La obesidad infantil y adolescente se ha multiplicado por 10 en 4 décadas según la OMS

3 Ene 2018

El número de niños y adolescentes de edades comprendidas entre los cinco y los 19 años que presentan obesidad en todo el mundo, se ha multiplicado por 10 los cuatro últimos decenios. Las conclusiones de un nuevo estudio dirigido por el Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS) prevén que, si se mantienen las tendencias actuales, en 2022 habrá más población infantil y adolescente con obesidad que con peso bajo.

Este trabajo, publicado en la revista The Lancet, analizó el peso y la altura de casi 130 millones de personas mayores de 5 años (31.5 millones de entre 5 y 19 años; y 97.4 millones mayores de 20 años), convirtiéndose en el estudio epidemiológico con mayor número de participantes. Con estos datos se estudió la evolución del índice de masa corporal y de la obesidad desde 1975 hasta 2016.

Las tasas mundiales de obesidad de los niños y adolescentes, han aumentado de menos del 1% (unos 5 millones de niñas y 6 millones de niños) en 1975, a casi el 6% en niñas (50 millones) y casi el 8% en niños (74 millones) en 2016. En conjunto, el número de niños obesos de entre 5 y 19 años, aumentó más de 10 veces: de 11 millones en 1975 a 124 millones en 2016. Además, unos 213 millones de niños presentaban sobrepeso en 2016, sin llegar a obesidad.

Según estos datos, durante las últimas 4 décadas, las tasas de obesidad en niños y adolescentes se han disparado a nivel mundial, tendencia que continúa en los países de ingresos bajos y medianos. Aunque este aumento de la obesidad se ha estancado en los países de mayores ingresos, aún presentan unos niveles inaceptables.

Según el autor principal del estudio, Majid Ezzati, las conclusiones de este trabajo reflejan el impacto del marketing sobre la alimentación y las malas políticas de todo el mundo, que han hecho que los alimentos saludables sean demasiado caros para las familias con menos recursos. Esta tendencia está provocando una generación de niños y adolescentes obesos y con mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes.

Para revertir esta tendencia se tiene que conseguir que los alimentos saludables y no procesados estén más disponibles en los hogares y los colegios, especialmente en las comunidades más pobres. De la misma forma sería necesario que tanto las leyes como los impuestos protejan a los niños de los alimentos menos saludables.

Los autores afirman que, si se mantiene la tendencia observada desde el año 2000, los niveles mundiales de obesidad infantil y adolescente superarán en 2022 a los de los jóvenes con bajo peso moderado y severo.

En muchos países de ingresos medianos (por ejemplo, en Asia oriental, América Latina y el Caribe), los niños y los adolescentes han pasado rápidamente de tener predominantemente un peso demasiado bajo a presentar sobrepeso. Este cambio podría ser consecuencia del mayor consumo de alimentos de alto contenido calórico, sobre todo de hidratos de carbono muy elaborados, que engordan y afectan al estado de salud durante toda la vida.

Estos datos resaltan que el sobrepeso y la obesidad son una crisis sanitaria mundial en la actualidad, y amenaza con empeorar en los próximos años a menos que comencemos a tomar medidas drásticas.

Tal y como ya publicó Infocop hace unos meses (Recomendaciones de la OMS para prevenir la obesidad en niños y adolescentes), la OMS brinda a los países un plan con orientaciones claras sobre medidas eficaces para frenar el aumento de la obesidad en el niño y el adolescente. Por ejemplo, considera preciso reducir el consumo de alimentos muy elaborados baratos, con alto contenido calórico y bajo valor nutricional. Además, aconsejan que los niños dediquen menos tiempo de ocio a actividades sedentarias y anima a aumentar la actividad física.

Fuente:

OMS

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