Cómo son nuestros nacimientos dice mucho de cómo es nuestra sociedad, jornada del COPAO

17 Jun 2016

COP Andalucía Occidental

El pasado viernes 20 de mayo, con motivo de la Semana Internacional del Parto/Nacimiento Respetado, se reunieron en el salón de actos del Círculo Mercantil, en pleno centro sevillano, profesionales de distintos campos para reflexionar sobre la situación actual en relación al parto y al nacimiento, sus implicaciones en las mujeres, bebés, en los/as propios/as profesionales que los atienden y en la sociedad en general, así como para intentar encontrar soluciones ante la deshumanización a la que se están sometiendo. El evento, de carácter divulgativo y gratuito, titulado La importancia del Parto/Nacimiento respetado: Presente y Futuro, estaba promovido por el Grupo de Psicología Perinatal del Colegio Oficial de Psicología (Delegación de Sevilla) y tenía como objetivo visibilizar, sensibilizar y concienciar.

La coordinadora del grupo y organizadora del evento, la Dra. Cristina Medina Pradas, psicóloga perinatal y psicoterapeuta familiar, miembro del Observatorio de la Violencia Obstétrica, y docente e investigadora en la Universidad, presentó el acto incidiendo en el hecho de que el parto y el nacimiento son importantes. Decía: “Son eventos de primer orden en la vida, de una enorme trascendencia, y tienen implicaciones muy diversas y muy significativas, y no sólo a nivel personal o familiar, sino también a nivel social. Cómo son nuestros partos dice mucho de cómo es nuestra sociedad (del papel que el sistema pretende otorgar a las mujeres, de la actitud que el sistema pretende con las niñas y los niños). Las circunstancias en las que nacemos condicionan nuestros primeros momentos, nuestras primeras relaciones, nuestros primeros vínculos; y nuestros primeros momentos condicionan los segundos, y así hasta que somos personas adultas y nos preguntamos el porqué de muchas cosas”.

La charla de apertura estuvo a cargo de la psicóloga Lidia Claudel, especializada en maternidad y crianza respetuosa, quien abordó la cuestión de “¿Por qué tenemos los partos que tenemos?”. Hizo un recorrido por la historia del parto en nuestra comunidad, para ubicarnos en la situación de deshumanización y medicalización que se vive en la mayoría de las maternidades en la actualidad. Se situó la tecnocracia y el sistema patriarcal imperantes como los principales responsables de la pérdida de los aspectos mamíferos esenciales del proceso, llegando a situarlo en un plano muy alejado de lo emocional. A su vez, explicó cómo el miedo desmesurado que provoca el parto en las mujeres hoy día es malinterpretado como una incapacidad de la mujer para parir y como esto a su vez dispara un exceso de intervencionismo y desnaturalización del proceso.

A continuación, daba comienzo la mesa redonda acerca de las Consecuencias de la Violencia Obstétrica desde un punto de vista multidisciplinar. La primera intervención fue la de las matronas Nuria Barberá y Sebastien Macors titulada Consecuencias de la violencia obstétrica en los profesionales que atienden partos. Ambos trabajan en hospitales públicos del Sistema Andaluz de Salud y explicaron cómo la aparición del término «violencia obstétrica» hace diez años vino a poner nombre a sus experiencias vividas en el trabajo. Su deseo convencido de respetar a las mujeres, sus tiempos y sus partos se hace difícil de llevar a cabo en sus contextos de trabajo, llevándoles incluso a padecer sentimientos de temor ante una guardia. Fue el momento más intenso y emotivo de las jornadas ver a la pareja (con su bebé en brazos) representar, con una canción de Rosa Zaragoza de fondo, las voces y situaciones cotidianas a las que se han visto sometidos en sus trabajos.

