En la publicación se ofrecen recomendaciones para manejar los problemas de estrés que pueda ocasionar el trabajo en emergencias y desastres, así como psicoeducación en la identificación de los signos y síntomas de estrés.
El objetivo de la guía es facilitar que los equipos de respuesta inmediata a situaciones de crisis, emergencias y catástrofes incorporen en su rutina diaria diferentes estrategias para la prevención del síndrome de burnout o desgaste psicológico que puede afectar a este sector, debido al contacto directo con el sufrimiento humano y el trabajo en condiciones de caos e incertidumbre.
Tal y como reconocen los autores del texto, “es esencial que los intervinientes conozcan y practiquen las estrategias de gestión del estrés antes de una catástrofe, como parte de su preparación personal general, para que puedan responder con eficacia y mantener su propia salud física y mental durante toda la respuesta. La prevención y la gestión del estrés deben dirigirse tanto al interviniente como a la organización. Adoptar una perspectiva preventiva permite tanto a los intervinientes como a sus organizaciones anticiparse a los factores de estrés y planificar las respuestas, en lugar de limitarse a reaccionar ante una crisis cuando ésta se produce”.
En la prevención del estrés es fundamental la creación de un ambiente de trabajo positivo y saludable, donde juega un papel fundamental los líderes y responsables de los equipos de respuesta. Según el manual de SAMSHA, un buen líder o responsable debe tratar de manera humana y cercana a los miembros de su equipo, ofrecer apoyo y fomentar el apoyo entre compañeros, destacar el valor positivo del trabajo realizado y actuar con respeto, gratitud, confianza e integridad.
Para minimizar el estrés en el lugar de trabajo, la guía recomienda:
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Establecer un tono de respeto en la relación con los miembros de los equipos y valorando sus contribuciones.
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Celebrar reuniones periódicas con el personal para planificar, resolver problemas, reconocer los logros y promover la cohesión del personal.
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Comunicar con claridad los fundamentos de los cambios de procedimiento o de supervisión y las expectativas de rendimiento.
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Crear un sistema formal de sugerencias de los miembros del equipo y animarles a realizar aportaciones.
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Resolver los conflictos de forma temprana y rápida.
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Preparar a los trabajadores para las tareas concretas que puedan realizar mediante formación técnica.
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Reconocer que el trabajo suele ser estresante y poner al personal en contacto con ayuda profesional si es necesario.
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Promover un ambiente en el que se acepte y respete la atención al estado emocional de las personas y se fomente este cuidado, en lugar de estigmatizar o rechazar las necesidades psicológicas o el impacto emocional del trabajo que se realiza.
La guía ofrece un conjunto de recomendaciones para manejar el estrés antes, durante y después de una emergencia, así como para atender a los propios intervinientes en momentos de crisis o riesgo de suicidio y pautas concretas de autocuidado para intervinientes.
Se puede descargar la guía en el siguiente enlace:
A guide to managing stress for disaster responders and first responders |