INDUCCIÓN EXPERIMENTAL COLECTIVA DE ANSIEDAD

17 Abr 2009

Roberto Nuevo1, Isabel Cabrera2, María Márquez2 e Ignacio Montorio2
(1)Instituto de Salud Carlos III y (2) Universidad Autónoma de Madrid

Los procedimientos de inducción experimental de estados de ánimo pueden ser definidos como «estrategias cuyo objetivo es provocar en un individuo un estado emocional transitorio en una situación no natural y de una manera controlada» (García-Palacios y Baños, 1999). Inducir estados de ánimo en el laboratorio supone una estrategia directa para estudiar de modo controlado la compleja relación entre emoción, cognición y comportamiento, porque permite analizar la actividad cognitiva y la conducta de una persona cuando experimenta una determinada emoción.

 

La mayoría de los trabajos que han contrastado la eficacia de los procedimientos de inducción lo han hecho sobre inducción de tristeza y, en menor medida, de alegría.y Para ello, se han empleado una amplia diversidad de técnicas tales como la lectura de frases autorreferenciales tipo Velten (Velten, 1968), recuerdo autobiográfico, manipulación de las expresiones faciales, audición de piezas de música o visionado de fragmentos de películas. La evidencia empírica sugiere que la lectura de frases autorreferenciales y la audición de piezas musicales, así como una combinación de estos dos métodos es el medio más efectivo para generar estados de tristeza y afecto negativo.

Existen, sin embargo, pocos trabajos que hayan analizado procedimientos para inducir experimentalmente otras emociones tales como la ansiedad. Si bien se han desarrollado diversos procedimientos de inducción de ansiedad de aplicación individual, los resultados sobre su eficacia relativa no son todavía claros.

Además, la mayor parte de los estudios han centrado su interés en la inducción de estados emocionales de forma individual, existiendo tan sólo unos pocos trabajos que avalan la eficacia de la inducción de emociones empleando un procedimiento grupal. La inducción colectiva de estados de ánimo, en comparación con la individual, presenta varias ventajas. En primer lugar, la inducción colectiva reduce notablemente el tiempo de experimentación y homogeneiza las condiciones de aplicación del procedimiento a los participantes. Puede, así mismo, disminuir los efectos de la demanda, uno de los problemas más relevantes en este tipo de estudios. Este efecto hace referencia a que el sujeto, de cara a complacer al experimentador, puede acentuar voluntariamente el estado emocional que cree que se espera de él tras la inducción. Al realizar la inducción de forma grupal se puede contribuir a crear en los sujetos una «difusión de la responsabilidad» de manifestar la emoción que los experimentadores quieren generar en ellos y, por tanto, favorecer que éstos se sientan más libres a la hora de expresar su estado emocional real, disminuyendo así el efecto de la demanda.

En este estudio se analizó la efectividad diferencial para inducir ansiedad experimentalmente y de forma colectiva de dos de los procedimientos que más se han empleado y que han demostrado mayor utilidad y eficacia para inducir tanto ansiedad como tristeza en formatos de aplicación individual, así como para inducir alegría y tristeza de forma colectiva, según diferentes revisiones (p.ej., Westermann et al., 1996): la presentación de escenas de películas, por un lado, y frases autorreferenciales combinadas con música ansiógena, por otro lado.

La muestra estuvo compuesta por 62 estudiantes. El 90,3 % eran mujeres y la media de edad fue de 21,5 años (D.T. = 1.1). Los niveles de ansiedad estado y de energía se evaluaron mediante las subescalas de tensión y vigor del Perfil de Estados de Ánimo (POMS). Adicionalmente, se utilizaron dos escalas visuales analógicas (EVAs) con puntuación de 0 a 100 que preguntaban por el nivel de nerviosismo y por el estado emocional y se controló la deseabilidad social, la sugestionabilidad y la ansiedad-rasgo de los participantes.

Los participantes fueron asignados al azar a uno de los dos procedimientos de inducción de ansiedad: a) escenas cortas de películas con contenido ansiógeno y que eran lo suficientemente explícitas como para no requerir más información para ser entendidas; b) frases autorreferenciales referidas a ansiedad y preocupaciones (por ejemplo, «Me cuesta mucho esfuerzo relajarme o Me siento muy nervioso/a») más la audición de una pieza de música ansiógena (un fragmento del Réquiem de György Ligeti, 1965).

