Los autores del estudio han sido los psicólogos Covadonga Cháves, Carmelo Vázquez, y Gonzalo Hervás, miembros del Equipo de Investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid.
La investigación se llevó a cabo en 100 niños de edades comprendidas entre 5 y 18 años -tratados por enfermedades crónicas o de mal pronóstico en diferentes hospitales con Unidad Pediátrica- y sus respectivas familias. Con el fin de evaluar los efectos del cumplimiento de un deseo sobre las emociones positivas y sobre el bienestar psicológico de estos niños y de su entorno familiar, se dividió la muestra en dos grupos: un grupo experimental (al que se tomaron dos medidas de las variables: una antes de cumplir el deseo y otra 3 semanas después de realizarlo), y un grupo control (cuyo deseo se realizó después de tomarse las dos medidas separadas por el mismo intervalo de tiempo). Asimismo, se realizó un seguimiento a los 6-9 meses para observar los efectos a largo plazo.
Los datos revelaron que, tres semanas después, los niños del grupo experimental percibieron una mejora en su enfermedad a la vez que manifestaron sentirse más satisfechos con su vida y con menos sentimientos de soledad. Igualmente, en los padres se halló un aumento de emociones positivas y de percepción de mejora en la enfermedad de sus hijos. Estos resultados se mantuvieron a los 6-9 meses, tal y como reveló un posterior seguimiento.
Al analizar los datos en función del "tipo de deseo", se halló que aquellos deseos relacionados con "desear" o "visitar" tenían efectos más beneficiosos en los niños y en los padres en comparación con los deseos relacionados con "tener". Estas diferencias se mantuvieron en el seguimiento.
En cuanto a los informes médicos, a las 3 semanas percibieron una mejoría psicológica en los niños del grupo experimental, y fue durante el seguimiento, cuando reportaron diferencias entre ambos grupos en referencia al estado de salud (el 62% de los niños del grupo experimental había presentado alguna mejora física).
Este estudio, pionero en España, pone de manifiesto cómo el hecho de cumplir un deseo a niños con enfermedades graves, favorece una mejor valoración de su salud subjetiva y genera cambios positivos sobre su bienestar emocional tanto a corto como a largo plazo, extendiéndose también estos efectos sobre sus padres.
Para acceder al informe del estudio completo, pincha aquí: Estudio sobre emociones positivas en niños con enfermedades graves.