Impulsividad y regulación emocional en los diferentes perfiles de jugadores de azar

24 Ene 2022

Ana Estévez, Paula Jáuregui y Laura Macía

Universidad de Deusto (España)

El trastorno de juego ha sido la primera adicción conductual reconocida por los sistemas de clasificación diagnóstica, superando la concepción histórica de la sustancia como uno de los ejes fundamentales para el diagnóstico de una adicción. El trastorno de juego, concretamente, se define como un hábito de conducta de juego en el que la persona no puede resistir el impulso de seguir jugando a pesar de las negativas y severas consecuencias en su vida cotidiana.

En los últimos años, la incidencia de esta adicción sigue aumentando de manera significativa, con una especial preocupación por el rápido y descontrolado incremento de la tipología de juego online, así como su preocupante incidencia en la población joven y adolescente, suponiendo en la actualidad uno de los retos asistenciales más importantes.

Autor: Oleg Magni Fuente: 
pexels Fecha descarga: 04/06/2021

A pesar de que existen ciertas características comunes entre las personas que sufren adicción al juego (p. ej., la impulsividad o las dificultades para la regulación de las emociones), lo cierto es que existen otras características que tienden a variar en función de factores como el sexo, la edad o el tipo de juego, entre otras (p. ej., la sensibilidad a la recompensa, los factores de vulnerabilidad ante las recaídas, las distorsiones cognitivas, la comorbilidad, etc.). Como consecuencia, se ha tratado de identificar distintos perfiles de jugadores/as con el fin de conocer dónde radican las diferencias y poder proporcionar recursos sociosanitarios más adaptados y sensibles a las necesidades individuales.

Autores como Ledgerwood y Petry (2010) identificaron perfiles de personas jugadoras en función de los niveles de: depresión y ansiedad, e impulsividad; mientras que Moragas et al. (2015) exploraron las diferencias entre jugadores estratégicos y no estratégicos en función de los factores de personalidad. Por su parte, variables como el sexo, la edad o la psicopatología asociada al juego han sido otros de los factores utilizados para los análisis de clústeres. Paralelamente, uno de los intentos de clasificación más recurridos ha sido el propuesto por Blaszczynski y Nower (2002), el cual diferencia tres perfiles principales de jugadores/as: a) el tipo I: puro, b) el tipo II: emocionalmente vulnerable y, c) el tipo III: impulsivo.

Enlazando con las investigaciones de los autores mencionados, el objetivo de este estudio fue explorar las diferencias en edad, conducta de juego, las conductas adictivas y síntomas psicológicos disfuncionales comórbidos en función de los distintos perfiles de impulsividad y regulación emocional. A través de un análisis de grupos en función de los niveles de impulsividad y regulación emocional, se encontraron dos grupos principales: a) un primer grupo que estaba formado por participantes con menores dificultades de regulación emocional, menor gravedad psicopatológica y ligera mayor impulsividad, y b) un segundo grupo compuesto por participantes con mayores dificultades de regulación emocional, mayor gravedad psicopatológica y un problema de juego de mayor gravedad.

Estos hallazgos, encuentran paralelismo con investigaciones previas en el área que apuntan a un grupo de personas que tienden a jugar por motivos relacionados con la búsqueda de sensaciones, ganancia económica, e impulsividad (características similares a las del primer grupo del presente estudio); mientras que existe otro grupo que tiende a utilizar el juego como recurso de afrontamiento, regulación, o evitación de emociones (características similares a las del segundo grupo del estudio). En esta línea, parece que las personas jugadoras que presentan niveles de angustia emocional más elevados, también tienden a presentar un cuadro de juego más severo, de mayor duración, y con mayor intensidad de sintomatología psicológica asociada.

La identificación de perfiles de personas que presentan problemáticas con el juego de azar resulta de gran importancia para la optimización de los recursos asistenciales. La personalización del tratamiento clínico podría ser de interés ya que la respuesta al tratamiento podría ser diferente en función del perfil de juego que se presente. Paralelamente, el establecimiento de los objetivos del tratamiento también debería establecerse en función del perfil de juego que presente el paciente, entendiendo que cada persona presenta su constelación única y particular de vulnerabilidades. Las personas jugadoras caracterizadas por una mayor impulsividad y búsqueda de ganancia económica, podría beneficiarse mayormente de técnicas cognitivo-conductuales tales como el control de estímulos, prevención de recaídas, la exposición y prevención de la respuesta, reestructuración cognitiva, técnicas de relajación, o la planificación del tiempo libre. Por su parte, las personas con un perfil emocionalmente más vulnerable, parece que podría beneficiarse de un tratamiento más enfocado en el afrontamiento de problemas, búsqueda del sentido vital, análisis de los patrones de relación, resignificación de los acontecimientos vitales dificultosos, y manejo de conflictos y estrés, destacando la validación y el soporte emocional sin prejuicios.

El artículo completo puede encontrarse en la siguiente revista:

Estévez, A., Jáuregui, P., & Macía, L. (2021). Perfiles de jugadores con trastorno de juego en función de la impulsividad y regulación emocionalPsicología Conductual29(3), 681-697. 

Ana Estévez. Doctora en Psicología. Profesora Titular de la Facultad de Ciencias de la Salud. Responsable de la línea Adicciones sin sustancia y procesos cognitivo-emocionales y relacionales asociados. Directora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad de Deusto. Miembro del Consejo Asesor de Juego Responsable. Miembro de Honor de la Federación Española de Jugadores de Azar.

Paula Jáuregui. Doctora en Psicología. Profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud. Investigadora en adicciones comportamentales. Universidad de Deusto.

Laura Macía. Psicóloga Sanitaria. Experiencia en el área de la psico-oncología. Becaria predoctoral del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Realiza un proyecto de investigación sobre la repercusión de la pandemia en la Mujer y el Juego, que recibe fondos del Plan Nacional sobre Drogas (Ministerio de Sanidad; ref: 2020I007).

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