SE PUBLICA UN INFORME PRELIMINAR DEL DSM-5

29 Mar 2010

El pasado mes de febrero, la American Psychiatric Association –Asociación Americana de Psiquiatría- presentó un informe preliminar en el que se especifican las modificaciones que se proponen para la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales –Diagnostic Statistical Manual of Mental Disorders-, el DSM-5.

A pesar de que este borrador es la muestra de un trabajo aún en proceso, parece que el DSM-5 incluirá cambios de contenido importantes en relación con tres áreas: los criterios diagnósticos de las diferentes categorías diagnósticas de los trastornos mentales, cambios referidos al procesos de evaluación y consideraciones sobre la influencia diferencial de factores relacionados con el sexo, la raza o la cultura.

Todas las modificaciones propuestas frente al DSM-IV por los miembros de los grupos de trabajo creados para la elaboración de la nueva edición del DSM se fundamentan en la evidencia empírica disponible, así como en el consejo de diferentes expertos. 

Modificaciones relacionadas con los criterios y las categorías diagnósticas de los trastornos mentales

  • Respecto al grupo denominado trastornos de inicio temprano, en la infancia o en la adolescencia, se realizan tres recomendaciones relevantes. Por un lado, se propone que el desarrollo de nuevas categorías para los trastornos relacionados con el aprendizaje y el establecimiento de una única categoría independiente para los trastornos del espectro autista, que incluiría el trastorno autista, el síndrome de Asperger, el trastorno desintegrativo de la infancia y el trastorno del desarrollo no especificado. Además, los miembros de este grupo de trabajo han recomendado que se cambie el término diagnóstico de retraso mental por el de discapacidad mental.
  • Los integrantes del grupo de trabajo de la categoría denominada actualmente trastornos relacionados con el abuso y la dependencia de sustancias proponen sustituirla por una nueva que se denomine trastornos relacionados con las adicciones. Esta categoría debería incluir un diagnóstico para cada una de las sustancias que pueden provocar una adicción. Este cambio, que se fundamente en la eliminación del concepto «dependencia», pretende facilitar una mejor diferenciación entre el denominado «comportamiento de búsqueda de la droga» de carácter más compulsivo, y la respuesta adictiva normal, el fenómeno de la tolerancia o el síndrome de abstinencia que muchos pacientes pueden experimentar cuando siguen un tratamiento médico que afecta al sistema nervioso central.
  • Se propone crear una nueva categoría denominada adiciones relacionadas con la conducta (behavioral addictions) en la que, por el momento, sólo se incluiría el juego patológico. En un principio, se consideró la inclusión de la adicción a Internet, pero los expertos recomendaron su inclusión en un apéndice del manual, puesto que aún no se dispone de la suficiente evidencia científica para su consideración como categoría con entidad diagnóstica en sí misma.
  • Asimismo, se proponen nuevas escalas para valorar el riesgo de suicidio en adultos y adolescentes. Estas escalas incluyen criterios fundamentados en la evidencia científica como el comportamiento impulsivo o la ingesta abusiva de alcohol en adolescentes.
  • Se propone también la inclusión de una categoría de síndromes de riesgo. Esta categoría pretende ayudar a los profesionales a identificar las primeras fases de diferentes trastornos mentales de pronóstico grave como trastornos neurocognitivos (demencias) o las psicosis.
  • Dentro de la sección de los trastornos del estado de ánimo, se propone la inclusión de una nueva categoría diagnóstica, el trastorno de la desregulación del estado del ánimo con disforia (TDD). Esta categoría se fundamenta en los resultados de diez años de investigación científica sobre este tema y podría ayudar a los clínicos a diferenciar en los niños estos síntomas de aquellos más propios del trastorno bipolar o del trastorno negativista desafiante.
  • Con relación a los trastornos relacionados con la conducta alimentaria, para el DSM-5 se propone el reconocimiento del trastorno de ingesta compulsiva de comida, así como la mejora de los criterios diagnósticos de la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa. Igualmente, se recomiendan cambios en las definiciones de algunos de los trastornos de la alimentación actualmente descritos como de inicio en la infancia y en la adolescencia, para enfatizar que también se podrían desarrollar en personas de mayor edad.

Cambios referidos al procesos de evaluación: evaluación dimensional y evaluación diagnóstica

A este respecto, se propone la necesidad de realizar, además de la evaluación diagnóstica, una evaluación de carácter dimensional con el objetivo de posibilitar la una valoración de la gravedad sintomatológica, pero también facilitará una visión transversal de dichos síntomas, es decir, aquellos que pueden ser comunes a diferentes diagnósticos (como el insomnio o la ansiedad).

Exhaustiva consideración de factores relacionados con el sexo, raza o la cultura

La nueva edición del DSM, incluye también la consideración de diferentes variables relacionadas con el sexo, la raza o la cultura que podrían influir de manera significativa en el diagnóstico. En el desarrollo del DSM-5, se ha creado un Grupo de Trabajo sobre Género y Características Culturales que, en función de la evidencia empírica, ha determinado si algunas categorías diagnósticas han de ser sensibles a estos factores, puesto que podrían estar afectando a la prevalencia, pero también a la expresión sintomatológica.

Toda la información sobre estas modificaciones propuestas se encuentran disponibles en la página Web del DSM-5 hasta el 20 de abril de 2010 para que todos aquellas personas interesadas tengan la posibilidad de consultarlas, pero también de enviar comentarios y recomendaciones que consideren oportunas. Los diferentes grupos de trabajo tendrán en cuenta dichos comentarios para la versión definitiva del manual.

El proceso de desarrollo de la quinta edición del DSM, que se inició el pasado año 2004, se encuentra ya en sus últimas fases, puesto que durante los próximos dos años se pretenden realizar ensayos clínicos controlados que sometan a prueba la validez de todas estas modificaciones en el contexto clínico real, estando prevista la presentación de la versión definitiva del DSM-5 en mayo de 2013.

Más información en www.DSM5.org.

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