LAS DIMENSIONES DE LA RELACIÓN DE EMPLEO

9 Ene 2009

Mª Dolores de la Rosa Navarro1 y Elizabeth F. Cabrera2
(1)Universidad Pablo de Olavide y (2)Arizona State University

Las relaciones de empleo constituyen al mismo tiempo, aunque con diferentes combinaciones, un intercambio social y económico. Por un lado, el mismo objeto del intercambio es el trabajo de una persona, que aún cuando se pueda concretar y establecer un precio respecto al mismo, va a suponer la implicación directa de quien aporta dicho trabajo. Por otro lado, dicho objeto es retribuido y está enmarcado en un entorno económico regulado por las reglas de mercado o la eficiencia empresarial. Por tanto, aunque con un peso relativo diferente, el componente económico y el social siempre van a estar presentes en una relación de empleo. La naturaleza de ésta es fundamentalmente económica, pero dada la peculiaridad del objeto intercambiado, en mayor o menor medida implica alguna forma de intercambio social (Fox, 1974).

 

En este trabajo presentamos las dimensiones que nos van a permitir distinguir de una manera más objetiva cada tipo de relación de empleo. Un intercambio económico puede mejorar con las expectativas de continuidad de la relación, con el aumento de la confianza y la aceptación por ambas partes de las obligaciones no negociadas expresamente, lo que genera una relación social que va más allá del intercambio puramente económico, que en principio puede ser la relación de empleo (Mahoney y Watson, 1993). Pero, ¿qué otros elementos cambian para que se produzca dicha evolución? Los autores en el ámbito de organización de empresas resaltan en las clasificaciones que proponen sobre alternativas para la gestión de los empleados, uno o varios elementos que diferencian tales sistemas de gestión. A partir de dichos estudios hemos identificado las dimensiones con las que vamos a distinguir las diferentes clases de relaciones de empleo y que aparecen recogidas en el cuadro 1.

Cuadro 1. Dimensiones de las relaciones de empleo
(Ver)

Definición de las relaciones de empleo a través de sus dimensiones

Las distintas combinaciones de los términos descritos nos llevarán a definir cada tipo de relación previamente identificada (figura 1) (para más detalle ver de la Rosa y Cabrera, 2008). Las relaciones transaccionales y las orientadas al compromiso corresponden respectivamente a un intercambio económico y un intercambio social, y por tanto, quedan directamente definidas por los términos referidos (cuadro 2).

Cuadro 2. Dimensiones de la relación de empleo

Dimensiones

Intercambio económico

Intercambio social

Términos

Concretos y explicitados

Expectativas difusas e implícitas

Mecanismo de control

Normas y reglas

Valores y creencias

Discrecionalidad

Limitada al contrato

Amplia

Objetivo prioritario

Eficiencia

Equidad

Orientación temporal

Corto plazo

Largo plazo

Confianza entre las partes

Relación adversa

Necesaria

En cuanto a la relación simbiótica, ambas partes coinciden en el interés de establecer una relación de duración definida y en la que se especifiquen los términos del intercambio (se van a pactar concretamente los resultados que el empleado debe aportar a la organización y lo que ésta le reportará a cambio). La empresa espera del empleado un rendimiento inmediato (no apuesta por su desarrollo como en la relación de compromiso) y un cierto compromiso y disposición a adaptarse a los cambios que vayan surgiendo en el contexto de trabajo, dado el tipo de actividades a las que se le va a asignar (de carácter estratégico). Y el empleado espera de la organización obtener una experiencia que le permita seguir desarrollando su carrera profesional y un amplio margen de actuación, acorde con su cualificación y sus características personales. La relación simbiótica reúne por tanto elementos característicos de ambos tipos de intercambios y así se ve reflejado en el cuadro 3, donde se describe según las dimensiones identificadas.

