas es clave para la inclusión social, la participación y las sociedades cohesionadas.

La Plataforma de Defensa de la Salud Mental se dedica a debatir a largo plazo con las instituciones de la UE, los Estados miembros y otras partes interesadas para garantizar que la atención y el apoyo a la salud mental adecuados, basados en los derechos y centrados en la persona sean una realidad para todos. Quedamos a su entera disposición y agradecemos la oportunidad de seguir debatiendo la necesidad de una estrategia europea global sobre salud mental.

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