En relación a la salud mental y el bienestar, los Estados Miembros señalaron que se requieren medidas urgentes para mejorar la atención clínica de estos problemas, sobre todo, mediante la aplicación de enfoques multisectoriales y basados en la evidencia. Asimismo, se remarcó la importancia de adoptar un marco de salud pública, centrado en la persona, que contemple la prevención, la promoción de la salud mental y el bienestar y los cuidados paliativos.
Según aparece recogido en el borrador del informe del encuentro, “reconociendo que los trastornos mentales y otras condiciones de salud mental contribuyen a la carga mundial de enfermedades no transmisibles y que las personas con trastornos mentales y otros problemas de salud mental tienen un mayor riesgo de padecer otras enfermedades no transmisibles y tasas más altas de morbilidad y mortalidad, nos comprometemos a implementar medidas para mejorar la salud mental y el bienestar, abordar sus determinantes sociales y otras necesidades de salud y los derechos humanos de las personas con trastornos mentales y otros problemas de salud mental y prevenir los suicidios como parte de una respuesta integral a las enfermedades no transmisibles”.
La respuesta de los gobiernos a las enfermedades no trasmisibles y la salud mental constituye una parte integral de la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En este sentido, y tal como señala el documento mencionado, “el asesoramiento de la OMS a los Estados Miembros sobre cómo abordar los determinantes y los factores de riesgo sigue siendo indispensable para la acción mundial sobre las enfermedades no transmisibles y la salud mental”.
Fuente:
Asamblea Mundial de la Salud
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