“LA SALUD MENTAL: LOS GRANDES RETOS DE LA INFANCIA Y EL ENVEJECIMIENTO”- I CONGRESO DE LA SOCIEDAD CATALANO BALEAR DE PSICOLOGÍA

5 May 2006

Entre los días 5 y 6 de mayo, se celebra en Barcelona el I Congreso de la Sociedad Catalano Balear de Psicología. El evento, se centra en su estreno, en «La salud mental: los grandes retos de la infancia y el envejecimiento», y reunirá a numerosos profesionales de la Psicología catalano-balear. Será inaugurado por su honorable Sra. Marina Geli, Consejera de Salud de la Generalitat de Catalunya, Jaume Almenara, Decano del Col.legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya, y Julián Baltasar, Decano del Col.legi Oficial de Psicòlegs de les Illes Balears, entre otras personalidades.

A lo largo de estos dos días se abordarán los retos de la salud mental, como son los trastornos de la infancia y la adolescencia, las enfermedades crónicas o el papel de los Psicólogos en dificultades relacionadas con el dolor crónico o el cáncer, de la mano de numerosos profesionales de la Psicología.

Cristina Balés Gómez es Licenciada en Psicología por la Universitat Autònoma de Barcelona y Master en Salud Mental por la Universitat de Barcelona.

Ha formado parte del Servicio de Psiquiatría y Psicología de USP Institut Universitari Dexeus, en calidad de psicóloga clínica de la infancia y la adolescencia. En la actualidad, ejerce como psicóloga clínica en su propia consulta, C.P.P (Centre de Psiquiatria i Psicologia), en Barcelona. Balés participará en la mesa de Psicología Infanto-Juvenil: «Trastornos del aprendizaje», que tendrá lugar dentro de esta primera edición del Congreso. Ofrece a los lectores de Infocop Online algunas nociones acerca de los trastornos ligados al aprendizaje.

¿Cómo se definen los trastornos del aprendizaje?

Los trastornos del aprendizaje se caracterizan por un rendimiento académico por debajo de lo esperado en función de la edad del sujeto, su capacidad intelectual y su nivel de escolarización, según indican pruebas normalizadas pasadas individualmente.

Los problemas de aprendizaje no sólo interfieren en el rendimiento académico, sino también en otras actividades de la vida que requieren lectura, cálculo y escritura, ya que pueden persistir a lo largo de la vida adulta. De hecho, son tan importantes porque la prevalencia de estos trastornos se sitúa entre el 2% y el 10% de la población, dependiendo del tipo de evaluación y de la definición que del trastorno se utilice (DSM-IV).

¿Qué tipo de problemáticas se incluyen bajo el epígrafe de trastornos del aprendizaje?

En este apartado, siempre según el DSM-IV, se incluyen varias problemáticas. El trastorno de la lectura se diagnostica cuando el rendimiento en velocidad, precisión o comprensión de la lectura está por debajo de lo esperado por edad, CI y curso y, además, estas dificultades interfieren significativamente en el rendimiento académico o en actividades cotidianas relacionadas. Cabe destacar que sigue un patrón familiar y que el diagnóstico temprano mejora el pronóstico de forma importante.

 

El trastorno del cálculo se diagnostica cuando existen dificultades importantes relacionadas con las matemáticas (confusión en los conceptos matemáticos, incapacidad para contar, etc.) y hay, por tanto, un rendimiento por debajo de lo esperado en esta área en función de la edad, CI y curso del sujeto.

El trastorno de la expresión escrita se define como una habilidad para la escritura por debajo de lo esperado en función de la edad, CI y nivel de escolarización. Esta dificultad interfiere en el rendimiento académico y en la vida cotidiana del sujeto. También se puede presentar en sujetos con déficits sensoriales o con alguna enfermedad neurológica o médica. En general, se observan dificultades para componer y organizar textos escritos. Cometen muchos errores ortográficos, gramaticales y de puntuación. Además, su caligrafía también suele ser deficiente, aunque es importante destacar que cometer uno sólo de dichos errores por separado no implica la existencia del trastorno. Cabe destacar que este trastorno va normalmente asociado a otros trastornos del aprendizaje y raramente se da de forma aislada.

El trastorno del aprendizaje no especificado incluye los trastornos del aprendizaje que no cumplen los criterios de ningún otro trastorno específico del aprendizaje. Se refiere a deficiencias observadas en lectura, cálculo y expresión escrita que interfieren en el rendimiento académico, aunque en este caso los resultados de las pruebas normalizadas e individuales no se sitúan sustancialmente por debajo de lo esperado por edad, CI y nivel de escolarización.

