CUESTIONARIO DE AGRESIÓN REACTIVA Y PROACTIVA: UN INSTRUMENTO DE MEDIDA DE LA AGRESIÓN EN ADOLESCENTES

8 Oct 2009

José Manuel Andreu, Mª Elena Peña y Jesús M. Ramírez
Universidad Complutense de Madrid

El comportamiento agresivo y violento, en sus múltiples formas de expresión, es considerado por la Organización Mundial de la Salud como uno de los problemas sociales y de salud pública más preocupantes en la actualidad. Y no sólo por las gravísimas consecuencias que en términos de daños, lesiones y sufrimiento ocasiona en las víctimas; sino también porque la agresión se ve comúnmente asociada a graves disfunciones de adaptación social como, por ejemplo, la delincuencia, el abuso de drogas, la violencia familiar o el absentismo escolar. Además, el comportamiento agresivo suele hacer acto de presencia en multitud de trastornos psicopatológicos a lo largo del desarrollo, especialmente, en los trastornos por déficit de atención y comportamiento perturbador.

Sin embargo, a pesar de que la agresión ha sido y es una constante en la vida de muchas personas, afectándonos a todos de un modo u otro, su estudio científico sigue afrontando serias dificultades ya que, lejos de ser un concepto que describa una acción en particular, la ubicuidad, complejidad y diversidad de la agresión engloba multitud de comportamientos que, aunque puedan parecer similares, adquieren diferentes manifestaciones fenomenológicas (físicas o verbales), tienen diversas funciones (expresivas o instrumentales) y son provocados por multitud de condicionantes y circunstancias externas.

Diversos modelos han abordado la compleja explicación funcional de la agresión, entre ellos, destaca el modelo propuesto por el grupo de investigación de Kenneth Dodge y cols., en el que, basándose en el procesamiento de la información social, diferencian entre agresión reactiva y proactiva. Por una parte, la agresión reactiva implicaría aquellas conductas que se ven elicitadas como reacción a una provocación o a una amenaza percibida, ya sea real, imaginada o distorsionada. Por otra, la agresión proactiva incluiría acciones desencadenadas para la resolución de conflictos interpersonales y la consecución de beneficios, recompensas o refuerzos valorados por el propio agresor. En otras palabras, la agresión instrumental o proactiva es fría, premeditada y estaría fundamentada en la doctrina «el fin justifica los medios«; mientras que, por el contrario, la agresión reactiva se caracterizaría por «la deshumanización de las víctimas«.

Partiendo de este modelo teórico, ampliamente contrastado en población infanto-juvenil, desarrollamos un estudio empírico con objeto de adaptar en la población española un instrumento diseñado específicamente para evaluar la dimensión reactiva/proactiva de la agresión: el Cuestionario de Agresión Reactiva-Proactiva –RPQ-, elaborado por Adrian Raine, Kenneth Dodge, Rolf Loeber y otros colaboradores. Si bien, hay diferentes métodos y procedimientos que permiten evaluar la motivación de la agresión, elegimos este instrumento dado que, como muy bien dicen los autores de la prueba: «las motivaciones son evidentes para el agresor pero no son fácilmente accesibles al observador».

La muestra que utilizamos en el estudio estuvo compuesta por 732 adolescentes, con edades comprendidas entre los 12 y los 17 años de edad. El 49,2% fueron varones (n=360) y el 50,8% mujeres (n=372). La edad media de los participantes fue de 14,86 años; siendo la desviación típica de 1,69. Los centros escolares, pertenecientes a varios Municipios de la Comunidad de Madrid, fueron seleccionados al azar del total de los propuestos inicialmente como posibles participantes.

En primer lugar, se probaron dos modelos de medida de la agresión. Para cada uno de ellos se realizó un análisis factorial confirmatorio empleando modelos de ecuaciones estructurales. Se contrastaron los siguientes modelos: a) modelo 1: Agresión como constructo unidimensional en la que la agresión fue hipotetizada como una única variable latente; y b) modelo 2: Agresión como constructo bidimensional en el que se especificó la existencia de dos variables latentes (agresión reactiva y agresión proactiva). El modelo bidimensional fue el que mostró una adecuada bondad de ajuste en sus parámetros de medida; evidenciando así su validez de constructo. Por otra parte, se obtuvieron unos adecuados niveles de consistencia interna tanto en la escala total (alpha=0,91), como en las sub-escalas de agresión reactiva (alpha=0,84) y proactiva (alpha=0,87).

Profundizando en las diferencias en función del género y edad de los participantes, se observaron mayores niveles de agresión reactiva que proactiva tanto en hombres como en mujeres. Por otra parte, tal y como era de esperar, las puntuaciones de agresión reactiva fueron significativamente mayores que las proactivas en cada uno de los grupos de edad analizados en la muestra.

En definitiva, el cuestionario RPQ es un instrumento de auto-informe suficientemente válido y consistente a la hora de evaluar funcionalmente la agresión reactiva y proactiva en adolescentes. Dado que existen diferentes motivaciones y mecanismos que guían al adolescente a la hora de producir intencionalmente un daño y/o agresión, este instrumento es de especial utilidad para comprender la naturaleza funcional y/o motivacional de la agresión; facilitando así el estudio de los procesos y mecanismos psicológicos subyacentes. Consideramos, sin duda alguna, que la inclusión de la distinción motivacional «reactiva vs. preactiva» incrementaría notablemente la eficacia y eficiencia de aquellos programas dirigidos a la prevención e intervención de comportamientos agresivos durante la niñez y adolescencia.

El estudio original en el que se basa el artículo puede encontrarse en la Revista de Psicopatología y Psicología Clínica:
Andreu, J.M., Peña, M.E. y Ramirez, J.M. (2009). Cuestionario de agresión reactiva y preactiva: Un instrumento de medida de la agresión en adolescentes. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 14(1), 37-49.

Sobre los autores

José Manuel Andreu. Es Profesor Titular del área de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico I de la Universidad Complutense de Madrid. Miembro de la Internacional Society for Research on Aggression, sus investigaciones se han centrado en la medida y evaluación de la agresión, diferencias sexuales y factores socio-cognitivos.

Mª Elena Peña. Es Profesora Contratada Doctora por el Departamento de Personalidad, Evaluación y Psicología Clínica en la Universidad Complutense de Madrid. Sus investigaciones se han centrado en el ámbito de la conducta antisocial en adolescentes, factores de riesgo y de protección.

Jesús M. Ramírez. Es Profesor Titular de Psicobiología en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Instituto de Estudios Biofuncionales. Sus investigaciones se han centrado en el ámbito de la psicobiología de la agresión y la violencia. 

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