El pasado 16 de marzo, tuvo lugar en Toledo la firma del contrato del servicio de asistencia psicológica a menores víctimas de violencia de género entre el COPCLM y el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha.

Así, la decana del COPCLM, María Dolores Gómez Castillo, y la Directora del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, Araceli Martínez, rubricaron el documento publicado por el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, el pasado día 13 de febrero.

Al acto de firma también asistieron la Tesorera del Colegio Oficial de la Psicología de Castilla-La Mancha, Isabel Hinarejos, y el coordinador del servicio, y miembro de la Junta de Gobierno del COPCLM, Pablo Nieva.

A través de este nuevo contrato, el servicio de asistencia psicológica a menores víctimas de violencia de género continuará vigente en la región, como se ha estado desarrollando desde mayo de 2015 hasta diciembre de 2016, teniendo como objetivo general que los menores que sufren secuelas, por haber sufrido violencia de género en la región, reciban un tratamiento específico, especializado e individualizado para lograr su completa recuperación.

Formación

Gracias a este contrato se permitirá impartir un plan formativo, denominado «El origen de la desigualdad. Una comprensión de la violencia de género en la infancia desde una perspectiva social, jurídica y cultural», dirigido a profesionales de los Centros de la Mujer y Recursos de Acogida de Castilla- La Mancha, así como a personal de diferentes departamentos del Gobierno regional.

Con esta intervención especializada e individualizada, la formación no solamente mejora la intervención profesional de las y los profesionales, sino que esto tiene una repercusión favorable sobre las víctimas de la violencia de género; en este caso, menores. Invertir en formación es una inversión en el proceso de recuperación de estas y estos menores.

Sintomatología

Los menores víctimas de violencia de género sufren diversa sintomatología: ansiedad, depresión, retraso en el desarrollo, trastornos de conducta y un amplio espectro de psicopatología que podría abarcar toda la psicopatología infantil. Pero una generalidad encontrada en un amplio porcentaje de menores atendidos es el trastorno por estrés post-traumático complejo. Las criaturas que conviven con un maltratador tienen que apegarse a un padre que genera una confusión en la mente de los menores de forma significativa. Por un lado, es aquel que debe preocuparse y cuidar de su hijo/a, que en ocasiones lo hacen, y por otro lado es alguien amenazador que incluso puede poner en peligro la propia vida del menor. Por eso, muchos de estos menores desarrollan vínculos traumáticos con sus padres que evocan a un apego desorganizado y un trastorno en el vínculo. Este tipo de psicopatología en la infancia puede generar trastornos de personalidad en la edad adulta.

Otro de los rasgos de personalidad nocivos que nos encontramos con este tipo de población, son los roles de género tradicionales que tienen inoculados los y las menores. Uno de los trabajos que van a llevar a cabo los profesionales del programa es el de transformar la personalidad en los niños varones, asociada a la competitividad, la violencia y la falta de empatía. En cambio con las niñas se va a trabajar la transformación los rasgos de personalidad  asociados al sometimiento, la legitimización del deseo del otro al propio o la falta de asertividad.

Por eso el programa para menores víctimas de violencia de género no sólo sirve para recuperar a los menores de los efectos de las exposiciones a la violencia de género, sino que también previene en futuras generaciones que se repitan relaciones de maltrato. 

Actuaciones llevadas a cabo

En el período comprendido entre mayo de 2015 hasta diciembre de 2016, el programa ha dado una cobertura de intervención a 164 menores en toda la región a lo largo de 2016. El equipo de intervención psicológica ha estado dotado por 15 profesionales de la Psicología expertos en psicoterapia infantil y tratamiento con víctimas de violencia de género, y con la figura de un coordinador que ha trabajado en la supervisión de los casos y la coordinación del programa con las instituciones.

La distribución provincializada de la intervención ha sido de 39 casos en Albacete, 43 en Ciudad Real, 23 en Cuenca, 15 en Guadalajara, y 44 en Toledo.

Desde 2014, el número de casos en intervención ha creciendo de forma exponencial, desde los 80 de ese año, pasando por los 130 de 2015, hasta alcanzar los 164 en 2016. El motivo del crecimiento se debe al conocimiento que se está teniendo en la población castellano-manchega del programa, siendo uno de los que más puede prevenir y mitigar la violencia de género en las próximas generaciones.

El importe total del nuevo contrato asciende a 290.460 euros.