Así pues, cuando hablamos de trastornos del aprendizaje nos referimos a los trastornos de la lectura, escritura y cálculo y deficiencias asociadas.

¿Qué consecuencias pueden derivarse de este tipo de trastornos, tanto para los niños que los padecen como para sus familias en los distintos niveles personal, social y educativo?

Estos trastornos se asocian, a menudo, a la desmoralización, baja autoestima, alteraciones del ánimo y déficits en habilidades sociales. Una de las consecuencias que vemos con frecuencia es el abandono de los estudios por adolescentes con trastornos del aprendizaje. A lo largo de la vida académica, tanto los alumnos como sus familias, suelen acusar los problemas asociados al trastorno, como por ejemplo, las dificultades para coordinarse con el colegio, para obtener adaptaciones para sus hijos o para buscar tiempo que dedicar a compensar estas carencias. Durante la vida adulta, pueden sufrir dificultades significativas en su empleo y en su adaptación social.

Los trastornos del aprendizaje también pueden asociarse a otros trastornos, como el trastorno disocial, el negativista/desafiante, el TDA/H, el trastorno distímico o depresivo mayor, trastornos de ansiedad, fobias, trastorno del desarrollo del lenguaje y de la comunicación, e incluso a determinadas enfermedades médicas, como el envenenamiento por plomo, el síndrome de alcoholismo fetal o el de X-frágil.

¿Cuáles son, bajo su punto de vista, las necesidades de atención principales de niños y jóvenes con estos trastornos?

Una de las necesidades principales es la detección precoz del problema a través de los maestros y su derivación al psicólogo de la escuela. Idealmente, este psicólogo derivaría el caso fuera del colegio para una valoración diagnóstica y de las posibles causas. Otra necesidad importante son las adaptaciones escolares (ACI) relacionadas tanto con los contenidos, como con la metodología a emplear con el alumno. Si se lleva a cabo una ACI, será fundamental realizar un seguimiento de la evolución del caso para determinar cuándo puede finalizar o si debe mantenerse en el paso a secundaria. Otra de las necesidades de este tipo de niños y jóvenes es el refuerzo académico individualizado (o en grupos pequeños) de las materias básicas (lenguaje y matemáticas), ya que ayuda a funcionalizar los aprendizajes y a evitar el fracaso escolar. También cabe mencionar el tratamiento externo de los posibles trastornos psicopatológicos asociados al trastorno del aprendizaje (tratamiento farmacológico, psicoterapia, las reeducaciones, etc.). Dadas las dificultades de la escuela para tratar y compensar adecuadamente los trastornos del aprendizaje, las reeducaciones extraescolares son la manera ideal de atender necesidades específicas que no pueden trabajarse en el marco académico.

¿Qué tipo de intervenciones son más eficaces para el abordaje de estos trastornos?

No existe un abordaje único para tratar estas dificultades, pero el modelo que más se ha utilizado y que más ha demostrado su utilidad es el modelo cognitivo-conductual. Usar técnicas cognitivas o conductuales dependerá del tipo de trastorno y de las dificultades concretas que presente el sujeto. También queremos destacar la importancia de valorar un tratamiento farmacológico adecuado a cada caso. Por ejemplo, en trastornos del aprendizaje asociados al TDA/H, hay una mejora en la mayoría de los casos si se utiliza una medicación estimulante.

Sea cual sea el tipo de intervención (farmacológica, psicopedagógica, etc.), la estrecha coordinación entre la familia, el reeducador y la escuela marcará la diferencia entre el éxito o el fracaso de la terapia.

¿Son suficientes las acciones que se ofrecen desde el ámbito público a estos niños y sus familias? ¿Qué otras medidas podrían adoptarse?

Es evidente que los recursos que ofrece la administración no son suficientes en la mayoría de los casos. Algunas de las carencias que se observan son la falta de profesionales formados para trabajar en las escuelas y en salud pública y la falta de formación continuada del profesorado en la detección de estos trastornos —formación que debería ser parte integrante de su entrenamiento profesional y laboral—. El papel del psicólogo escolar es determinante en la formación de maestros y profesores de cara a la detección precoz y al tratamiento en el aula de los trastornos de aprendizaje. Lo ideal sería que el psicólogo escolar se encargase de formar al profesorado en la detección de casos especiales y en la modificación de conducta y psicología del desarrollo infantil.

Es esperanzador que cada vez más, se intente llevar a cabo medidas más concretas y útiles. Lamentablemente, la falta de recursos de todo tipo hace que ideas y proyectos prometedores no logren implantarse y mantenerse definitivamente en la escuela.

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