Los resultados preliminares muestran que, de los 18 niños que completaron el programa, 14 de ellos no presentaron criterios diagnósticos para el trastorno de ansiedad. De los 5 niños que además tenían un trastorno depresivo concomitante, solamente 1 siguió cumpliendo los criterios diagnósticos para este trastorno al finalizar el programa.
Estos datos ponen de manifiesto la importancia de tener en cuenta tanto la aplicación de un enfoque más amplio y generalizado a la hora de abordar los trastornos de ansiedad y depresión, como la implicación activa de los padres a través de la psicoeducación y del entrenamiento específico para manejar los problemas que presentan sus hijos.
Asimismo, constatan la eficacia de la terapia cognitivo-conductual como tratamiento de primera elección en estos trastornos, tal y como aconseja la Guía de Práctica Clínica del National Institute for Health and Clinical Excellence –NICE-.
El estudio, que lleva por nombre The Development of a Transdiagnostic, Cognitive Behavioral Group Intervention for Childhood Anxiety Disorders and Co-Occurring Depression Symptoms, ha sido publicado en la revista científica Cognitive and Behavioral Practice.