EL 29% DE LOS ESPAÑOLES CON DOLOR CRÓNICO PADECE DEPRESIÓN, SEGÚN EL INFORME PAIN IN EUROPE

20 Oct 2008

Los españoles son los europeos que en mayor medida padecen depresión causada por dolor crónico, con un 29% de los casos; aunque la prevalencia de dolor crónico es la más baja en el contexto comunitario, según se recoge en el último estudio de Pain in Europe.

Para la elaboración de este trabajo, se ha llegado a entrevistar a más de 46.000 personas de 16 países: Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Polonia, Suecia, Noruega, Dinamarca, Países Bajos, Bélgica, Finlandia, Irlanda, Suiza, Austria, Israel y España. La muestra en cada país ha oscilando entre los 2.000 y los 3.800 entrevistados.

Según se concluye en Pain in Europe. A report, en la actualidad, el dolor crónico supone un problema de gran envergadura en Europa, pues afecta a 1 de cada 5 europeos; es decir, el 19% de la población estudiada. Noruega, Polonia e Italia son los países que presentan una prevalencia mayor de dolor crónico, con una media de 1 por cada 4 adultos (25%); mientras que 1 de cada 10 españoles (11%) refiere padecer dolor de esta naturaleza. Además, 1 de cada 3 familias europeas cuenta, al menos, con un miembro que padece algún tipo de dolor crónico o de otra naturaleza.

Tabla: Prevalencia de personas afectadas de dolor crónico por países

País

Porcentaje

Noruega (n=2.018)

30%

Polonia (n=3.812)

27%

Italia (n=3.849)

26%

Bélgica (n=3.849)

23%

Austria (n=2.004)

21%

Finlandia (n=2.004)

19%

Suecia (n=2.563)

18%

Noruega (n=3.197)

18%

Alemania (n= 3.832)

17%

Israel (n=2.244)

17%

Dinamarca (n=2.169)

16%

Suiza (n=2.083)

16%

Francia (n=3.846)

15%

Irlanda (n=2.722)

13%

Reino Unido (n=3.800)

13%

España (n= 3.801)

11%

Con respecto a la experiencia del dolor, 2 de cada 3 afectados de dolor crónico refieren sufrir niveles moderados de dolor (valorado en una escala que oscila entre 1 –mínimo- y 10 –máximo-); mientras que 1 de cada 3 manifiesta experimentar dolor severo. El dolor más frecuentemente reportado es el de espalda, con el 24% de los afectados, seguido por el de los lumbares (18%), las rodillas (16%), la cabeza (15%) y las piernas (14%).

A su vez, la artritis/osteoartritis es la causa más común del dolor crónico, con un 35% de personas afectadas, seguida de las hernias (15%), las heridas traumáticas (12%), la artritis reumatoide (8%) y las migrañas (7%).

Si tenemos en cuenta el tiempo que la persona lleva padeciendo dolor crónico, nos encontramos con una media de siete años, con un rango que oscilando entre los seis meses (4%) y 20 años o más (21%). Además, 1 de 3 pacientes sufre dolor de manera permanente (24 horas durante todo el año). En algo más del 50% de las personas afectadas no consiguen tener un adecuado control del dolor hasta pasados algo más de dos años. El mayor número de personas que refiere tener control del dolor se encuentra en Finlandia (73%), seguido por Irlanda (71%) y Alemania (71%). Los niveles más bajos de control por parte de los pacientes se encuentran en España, seguido de Finlandia y Países Bajos.

En cuanto a las consecuencias socioeconómicas, en el informe se recoge que el dolor puede tener un impacto considerable en la vida de los que lo sufren, así como en la de sus familiares. Así, el 19% de las personas afectadas por dolor crónico ha perdido su trabajo como consecuencia de su dolencia y un 16% ha tenido que cambiar de trabajo. Además el dolor crónico es motivo de más de 15 días de baja anuales en los países de los países estudiados. De acuerdo con estos datos, el 50% de las personas afectadas por dolor afirma tener sus capacidades físicas o intelectuales afectadas en uno u otro sentido.

En lo que se refiere a la relación existente entre trastornos del estado del ánimo y dolor crónico, 1 de cada 5 pacientes con dolor crónico ha sido diagnosticado de depresión como resultado de su dolencia. España, como ya se ha indicado, encabeza la lista con un 29% de las personas entrevistadas, mientras que Dinamarca es el país que presenta la tasa más baja de comorbilidad entre dolor y depresión.

Datos similares parecen encontrarse en otros estudios realizados recientemente, como el recogido meses atrás en la revista Jano.es, en el que se analiza la importancia de los síntomas dolorosos en relación con el trastorno de ansiedad y la depresión en una muestra de 1.317 pacientes de más de 80 centros de Atención Primaria españoles. En este trabajo se concluye que existe una alta comorbilidad entre ansiedad, depresión y dolores físicos. Concretamente, los síntomas físicos dolorosos aparecen en el 78% de las personas que presentan ansiedad y depresión conjuntamente, en el 59% de los casos en los que existe únicamente algún trastorno de ansiedad, y en el 28% cuando se trata de pacientes que no padecen ninguno de estos dos trastornos psicológicos. Con respecto a los dolores más frecuentes, el de espalda es el más habitual, seguido del de hombro y el de cabeza.

Del total de las 1.317 personas que conformaban la muestra, 981 pacientes presentaban algún cuadro de ansiedad generalizada (422 tenían ansiedad generalizada aislada y 559 ansiedad generalizada asociada a trastorno depresivo mayor) y los 336 restantes no presentaban en el momento del estudio sintomatología ansiosa o depresiva alguna.

Hoy lunes, 20 de octubre, se celebra el Día Mundial contra el Dolor, con el lema Juntos podemos tratar el dolor. Desde que se señalara por primera vez este día en el año 2004, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), vienen trabajando con el fin de concienciar a la sociedad en su conjunto de las dimensiones de este problema y de las consecuencias personales, sociales, económicas y políticas que entraña el dolor crónico en nuestra sociedad actual. Un problema que afecta, como hemos podido apreciar, a un sector nada desdeñable de la población europea. Sin lugar a dudas, el dolor crónico sigue siendo un gran reto tanto para el sistema sanitario en su conjunto, como para los profesionales de la salud que trabajan con estos pacientes, requiriéndose abordajes innovadores e interdisciplinares que puedan ofrecer mejores resultados tanto en el diagnóstico como en el tratamiento integral de este tipo de dolencia.

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