Según estos datos, durante las últimas 4 décadas, las tasas de obesidad en niños y adolescentes se han disparado a nivel mundial, tendencia que continúa en los países de ingresos bajos y medianos. Aunque este aumento de la obesidad se ha estancado en los países de mayores ingresos, aún presentan unos niveles inaceptables.
Según el autor principal del estudio, Majid Ezzati, las conclusiones de este trabajo reflejan el impacto del marketing sobre la alimentación y las malas políticas de todo el mundo, que han hecho que los alimentos saludables sean demasiado caros para las familias con menos recursos. Esta tendencia está provocando una generación de niños y adolescentes obesos y con mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes.
Para revertir esta tendencia se tiene que conseguir que los alimentos saludables y no procesados estén más disponibles en los hogares y los colegios, especialmente en las comunidades más pobres. De la misma forma sería necesario que tanto las leyes como los impuestos protejan a los niños de los alimentos menos saludables.
Los autores afirman que, si se mantiene la tendencia observada desde el año 2000, los niveles mundiales de obesidad infantil y adolescente superarán en 2022 a los de los jóvenes con bajo peso moderado y severo.
En muchos países de ingresos medianos (por ejemplo, en Asia oriental, América Latina y el Caribe), los niños y los adolescentes han pasado rápidamente de tener predominantemente un peso demasiado bajo a presentar sobrepeso. Este cambio podría ser consecuencia del mayor consumo de alimentos de alto contenido calórico, sobre todo de hidratos de carbono muy elaborados, que engordan y afectan al estado de salud durante toda la vida.
Estos datos resaltan que el sobrepeso y la obesidad son una crisis sanitaria mundial en la actualidad, y amenaza con empeorar en los próximos años a menos que comencemos a tomar medidas drásticas.
Tal y como ya publicó Infocop hace unos meses (Recomendaciones de la OMS para prevenir la obesidad en niños y adolescentes), la OMS brinda a los países un plan con orientaciones claras sobre medidas eficaces para frenar el aumento de la obesidad en el niño y el adolescente. Por ejemplo, considera preciso reducir el consumo de alimentos muy elaborados baratos, con alto contenido calórico y bajo valor nutricional. Además, aconsejan que los niños dediquen menos tiempo de ocio a actividades sedentarias y anima a aumentar la actividad física.
Fuente:
OMS |