Hubo cambios significativos tras la inducción en ambos procedimientos en la dirección prevista: incremento de tensión y nerviosismo, reducción en vigor y estado emocional. El tamaño del efecto promedio para la condición Película fue de 0,938 y de 0,625 para la condición de frases autorreferenciales más música. Además, el análisis de la interacción entre las medidas antes y después de la inducción y de las dos condiciones de inducción sugería un aumento de la ansiedad superior en la inducción mediante las escenas de película respecto al otro método de inducción. Al analizar si estos efectos estaban influidos por otras variables potencialmente relevantes en el cambio producido por la inducción, se encontró que el cambio en la condición de frases autorreferenciales más música se asociaba a la sugestionabilidad y la ansiedad-rasgo de partida de los participantes.

Los resultados obtenidos permiten señalar que ambos procedimientos de inducción de ansiedad parecen conseguir su propósito. Así mismo, los tamaños del efecto toman valores entre moderados y elevados (de acuerdo con los estándares habituales propuestos por Cohen: .50-.80, moderados; > .80, altos; Cohen, 1977), indicando que el cambio producido es relevante.

En conclusión, la consistencia de los cambios en las diferentes medidas empleadas y la ausencia de correlaciones significativas con medidas de sugestionabilidad y deseabilidad social en el procedimiento de inducción mediante escenas de películas permiten sugerir que este procedimiento es un medio efectivo, eficaz y eficiente para manipular experimentalmente el nivel de ansiedad en situaciones de aplicación colectiva. Aunque los dos procedimientos analizados en el presente trabajo han demostrado un efecto significativo en la inducción de ansiedad, el tamaño el efecto es consistentemente mayor en la inducción mediante escenas de películas. Además, la efectividad del procedimiento basado en frases Velten más música podría estar mediada por el nivel de sugestionabilidad de los sujetos, limitando su aplicabilidad y generalizabilidad.

El estudio original en el que se basa este artículo puede encontrarse en la revista Anales de Psicología:

Nuevo, R., Cabrera, I., Márquez, M. y Montorio, I. (2008). Comparación de dos procedimientos de inducción colectiva de ansiedad. Anales de Psicología, 24, 1, 106-114.

Referencias:

Cohen, J. (1977). Statistical power analysis for the behavioral sciences. New York: Academic Press.

García-Palacios, A. y Baños, R. (1999). Eficacia de dos procedimientos de inducción del estado de ánimo e influencia de variables moduladoras. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 1, 15-26.

Velten, E. (1968). A laboratory task for induction of mood estates. Behaviour Research and Therapy, 6, 473-482.

Westermann, R., Spies, K., Stahl, G. y Hesse, F.W. (1996): Relative effectiveness and validity of mood induction procedures: A meta-analysis. European Journal of Social Psychology, 26, 557-580.

Sobre los autores:

Roberto Nuevo es doctor en Psicología Clínica y de la Salud por la Universidad Autónoma de Madrid. Actualmente trabaja como investigador doctor contratado para el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) del Instituto de Salud Carlos III, en el nodo UAM vinculado al Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de La Princesa, en Madrid.

Isabel Cabrera Lafuente es licenciada en Psicología y Diplomada en Enfermería por la Universidad Autónoma de Madrid. Actualmente es contratada predoctoral del programa de Formación del Profesorado del Ministerio de Educación y Ciencia y realiza su tesis doctoral en la Universidad Autónoma de Madrid sobre modelos explicativos de los trastornos de ansiedad en la edad avanzada, área en la que ha publicado varios trabajos.

María Márquez-González es doctora en Psicología Clínica y de la Salud y profesora de Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid. Investigadora en el ámbito de la Gerontología es autora de diversas publicaciones internacionales y nacionales.

Ignacio Montorio Cerrato es profesor de Psicopatología de la Universidad Autónoma de Madrid. Investigador sobre diversos temas de Psicología Clínica y de la Salud en Personas Mayores ha centrado su investigación más reciente en los trastornos de ansiedad en la edad avanzada.

 

PSICOLOGÍA EN RED


LOS COLEGIOS HABLAN

MÁS NOTICIAS