Sin embargo, señala, a pesar de representar una enorme carga sanitaria, social y económica, los trastornos de salud mental continúan estando en la penumbra, y enumera una serie de obstáculos, tales como el estigma, el financiamiento inadecuado así como la poca preparación de los sistemas de salud, que impiden que los países aborden el tema de la salud mental y le den la consideración que merece. Su argumentación queda recogida a través de diferentes datos y estimaciones, entre ellos, los siguientes:
"- En el mundo, sólo 1 de cada 5 personas que necesita tratamiento para la depresión y ansiedad lo está recibiendo.
- Los países de bajos ingresos destinan menos del 1% de sus presupuestos sanitarios a salud mental, mientras que los de ingreso alto invierten alrededor del 5%.
- El elevado coste de la pérdida de productividad en el lugar de trabajo debido a la depresión y la ansiedad se cifra en más de un billón de dólares anuales.
- Se espera que casi la mitad de los pobres del mundo viva en un país afectado por la guerra y la violencia a finales de 2030. Los refugiados y las personas que viven bajo tales condiciones de estrés tienen un mayor riesgo de sufrir trastornos mentales.
- Sabemos también que un evento traumático de este tipo puede tener un gran impacto en el desarrollo cerebral de niños y adolescentes, y efectos duraderos en su salud hasta la edad adulta."
Tal y como indica, este panorama se vislumbra aún más complejo ante la falta de medidas: “es probable que el impacto de la salud mental de las personas llegue a niveles que nunca hemos visto antes”.
Para justificar la trascendencia de invertir en salud mental, y a razón del estudio anteriormente mencionado, detalla la estimación de la rentabilidad económica que ello supondría: “Cada dólar invertido en la ampliación del tratamiento de la depresión y la ansiedad, produce un rendimiento de 4 dólares en mejora de la salud y capacidad del trabajo”.
En línea con el lema de la campaña, el vídeo finaliza con la siguiente demanda: “Saquemos a la luz este problema. Es tiempo de que la salud mental sea una prioridad”. La solución, señala, pasa por ampliar el trabajo que ya se está realizando y fortalecer la voluntad política y la capacidad de liderazgo, incorporando la salud mental en los sistemas sanitarios e incrementando las inversiones de los Gobiernos nacionales y de los asociados internacionales en las tareas de desarrollo.
El vídeo se encuentra disponible a través del siguiente enlace:
Salir de la penumbra: Hacer que la salud mental sea una prioridad de desarrollo a nivel mundial |