EE.UU. apuesta por mejorar el acceso a los servicios de salud mental

15 Feb 2013

El Gobierno de EE.UU., urgido ante la necesidad de frenar la oleada de tiroteos que se han producido en los últimos meses en diversos centros educativos de este país, aprobó el mes de enero un total de 23 decretos dirigidos a prevenir la violencia y a atajar el problema del acceso a armas de fuego.

Entre estas medidas se contempla – además de aumentar el control sobre la venta de armas y restringir el acceso a potenciales compradores – prestar una mayor atención a los problemas de conducta y presencia de trastornos mentales y abuso de drogas en niños y adolescentes.

Tal y como señaló el presidente de los EE.UU. en una rueda de prensa, el objetivo de esta reforma es “hacer que el acceso a la atención a la salud mental sea tan fácil como el acceso a las armas de fuego”.

A este respecto, Obama apuntó que si bien una persona con problemas de salud mental tiene mayor probabilidad de ser víctima de un crimen violento que de ser el perpetrador de dicho acto, los recientes tiroteos han puesto de manifiesto que algunos casos de problemas de conducta y de salud mental “pueden desembocar en situaciones críticas si las personas no reciben el tratamiento adecuado”. Por este motivo, insistió, “tenemos que hacer algo más que dejar las armas fuera del alcance de las personas con problemas de salud mental grave” (…) ”necesitamos identificar los problemas de salud mental de manera precoz y ayudar a que las personas reciban el tratamiento que necesitan antes de que se desencadenen estas situaciones de peligro”.

De esta manera, el nuevo plan de Obama para prevenir y abordar los problemas de salud mental se cimenta sobre dos pilares, que son:

  • Iniciativas dirigidas a mejorar la seguridad en los centros escolares y la capacidad de la comunidad educativa para identificar y dar una respuesta eficaz a la presencia de problemas de salud mental, abuso de sustancias o violencia escolar.
  • Medidas para mejorar el acceso a servicios de salud mental para toda la población, y especialmente para los jóvenes y niños, así como intensificar la concienciación pública sobre este tema.

Específicamente, los decretos aprobados contemplan una importante partida presupuestaria para aumentar el número de “profesionales especializados en abordar los problemas de conducta en los centros educativos”, que implementen prácticas basadas en la evidencia para mejorar el clima escolar. A este respecto, y basándose en la opinión de expertos, las intervenciones evitarán la prescripción de fármacos, debido a sus graves efectos secundarios en niños, priorizándose otro tipo de intervenciones que aseguren que estos problemas de conducta “normales” en la infancia y la adolescencia no se etiqueten incorrectamente como trastornos mentales.

Asimismo, se ha anunciado la puesta en marcha del Programa AWARE (Advancing Wellness and Resilience in Education – Mejorar el bienestar y resiliencia en la educación). Dicho programa, que cuenta con un presupuesto de más de 100 millones de dólares, se implementará en los centros educativos con el objetivo de identificar de manera temprana a los alumnos con problemas de salud mental y derivarles a tratamiento. El Programa AWARE consta de los siguientes componentes clave:

  • Unos talleres de formación en primeros auxilios en salud mental para que los profesores y adultos que intervienen en los contextos educativos aprendan a identificar a los alumnos con problemas psicológicos y ayuden a las familias a buscar tratamiento.
  • La creación de redes de coordinación entre los centros escolares, la policía, los servicios de salud mental y otras organizaciones locales, que garanticen que los estudiantes con problemas de salud mental o de conducta accedan a los servicios que precisen.
  • La implementación de estrategias innovadoras a escala estatal, que proporcionen a los jóvenes con problemas de salud mental o abuso de sustancias un apoyo inmediato más allá del contexto escolar.
  • La inversión en servicios de salud mental para los estudiantes víctimas de actos violentos, de tal manera que se consiga frenar la escalada de violencia que afecta a uno de cada cinco jóvenes.
  • La formación de 5.000 nuevos profesionales de la salud mental (entre los que se incluyen psicólogos, trabajadores sociales y consejeros) que puedan atender a los estudiantes y a la comunidad educativa por todo el país.

Con estas medidas legislativas, EE.UU. se suma a la lista de países que están iniciando cambios en sus sistemas sanitarios para priorizar la atención a la salud mental, – tradicionalmente relegada a un segundo o tercer plano -, dadas las graves repercusiones que supone la inadecuada cobertura de los problemas de salud mental en la población, tanto en términos de costes económicos como de sufrimiento humano, así como el aumento considerable de la prevalencia de trastornos mentales.

Las acciones emprendidas por el Gobierno de Obama, si bien  han recibido críticas por el perjuicio que pueda causar la identificación de la enfermedad mental con los actos violentos acaecidos en las escuelas de este país, se espera que produzcan un cambio sin precedentes en la mejora del acceso a los servicios de salud mental de toda la población, permitiendo que millones de estadounidenses, que actualmente no disponen de este tipo de cobertura, puedan acceder a tratamiento para este tipo de problemas.

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