Entrevista al profesor Thomas Achenbach, Premio Aitana 2018

26 Jun 2018

Thomas Achenbach es Catedrático de Psiquiatría y Psicología de la Universidad de Vermont en EE.UU., donde dirige el Centro de Investigación para Niños, Jóvenes y Familias. Anteriormente fue docente en la Universidad de Yale y trabajó como investigador en el Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU. Fue presidente del Task Force sobre Psicopatología Infantil de la Asociación Americana de Psicología, y miembro del comité DSM III-R de la Asociación Americana de Psiquiatría.

Entre sus aportaciones más reconocidas internacionalmente destaca el Sistema Achenbach de Evaluación Empírica (ASEBA), que actualmente está traducido a más de 100 idiomas y que ha sido citado en más de 10.000 publicaciones. El Dr. Achenbach ha sido distinguido con el Premio a la Contribución Distinguida en Psicología Clínica Infantil de la Asociación Americana de Psicología, el Premio Académico Universitario de la Universidad de Vermont; el Reconocimiento a los autores más citados por el Instituto de Información Científica en la Literatura Mundial de Psiquiatría y Psicología.

Thomas Achenbach

Próximamente el profesor Achenbach visitará España para participar en el 4th Congreso Internacional de Psicología Clínica y de la Salud con Niños y Adolescentes, que tendrá lugar del 15 al 17 de noviembre en Palma de Mallorca. Tras su participación en la conferencia de clausura, recibirá el Premio Aitana 2018, otorgado por la Universidad Miguel Hernández en reconocimiento a su trayectoria internacional y multicultural en el campo de la psicología clínica infantil. Con motivo de su próxima visita a España el profesor José P. Espada, presidente del congreso e investigador principal de Aitana Investigación, ha tenido la oportunidad de conversar con él.

ENTREVISTA

Jose P. Espada: Profesor Achenbach, en primer lugar quisiera agradecerle su participación en la cuarta edición del Congreso Internacional de Psicología Clínica y de la Salud con Niños y Adolescentes. Será un verdadero placer tenerle en España. Nos gustaría aprovechar esta ocasión para conocer mejor los inicios de su trabajo ¿Qué razones le llevaron a dedicar gran parte de sus esfuerzos a la evaluación en psicopatología del desarrollo?

Thomas Achenbach: En mi época como estudiante de psicología me interesaba estudiar la relación entre el funcionamiento cognitivo y los trastornos conductuales y emocionales infantiles. Cuando comprobé la carencia de medidas estandarizadas para los trastornos infantiles, decidí seguir un enfoque empírico que sirviera para identificar los patrones de los problemas infantiles. Mis investigaciones iniciales fueron de tipo factorial y revelaron numerosos síndromes, además de agrupaciones de problemas internalizados y externalizados. Comprobé entonces que era necesario disponer de herramientas de evaluación basadas en datos empíricos para que investigadores y clínicos pudieran documentar los patrones presentes en cada niño. Sigo pensando que la evaluación empírica es esencial para comprender, prevenir y tratar la psicopatología en todas las edades.

J.P.E.: Una de sus aportaciones más reconocidas ha sido el desarrollo del Achenbach System of Empirically Based Assessment (ASEBA) ¿Podría contarnos cómo surgió y qué motivó este proyecto?

T.A.: En mis primeras investigaciones factoriales utilizamos datos de historias clínicas. Sin embargo, debido a que necesitábamos información más precisa proporcionada directamente por los padres, maestros y los propios niños, mis colegas y yo desarrollamos los formularios de ASEBA para recabar datos y permitir a los clínicos obtener información fácilmente en cada caso, y construir puentes entre la investigación y la clínica práctica.

J.P.E.: Las primeras publicaciones relacionadas con su sistema fueron en los años 60 del siglo pasado. Actualmente se estima que existen cerca de 8000 publicaciones, siendo estudiado en más de 100 culturas diferentes, ¿Cuáles cree que son las claves que han hecho que este proyecto haya alcanzado un desarrollo de tal magnitud y sea un referente mundial?

T.A.: Mi experiencia como estudiante en Heidelberg (Alemania) y como investigador en el Centro Jean Piaget de Epistemología Genética en Ginebra me hizo ver la importancia de las colaboraciones internacionales. Cuando varios colegas de otros países me pidieron traducir los instrumentos de ASEBA, les animé a utilizarlos para evaluar muestras de sus países y poder determinar si las personas estarían de acuerdo en completarlas y permitir comparaciones multiculturales. Este trabajo ha dado pie a muchas colaboraciones multiculturales y relaciones personales. Creo que la difusión del enfoque de base empírica debe mucho a su facilidad de aplicación sin necesidad de una formación especializada o de seguir fielmente modelos teóricos, así como a su utilidad para muchos tipos de investigación, servicios clínicos y formación.

J.P.E.: Durante su carrera ha realizado un gran esfuerzo por la investigación multicultural de la psicopatología en niños y adolescentes. ¿Qué implicaciones puede tener un mayor entendimiento multicultural de la psicopatología?

