EL CASTIGO FÍSICO EN EL PUNTO DE MIRA

18 Ene 2006

 

 

Ya lo dijo la Convención de Derechos del Niño de Naciones Unidas y fue posteriormente respaldado por España: el castigo físico a los niños no es aceptable. Así lo mostraba ayer el periódico El País. Según esta fuente, son muchos los expertos que opinan que lo único que provoca este castigo físico en el niño es miedo, provocando de esta forma que olviden el motivo por el que fueron recriminados.

            

Así, para el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Pedro Núñez Morgades, «la violencia puede paralizar temporalmente al niño, pero nada más«. Es más, puede producir que el niño se insensibilice ante el dolor ajeno además de provocar que afronte sus problemas de forma violenta. Además, muchas veces los padres se sienten culpables por lo que acaban de hacer y tienden a darle al niño todo lo que quiere, lo que supone mostrar comportamientos contradictorios y, en definitiva, termina por confundir al niño.

Una de las organizaciones que luchan por los derechos de los niños es Save the Children (www.savethechildren.es) que, junto con el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, llevan a cabo una campaña cuyo objetivo es sensibilizar y formar a padres y madres así como profesionales de este área sobre la necesidad de erradicar el castigo físico a los niños y promocionar las alternativas de disciplina existentes. El nombre de dicha campaña es «Corregir no es pegar».

Según esta organización, el castigo físico son las bofetadas, los azotes, golpes en la cabeza, los tirones de pelo y orejas, los pellizcos y otras agresiones corporales, así como la humillación que conllevan.

Es una forma de violencia socialmente aceptada pero, tal y como establece la Convención sobre los Derechos del Niño, se trata de una violación del derecho del niño a su integridad física.

En cuanto a lo que opinan los adultos al respecto (Fuente: CEIS, 2004), parece que a menor edad de los padres así como mayor nivel educativo, menor aceptación del castigo físico. Pero la realidad es que un 56,9% de ellos cree que, a veces es necesario pegar para educar.

Si preguntamos a los niños (Fuente: encuesta a niños y niñas realizada por Save the Children, 2005), el 46% de ellos piensa que no hace falta pegar para imponer disciplina. Asimismo dicen que el castigo físico les produce dolor, tristeza, enfado, miedo, culpa y soledad.

Dentro de la campaña, se incluyen alternativas para los padres frente al castigo físico con dos ideas generales: autoridad y cariño. Entre ellas están:

  • Imponer normas y límites coherentes a los niños y niñas, hacerlas respetar y castigarlos con firmeza y claridad cuando se salten la norma, pero sin pegarles ni humillarles.

  • Educar a los niños y niñas en derechos y responsabilidades, fomentando su autonomía.

  • Compartir el tiempo suficiente y de calidad con nuestros hijos e hijas.

  • Demostrar el cariño (abrazar, besar a nuestros hijos) y decirlo, no darlo nunca por supuesto («Él sabe que le quiero»), independientemente de que a veces hagan las cosas mal y se equivoquen.

  • No chantajear afectivamente a nuestros hijos ni dejarnos chantajear por ellos.

  • Premiar a nuestros hijos e hijas no sólo con cosas sino con tiempo compartido y con nuestro reconocimiento.

  • Enseñar a pedir perdón pidiéndoselo nosotros cuando nos equivocamos.

Tal y como aparece en El País, para la psicóloga clínica experta en tratamiento de niños hiperactivos Trinidad Bonet, el castigo debe reunir una serie de requisitos: que sea inmediato, justo, adecuado a la edad, intenso pero no desmesurado, constante (siempre que se realice, la conducta se aplicará a la consecuencia), avisado (el niño sabe que si hace algo en concreto recibirá ese castigo) y acompañado del refuerzo de la conducta contraria positiva.

El psicólogo y secretario general de la Oficina del Defensor del Menor de Madrid, José Antonio Luengo, cree que el diálogo es crucial a la hora de resolver situaciones conflictivas entre padres e hijos.

La organización Save the Children, dentro de la promoción de una educación sin castigo físico, además de proporcionar alternativas al mismo, da algunas ideas para resolver conflictos en el hogar.

  • Los conflictos son inevitables y afrontarlos fortalece la relación, evitarlos generalmente la daña.

  • A veces el conflicto puede convertirse en una forma de relacionarse y llamar la atención y a menudo discutimos con quien más queremos.

  • Debemos dejar claro con nuestra conducta y nuestras reacciones que la violencia es un límite que nunca se puede traspasar. Cualquier argumento puede ser aceptado en un conflicto mientras no sea sostenido desde la violencia o la legitime.

  • El punto de partida para la resolución de un conflicto es la comunicación y el perdón, que cada persona pueda expresar sus sentimientos sin ser juzgado por ello y de que cada uno pida perdón a los otros por los errores cometidos.

  • Antes de imponer un castigo, hay que escuchar.

  • Comunicarse no es sólo una cuestión de contenido sino de forma. Podemos decir las cosas sin herir al otro y para ello tenemos que encontrar el momento adecuado.

En cuanto a la legislación vigente, El País refleja que, según el actual Código Civil, en su artículo 154 en su último párrafo los padres y las madres podrán «corregir razonable y moderadamente a los hijos». Esta ambigüedad en el texto ha dado pie a que numerosas instituciones de protección de la infancia propongan añadir «siempre que no sea un castigo físico o dañe la dignidad del menor», para no dar lugar a equívocos. Según Pedro Núñez Morgades, se trata de hacer pedagogía social.

La ONU y el Consejo Europeo han solicitado en repetidas ocasiones la prohibición del castigo físico en el niño.

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