PROGRAMA DE TRATAMIENTO PSICOLÓGICO PARA LA ADICCIÓN AL MÓVIL – ENTREVISTA A M. CHÓLIZ

14 Abr 2010

Las nuevas tecnologías, como Internet, los videojuegos o los teléfonos móviles, constituyen, sin duda, referentes de la época actual, así como suponen grandes beneficios para nuestra sociedad. Sin embargo, también han provocado la aparición de nuevos problemas como la adicción a las nuevas tecnologías. Por ello, la Universidad de Valencia en colaboración con la Fundación para el Estudio, Prevención y Asistencia a las Drogodependencias ha puesto en marcha un programa de tratamiento psicológico de carácter gratuito para la adicción al teléfono móvil, que dirige Mariano Chóliz, y al que Infocop Online tiene el placer de entrevistar.

 
Mariano Chóliz

Mariano Chóliz es Profesor Titular en el Departamento de Psicología Básica de la Universidad de Valencia y Director del curso de postgrado: Adicción al Juego y otras Adicciones Comportamentales, título propio de la Universidad de Valencia. Como experto en el área, tiene diversas publicaciones en revistas nacionales e internacionales sobre adicción al juego de azar y adicciones tecnológicas y ha desarrollado el Programa de Prevención de Adicciones Tecnológicas -PrevTec 3.1-, que está a punto de editarse. 

ENTREVISTA

La Universidad de Valencia acaba de poner en marcha un programa de tratamiento para los problemas de adicción a los teléfonos móviles de carácter gratuito y que usted dirige. Como experto en el tema, ¿por qué ha surgido actualmente la necesidad de comenzar una intervención de este tipo?

Esta experiencia forma parte de un proyecto financiado por FEPAD (Fundación para el Estudio, Prevención y Asistencia a las Drogodependencias) en convocatoria pública de ayudas y supone una continuación de otros proyectos que hemos llevado a cabo en la Unidad de Investigación de Adicción al Juego y Adicciones Tecnológicas del Departamento de Psicología Básica, también en colaboración FEPAD. En un primer momento, evaluamos el patrón de uso del móvil en los adolescentes, para posteriormente elaborar un programa de prevención de adicciones tecnológicas que estamos a punto de editar. Quedaba por desarrollar un protocolo de tratamiento y validar su eficacia, con la finalidad de ofrecerlo a los profesionales que estén interesados o que tengan la necesidad de intervenir en este problema. Hemos comenzado con el móvil y tenemos previsto continuarlo con videojuegos e Internet.

Las nuevas tecnologías han supuesto grandes beneficios en la sociedad actual, pero también han provocado la aparición de nuevos problemas como la adicción al móvil. ¿En qué se parece este problema a otras adicciones más clásicas como el consumo de sustancias o la ludopatía? ¿En qué se diferencian?

Lo primero que habría que indicar es que el propio término de adicciones tecnológicas no está recogido como tal en el DSM-IV y ni siquiera está previsto para el DSM-V. No obstante, numerosos investigadores y profesionales abogan por considerar la existencia de conductas adictivas más allá de las producidas por el consumo de sustancias. En uno de los primeros trabajos exploratorios que realizamos sobre el patrón de uso del móvil, pudimos constatar que algunos adolescentes manifestaban comportamientos similares a los que se describen en los criterios de dependencia de sustancias. En concreto: a) utilizaban el teléfono cada vez más y ya no encontraban satisfacción en usarlo solamente para las llamadas necesarias; b) se encontraban mal cuando no lo podían utilizar o si pasaba mucho tiempo sin usarlo; c) tenían problemas con sus padres por el consumo excesivo, tanto de tiempo como de dinero; d) utilizaban demasiado el móvil, hasta el punto de que ello interfería en las relaciones familiares o en los estudios; e) eran incapaces de dejar de usarlo ni siquiera por la noche o en el momento de las comidas, etc. Si sustituimos «utilización o consumo de móvil» por el de «consumo de sustancia», puede observarse que se trata de los mismos criterios que definen un trastorno por dependencia.

Es evidente que hay numerosas diferencias entre drogodependencias y adicciones tecnológicas. La fundamental es que se trata de una conducta que en sí misma no es nociva, como sí que lo son muchas sustancias tóxicas y que, por lo tanto, no provoca el grave deterioro orgánico de las drogodependencias. Pero no debemos olvidar que la adicción no solamente se produce por los efectos químicos de las sustancias. Y es un hecho indudable el que hay adolescentes que tienen problemas por el abuso y dependencia del móvil, teniendo en cuenta los propios criterios del DSM-IV. Dichos problemas los pudimos constatar mediante cuestionarios elaborados por nuestro equipo de investigación.

