LAS DEPENDENCIAS EMOCIONALES – JORGE CASTELLÓ

19 Ene 2006

D. Jorge Castelló Blasco es Psicólogo y Psicoterapeuta de adultos. Autor del libro «Dependencia emocional» participará mañana, 20 de enero, en la mesa «Dependencias afectivas o emocionales» que tendrá lugar dentro del marco del I Encuentro Profesional sobre Dependencias Sentimentales, que se celebra en Madrid.

ENTREVISTA

 

Participa usted en la mesa «Dependencias afectivas o emocionales« que tendrá lugar en el I Encuentro Profesional sobre Dependencias ¿podría extenderse en relación a su intervención en este mesa?

Mi ponencia se titula «Clínica de las dependencias afectivas», y en ella expongo las características de la dependencia emocional tanto en su forma más común como en otra más atípica que denomino «dependencia emocional dominante». 

¿Cómo se definen las dependencias afectivas o emocionales?

La dependencia emocional, en su forma estándar, es la necesidad afectiva extrema que una persona siente hacia otra a lo largo de sus diferentes relaciones de pareja. Entre las características de estas personas destacan el aferramiento excesivo hacia su pareja, la sumisión hacia ella, la idealización del compañero-a, una autoestima tremendamente baja, intolerancia a la soledad y una tendencia a llevar a cabo relaciones de pareja muy desequilibradas.

¿Cuándo puede diagnosticarse o afirmarse que existe una dependencia emocional?

El diagnóstico de la dependencia emocional lo debemos hacer los profesionales basándonos en las características que he expuesto brevemente. En mi libro «Dependencia emocional: características y tratamiento» (Alianza Editorial, 2005) expuse unos criterios diagnósticos provisionales y en la ponencia que voy a impartir los comentaré también.

¿Pueden entenderse las dependencias afectivas como cualquier otro trastorno relacionado con dependencias? En otras palabras, ¿podemos considerar que los mecanismos a la base de una dependencia relacionada, por ejemplo, con el alcohol operan de la misma manera en las dependencias afectivas?

Efectivamente, el mecanismo de la dependencia es similar porque hay una fijación absoluta hacia el objeto de la adicción (la pareja, en este caso), un síndrome de abstinencia si la relación se rompe por nefasta que esté resultando, etc. Pero desde mi punto de vista la dependencia emocional es un trastorno de la personalidad, porque acompaña al sujeto desde su adolescencia o principio de la edad adulta y afecta de una manera estable y permanente a la totalidad de su persona. De hecho, lo más normal es que los dependientes emocionales vivan su vida en torno a las relaciones de pareja, generalmente teniéndolas pero también obsesionándose con las que han terminado, fantaseando con otras nuevas, etc. Es un trastorno de la personalidad íntimamente relacionado con la baja autoestima y la tendencia a compensarla con personas a las que se idealiza.

¿Qué consecuencias tiene para la persona la dependencia emocional?

Bastante graves, porque a las dificultades de personalidad que he expuesto se acompaña que las relaciones de pareja que estas personas llevan a cabo suelen ser muy desequilibradas, con lo que la explotación, la dominación e incluso en muchas ocasiones los malos tratos pueden aparecer. Con todo esto, se activa un círculo vicioso por el que la persona todavía se lleva peor consigo misma y busca de manera más insistente un suministro afectivo externo.

¿Cómo se interviene con este tipo de dificultades?

El tratamiento debe ser psicoterapéutico principalmente, sobre todo por tratarse de problemas de personalidad. Los grandes objetivos deben ser incrementar la autoestima, normalizar la situación afectiva de la persona (pudiendo incluso prescribir la ruptura de una relación, si es necesario) y buscar el equilibrio afectivo en las relaciones interpersonales, sobre todo en las de pareja.

¿Cuál es el papel del psicólogo/terapeuta en estos casos?

Al principio es más de apoyo y contención, sobre todo si el dependiente emocional está en plena relación de pareja patológica o si, como es más normal, se acaba de producir la ruptura. Progresivamente, se puede ir introduciendo un trabajo terapéutico centrado en los objetivos antes expuestos, para lo que lo más adecuado es utilizar técnicas integradoras y no ceñirse a los planteamientos de una determinada tendencia psicológica.

¿Existen factores que favorezcan y/o protejan frente a la dependencia emocional? ¿Existe tal vez un perfil de persona especialmente vulnerable a la dependencia emocional?

Sí, suelen ser personas con baja autoestima y que han sufrido relaciones afectivas insatisfactorias (con todo lo ambiguo que es este término y que puede incluir negligencias, escasa afectividad, malos tratos, abusos sexuales, etc.) a lo largo de sus vidas. No obstante, estas personas no han tomado la opción de «enfrentarse al mundo» como pueden hacer las más agresivas o antisociales, sino que han mantenido su disposición a la vinculación afectiva buscando permanentemente resolver esta carencia.

¿Sería una persona con una dependencia emocional dependiente de manera general en todas sus relaciones, o particularmente lo será sólo con una persona? Dicho de otra manera, ¿es la persona que sufre dependencia emocional dependiente de manera generalizada?

El objeto principal de la dependencia es siempre la pareja, ocupando el primer lugar con muchísima diferencia. No obstante, y sobre todo en casos de ruptura o en los que el dependiente se encuentra solo, suele agarrarse también mucho de amistades, buscando casi siempre relaciones de «uno a uno», lo cual manifiesta la profunda necesidad afectiva que tienen.

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