Cuadro 3. Dimensiones de la relación simbiótica

Dimensiones

Relación simbiótica

Orientación temporal

Duración limitada

Términos

Específicos

Discrecionalidad

Amplia

Confianza entre las partes

Necesaria

Objetivo prioritario

Equidad externa

Mecanismo de control

Control profesional

En lo que respecta a las relaciones de sub-inversión, al disfrutar la empresa de mayor poder de negociación en el mercado laboral, estará en condiciones de establecer condiciones que le resulten más favorables. Con lo cual las dimensiones coinciden básicamente con las de un intercambio económico, aunque podría ocurrir que este tipo de relación se estableciera con trabajadores cualificados que ocupen puestos en los que es necesario un mayor margen de maniobra (alta discrecionalidad) y que los mecanismos de control, en vez de (o además de) estar basados en normas y reglas, consistieran en la propia profesionalización del sujeto (control profesional).

Por último, las relaciones de sobre-inversión se corresponderían inicialmente con un intercambio social, pero dado que los privilegios de los trabajadores se deben a la presencia sindical o a la pertenencia a la Administración (Tsui et al., 1997), las dimensiones pueden diferir en lo que respecta a los términos de la relación, que estarían claramente definidos, a la confianza entre las partes, que sería un tanto forzada, y también en lo referente a los mecanismos de control, que prevalecerían las normas y reglas (frente a los valores y creencias propios de un intercambio social).

En definitiva, creemos que la relación de empleo puede ser la variable de recursos humanos (RRHH) que dé consistencia y aglutine las distintas prácticas de RRHH. Así, los responsables en este ámbito podrán elegir unas prácticas u otras con la única limitación de ser coherentes con el tipo de relación que se quiere mantener con los empleados. Pensamos que antes de entrar a concretar las actividades y procesos de RRHH se deberá definir los términos de la relación de empleo, es decir, decidir sobre su horizonte temporal, respecto al grado de discrecionalidad o autonomía con la que se va a dotar a los trabajadores, sobre los mecanismos con los que controlar el trabajo desempeñado (la mayor o menor confianza alcanzada dependerá de los términos anteriores) y si se quiere priorizar la equidad en el trato o la eficiencia en la gestión. Todo ello dotará a la gestión de RRHH de la consistencia a la que aludíamos, a la vez que permitirá ser más flexibles a la hora de definir las prácticas que se quieren aplicar a los empleados, pudiéndolas adaptar a las necesidades y expectativas de éstos, dentro del tipo de relación definido.

El estudio original en el que se basa este artículo puede encontrarse en la Revista de Psicología y de las Organizaciones:

De la Rosa, M.D. y Cabrera, E. (2008). Tipología de las relaciones de empleo: una propuesta integradota. Revista de Psicología y de las Organizaciones, 24, 1, 81-111.

Referencias:

De la Rosa y Cabrera (2008). Tipología de relaciones de empleo: una propuesta integradora. Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 24 (1), 81-111.

Fox, Alan (1974). Beyond contract: Work, Power and Trust Relations. London: Farber and Farber Limited.

Mahoney, T.A. y Watson, M.R. (1993). Evolving modes of workforce governance: An evaluation. En B.E. Kaufman y M.N. Kleiner (Eds.), Employee representation: Alternative and future directions, 135-168. Madison, WI: Industrial Relations Research Association, University of Wisconsin.

Tsui, A.S., Pearce, J.L., Porter, L.W. y Tripoli, A.M. (1997). Alternative approaches to the employee-organization relationship: Does investment in employees pay off? Academy of Management Journal, 40, 1089-1121.

Sobre las autoras:

 

Mª Dolores de la Rosa es licenciada en Empresariales por la Universidad de Sevilla y doctora en Administración de Empresas por la Universidad Pablo de Olavide, donde imparte clases de Dirección de RRHH. Pertenece a un grupo de investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación y sus intereses de investigación incluyen la conciliación de la vida personal y profesional, el comportamiento organizativo y las relaciones de empleo.

Elizabeth Cabrera es profesora en Arizona State University. Tiene un doctorado en Psicología Industrial y Organizacional por el Georgia Institute of Technology. Es la editora del Management Research y sus intereses de investigación incluyen la gestión de carreras, la calidad de la vida laboral y familiar, y la relación de empleo.

 

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