¿A quién se dirige este programa de tratamiento? ¿Qué personas pueden beneficiarse del mismo?

El programa de tratamiento está dirigido a cualquier persona que sea incapaz (o que encuentre dificultades) de controlar el uso del móvil y que ello le acarree problemas económicos, personales, familiares o sociales. No obstante, es previsible que la mayoría de interesados sean jóvenes y adolescentes, puesto que son las etapas en las que se evidencian los mayores inconvenientes en abuso del móvil. 

¿En qué consiste el protocolo de intervención?

Para desarrollar el protocolo nos hemos basado en el tratamiento de otras adicciones no tóxicas, especialmente del juego de azar, salvando las evidentes diferencias que existen entre ellas. El tratamiento tiene varias fases. En la primera, se llevará a cabo la evaluación y diagnóstico: anamnesis mediante entrevista semiestructurada, valoración de las principales variables personales y sociales, así como el correspondiente análisis funcional. Posteriormente, se realizarán sesiones individuales (con acompañamiento de los padres en el caso de menores) en las que se enseñarán técnicas para aprender a controlar el impulso, superar el malestar por la privación del consumo, técnicas de autocontrol y organización del tiempo, etc. Paralelamente, se llevarán a cabo sesiones de grupo, en las cuales se entrenarán tanto las habilidades específicas necesarias para aprender a controlar el uso del móvil y solucionar los problemas que genera la adicción, como otras generales que sirvan para fomentar conductas alternativas. La última fase consiste en prevención de recaídas, también en sesiones de grupo, en las que se enseñará a identificar situaciones de riesgo y se entrenará en estrategias para evitar volver a consumir excesivamente.

¿Qué líneas de futuro se plantean respecto a este protocolo de tratamiento estandarizado que han diseñado si este comienza a evidenciar datos empíricos de eficacia?

La dependencia a las tecnologías es un problema que vamos a tener que abordar con intervenciones eficaces y específicas, ante el más que previsible incremento en los problemas derivados del abuso de las mismas. Afortunadamente las adicciones tecnológicas no tienen la gravedad de algunas drogodependencias o el propio juego de azar, pero es indudable que algunas personas tienen serios problemas con ellas. También es una ventaja el que no partamos de cero, puesto que disponemos de un arsenal de técnicas de intervención, así como de investigación básica sobre el proceso adictivo que resulta muy útil a la hora de elaborar un protocolo de estas características. En el caso de que el tratamiento se demuestre útil o eficaz lo editaremos para que los profesionales que lo necesiten o que estén interesados, puedan disponer de él fácilmente. Disponemos de una página Web (www.adiccionestecnologicas.es) a la que todos los que estén interesados pueden acudir para compartir recursos o información y pretendemos que sea una plataforma en la que nos encontremos los investigadores y los profesionales. El siguiente paso, obviamente, serán Internet y videojuegos, sobre los cuales esperamos ofrecer en breve los adecuados protocolos de tratamiento.

Para finalizar, ¿le gustaría añadir alguna cosa más?

Lo primero es que las tecnologías de la información y el ocio son extraordinarias y que en modo alguno pretendemos que no se utilicen. Internet, móvil y videojuegos se han convertido en señas de identidad de las sociedades modernas, y no sólo en la dimensión profesional, sino también en las propias relaciones interpersonales o en el ocio. Lo que ocurre es que son tan atractivas y su uso es tan generalizado para tantas actividades, que es muy fácil pasar de un uso elevado a un abuso y, de ahí, llegar a depender de ellas, lo cual, como cualquier dependencia, no es sino un atentado contra la libertad personal. Es por ello que es imprescindible aprender a usarlas adecuadamente, máxime cuando existe una presión comercial muy fuerte para que se produzca un consumo excesivo.

En segundo lugar, agradecer al COP el interés por nuestro trabajo, ya que la relación entre la Universidad y los Colegios Profesionales es tan deseable como necesaria. Y mi compromiso de mantenerles informados de los resultados que vayamos obteniendo.

Referencias:
Choliz, M., Villanueva, V. y Choliz, M.C. (2009). Ellas, ellos ys su móvil: Uso, abuso (¿y dependencia?) del teléfono móvil en la adolescencia. Revista Española de Drogodependencias, vol. 34, 1, 74-88.

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