Los resultados del análisis que realizan los autores acerca de los programas de intervención para los trastornos de ansiedad y depresión, se presentan en la tabla 1.
Tabla 1: Relación costes/beneficios de las intervenciones eficaces para el tratamiento de los trastornos depresivos y de ansiedad en niños y adolescentes
Tipo de intervención |
Rango de edad |
Coste por niño (euros/libras) |
Beneficio: ratio de coste |
Para los trastornos depresivos |
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Terapia cognitivo-conductual grupal |
12-18 |
438€/£314 |
32:1 |
Terapia cognitivo-conductual individual |
12-18 |
3.944€/£2.829 |
2:1 |
Para los trastornos de ansiedad |
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Terapia cognitivo-conductual grupal para niños |
5-18 |
364€/£252 |
31:1 |
Terapia cognitivo-conductual para padres |
5-18 |
240€/£175 |
10:1 |
*Adaptado de Khan, Parsonage y Stubbs (2015), págs. 12 y 14 .
Según se desprende de los resultados obtenidos en el análisis de costes/beneficios, y tal y como establecen los autores, “existe evidencia clara y contundente sobre la buena relación coste-beneficio de la aplicación de intervenciones cognitivo-conductuales para los problemas de depresión y ansiedad en niños y adolescentes”.
Las intervenciones cognitivo-conductuales aplicadas tanto de manera individual como grupal constituyen una inversión positiva para reducir el impacto de los trastornos de ansiedad y depresión en niños entre los 5 y los 18 años. Específicamente, la aplicación de la terapia cognitivo-conductual para los trastornos de depresión o ansiedad, en formato grupal, supone un ahorro económico de 32 y 31 euros, respectivamente, por cada euro invertido.
Tal y como subrayan los autores del informe, el ahorro que supone la aplicación de estos tratamientos en la etapa infanto-juvenil en relación con el gasto público que generan los trastornos de depresión y ansiedad si no son tratados eficazmente durante este periodo, justifica y apoya la inversión de esfuerzos en esta dirección.
Desafortunadamente, la aplicación de este tipo de tratamientos en niños y adolescentes constituye hoy en día una de las principales carencias de los sistemas sanitarios públicos, enmarcados en una línea de actuación en la que predomina exclusivamente el tratamiento farmacológico de los trastornos mentales y su abordaje principalmente en la etapa adulta. Para los autores del informe, los sistemas están construidos bajo una “falsa economía”, en la medida que el no proporcionar tratamientos eficaces para la salud mental de los niños y adolescentes, como la terapia cognitivo-conductual, no supone un ahorro, sino el incremento considerable del gasto público (en términos de costes sanitarios directos e indirectos y de costes sociales), mientras que la introducción de tratamientos psicológicos en este periodo supondría un inversión positiva para la economía del país, tal y como se desprende del análisis de la relación coste/beneficio de estas terapias. |