T.A.: Creo que todas las investigaciones con humanos deberían incluir participantes de distintas culturas porque los hallazgos sobre una o unas pocas culturas no pueden generalizarse a personas de culturas diferentes. Al utilizar medidas estandarizadas en muestras de distintas sociedades que abarcan diversos grupos culturales, podemos identificar características similares en la mayoría de culturas, en subconjuntos culturales o no encontrar similitudes entre culturas. También podemos comparar cómo se distribuyen algunas características psicológicas dentro de una cultura, y analizar comparaciones entre culturas. En muchos rasgos psicopatológicos hemos encontrado que las diferencias entre individuos dentro de una cultura son mucho mayores que las diferencias entre las puntuaciones obtenidas en diferentes culturas. Estos hallazgos nos indican que para entender el funcionamiento de las personas se deben analizar cuidadosamente las características de cada sujeto en lugar de ver a las personas en términos de constructos categóricos culturales.

J.P.E.: Las investigaciones ponen de manifiesto la importancia de la evaluación de la psicopatología infanto-juvenil siguiendo un método multi-informante. ¿Qué factores pueden influir cuando se encuentran correlaciones bajas en el grado de acuerdo entre informantes? ¿Qué consideraciones se deberían tener cuando esto sucede en el proceso de evaluación?

T.A.: La correlación entre la información proporcionada por padres, maestros y jóvenes está limitada por distintos factores, como el tipo concreto de información que cada informante conoce, lo que recuerda, cómo valora lo que recuerda y lo que decide finalmente informar. Factores similares limitan las correlaciones entre autoinformes e informantes con respecto a la psicopatología de adultos. Debido a que los datos de cada informante difieren, ningún informante por sí sólo puede proporcionar datos suficientes para una evaluación exhaustiva. Para casos individuales, los clínicos deben obtener y comparar datos de tantos informantes como sea posible. Cuando los clínicos lo consideren apropiado, deben pedir a los informantes que analicen las posibles razones de discrepancias significativas entre sus valoraciones.

J.P.E.: La estructura de su sistema de evaluación contiene instrumentos que abarcan desde edades muy tempranas hasta la vejez. Según su experiencia ¿podría destacar elementos diferenciadores de la evaluación psicopatológica en la etapa infantil respecto a la etapa adulta?

T.A.: El enfoque de la psicopatología del desarrollo tiene en cuenta el funcionamiento adaptativo y desadaptativo en relación con los niveles y procesos de desarrollo. Por ello, la evaluación del funcionamiento infantil debe adaptarse a las características y a las fuentes de datos apropiadas en cada período de desarrollo. Nosotros seguimos un enfoque de abajo hacia arriba para construir y poner a prueba los instrumentos apropiados para cada período de desarrollo. Esto incluye amplias pruebas piloto con ítems sobre el desarrollo e informantes apropiados para obtener retroalimentación y datos sobre los que realizar análisis psicométricos. Nuestros análisis factoriales arrojaron algunos síndromes que se dan en todos los períodos de desarrollo, otros que aparecen únicamente en algunos períodos de desarrollo, y algunos que son exclusivos de un único período de desarrollo. La distinción internalización-externalización se encontró entre las edades de 1½ hasta 59 años, pero no en edades más avanzadas.

J.P.E: Usted también dirige el Centro de Investigación para Niños, Jóvenes y Familias, un servicio clínico de la Universidad de Vermont. ¿Cree que existe una transferencia óptima entre el ámbito de la investigación en evaluación psicopatológica y el clínico? ¿Cómo se podría potenciar más dicha transferencia?

T.A.: Creo que debe haber un diálogo continuo entre la investigación en evaluación psicopatológica y las aplicaciones clínicas. La evaluación clínica puede proporcionar observaciones valiosas y preguntas para su abordaje desde la investigación. Por otro lado, la investigación puede aportar una conceptualización, procedimientos y herramientas para mejorar la práctica clínica. Cuando los productos de la investigación se ponen a prueba en la práctica clínica, los resultados proporcionan retroalimentación que hacen avanzar la investigación.

J.P.E.: En base a su larga trayectoria investigando la psicopatología del desarrollo en la infancia y adolescencia, ¿Qué avances considera que se han realizado en las últimas décadas? ¿En qué nuevas líneas de investigación considera que se debería profundizar en el futuro?

T.A.: En las últimas décadas hemos podido ver avances como por ejemplo una pérdida de confianza en los gurús clínicos y en sus teorías sin apoyo empírico. También ha habido un aumento en las intervenciones basadas en la evidencia. Sería útil contar con más datos para mejorar la calibración de las intervenciones basada en la evidencia en la evaluación inicial, la evaluación del progreso clínico y la evaluación de resultados. Para los niños, tales evaluaciones deberían centrarse en el funcionamiento de los padres y del niño para confirmar si las intervenciones optimizan el funcionamiento familiar.

J.P.E.: En su conferencia en el 4th International Congress of Clinical and Health Psychology on Children and Adolescents va a abordar las implicaciones de la evaluación multicultural de la psicopatología de niños, adolescentes y padres en los servicios de salud mental. ¿Nos puede avanzar algo sobre su ponencia?

T.A.: En mi conferencia presentaré los resultados de los instrumentos estandarizados de evaluación psicopatológica en niños, adolescentes y padres de más de 50 culturas de todo el mundo. También explicaré cómo utilizar los hallazgos de los estudios internacionales para construir baremos multiculturales, y pondré ejemplos de aplicaciones de baremos normativos multiculturales para la evaluación clínica integrada de padres y sus hijos, incluida la evaluación previa al tratamiento, de la evolución y de los resultados.

J.P.E: Profesor Achenbach, le agradecemos su disponibilidad para mantener esta entrevista y estamos deseosos de escucharle en Palma el próximo mes de noviembre.

Más información sobre el congreso en www.aitanacongress.com

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