Momento de la Jornada La importancia del parto/nacimiento respetado

Desde el punto de vista de la fisioterapia, Elena Pozo, especialista del suelo pélvico alertaba de los peligros de no atender a la mujer en todo el recorrido del embarazo, parto y posparto de cara a la prevención. Habló de la existencia de factores de riesgo modificables, donde estarían incluidos los pujos dirigidos y las maniobras invasivas no recomendadas (como el Kristeller, la episiotomía o el uso de fórceps y ventosas) durante el parto, así como de las patologías pélvicas consecuencia de todo ello, las cuales abarcan el 80% de los casos que atiende en su consulta. Dichas patologías, además, tienen consecuencias fundamentales para el buen desarrollo de la vida de la mujer (control de esfínteres, relaciones sexuales, etc.).

Seguidamente, la psicóloga clínica Marta Báez, coordinadora del Grupo de Perinatalidad de la Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente, profundizó en las Consecuencias psicológicas del parto traumático. Enfatizó de nuevo la importancia de la prevención, la importancia de incluir a los profesionales de la Psicología en los equipos de atención al parto desde el momento en el que una mujer se queda embarazada, lo importante que es que los profesionales que las atiendan estén formados para poder derivar y detectar precozmente. Habló también de la vulnerabilidad máxima con la que una mujer se encuentra en el momento de parir debido al proceso neurohormonal, gracias a la cual cualquier suceso durante el mismo, ya sea positivo o negativo, estará destinado a grabarse en su memoria. Habló fundamentalmente de la depresión posparto y el estrés postraumático como patologías consecuencia de haber sido víctima de malas prácticas o malos tratos. E incluyó la vivencia del/de la bebé como persona independiente, el/la cual va a padecer en  primera persona las consecuencias de todo eso. “Una madre que está inmersa en sus vivencias, angustiada o deprimida, no puede responder a las señales que el/la bebé le emite, minando de esta manera su desarrollo… por no hablar de sus primeras experiencias sensoriales y representaciones del mundo como hostil”.

Por último, el Dr. Fernando Andrade, ginecólogo del Hospital de Fátima, presentó la charla ¿Dónde nos encontramos y qué nos falta para tener partos respectados?. La medicina basada en la evidencia ha puesto de manifiesto que la adopción de toda una serie de intervenciones que se han revelado inútiles, inoportunas, inapropiadas y/o innecesarias ha constituido un grave error en el que se ha incurrido al tratar de mejorar los servicios de maternidad. Expuso que nos encontramos ante unas tasas de maniobras injustificadas muy por encima de las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud y la Guía de Práctica Clínica del Ministerio de Atención al Parto Normal, y que esto ocurre en casi todos los hospitales. Concluyó que en el parto normal debe existir una razón válida, científicamente hablando, para interferir con el proceso natural, cosa que no suele ocurrir la mayoría de las veces a causa de las inseguridades de los obstetras que se han formado más en un modelo de enfermedad que de salud, perdiendo de vista por tanto la visión respetuosa hacia los tiempos que requiere el proceso fisiológico y hacia las decisiones de las mujeres.

La mesa redonda termina con un debate en el que otras matronas entre el público asistente manifiestan su dificultad de ejecutar buenas prácticas en sus trabajos, quedando patente que, no sólo las mujeres, sino las matronas tampoco tienen el poder ni la voz que les corresponde. Entre las posibles razones, se habla de la estructura jerárquica arcaica que se arrastra en relación con los obstetras, de la convivencia de matronas de generaciones diferentes con formaciones diversas y contrapuestas, y del sistema patriarcal imperante.

Se concluye, por tanto, con un llamamiento a la sociedad en general a reivindicar, informarse y concienciarse de la importancia de estos aspectos de cara a construir un mundo más saludable, justo y respetuoso. Asimismo, se alienta tanto a profesionales como a mujeres y ciudadanía a exigir más al Sistema Sanitario, a denunciar, y se promulga que esa lucha  no tendrá sentido si no es en Red y desde una perspectiva multidisciplinar y de género.

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