La Psicología avanza colectivamente-Editorial Octubre-Diciembre

20 Dic 2019

La Psicología se construye día a día con la acción de los miles y miles de profesionales, académicos y estudiantes de la Psicología, en España y todo el mundo. El desarrollo de nuestra disciplina y profesión es una responsabilidad colectiva. Si conseguimos mejoras en la salud, bienestar y seguridad de los individuos, familias, grupos y comunidades, es gracias al trabajo que desarrollamos las psicólogas y psicólogos en muy diversos ámbitos. Si la población, prensa y autoridades públicas son cada vez más conscientes de las beneficiosas aportaciones de la Psicología, es gracias a la eficacia de las labores que realizamos, y al esfuerzo invertido en comunicarlas. Si tenemos un corpus de conocimientos y técnicas psicológicas que permiten mejorar la vida de las personas, es gracias a las labores de investigación y formación que realizan estudiosos y académicos de nuestra disciplina.

Cada uno, en mayor o menor medida, somos responsables del progreso de la Psicología, con nuestras acciones y participación cotidiana. Desde la organización colegial facilitamos estas labores de muy diversas maneras, entre ellas:

Realizando numerosas conferencias, encuentros, congresos o jornadas, desarrolladas en unos casos por los Colegios territoriales y en otros impulsadas desde el Consejo General, sus divisiones y grupos de trabajo, siendo de destacar, entre las celebradas últimamente: el IV Congreso Nacional de Psicología, las XI Jornadas Nacionales de Psicología contra la Violencia de Género y el IV Encuentro Hispano Luso. 

La cita próxima relevante será el XII Congreso Iberoamericano de Psicología, que se celebrará en la Universidad Autónoma de Coahuila en Saltillo, Coahuila (México), del 1 al 3 de abril de 2020. (Información en la Web: www.congresocneip.org/2020/).

Estos eventos juegan un papel importante en la mejora de la formación, desarrollo y difusión de nuestra disciplina, y son posibles gracias a la labor tanto de quienes participan en su organización, como de todos aquellos que asisten a las mismas. Deseamos agradecer a todos los implicados que lo hagan posible y animamos a que continuemos involucrándonos en estos encuentros el mayor número posible de profesionales.

La visibilidad de nuestra ciencia y sus aplicaciones depende de esos eventos y de muchas otras actividades. A este respecto quiero señalar de manera destacada nuestro trabajo cotidiano interactuando con las personas que atendemos, y las acciones de comunicación que realizamos. En esta era digital de Internet, redes sociales y medios electrónicos, estamos permanentemente divulgando la Psicología, con la publicidad de nuestros servicios, la explicación de sus aplicaciones y la muestra de los logros alcanzados. Seamos conscientes de la importancia de nuestra comunicación, sigamos cuidándola y mejorándola.

Las psicólogas y psicólogos tenemos a nuestra disposición la organización colegial para estructurar nuestra colaboración y, además, contamos con una rica variedad de sociedades científicas y asociaciones profesionales que también contribuyen al esfuerzo colectivo de hacer avanzar la Psicología. También para todas ellas, desde el Consejo General de la Psicología, deseo trasladar nuestro reconocimiento y colaboración para seguir mejorando nuestra disciplina y profesión.

Entre las muchas problemáticas y retos que estamos enfrentando, al Consejo General de la Psicología le preocupa especialmente la crisis climática, dada la necesidad inminente de abordar el impacto que está teniendo y las consecuencias que sobre las poblaciones y las personas está significando. El comportamiento humano, con la sobreexplotación de los recursos naturales y la contaminación que causamos, se encuentra en la raíz de esta amenaza a las condiciones climáticas que hacen posible nuestra vida en la Tierra. Por tanto, la Psicología, como ciencia experta en el comportamiento, debe jugar un papel importante en este campo: facilitando la toma de conciencia colectiva de la emergencia climática a la que nos enfrentamos, minimizando las negaciones que dificultan el afrontamiento de los riesgos que se avecinan; fomentando cambios en los procesos productivos y en los hábitos de consumo, para lograr que sean más sostenibles; y minimizando los impactos psicológicos negativos que se producen con el incremento de las catástrofes climáticas que, además de daños materiales y físicos, provocan deterioros de la salud mental, como bien sabemos, que juegan un papel clave en las capacidades de recuperación de las personas y comunidades sometidas a situaciones catastróficas.

Ha sido esa preocupación la que, desde hace unos meses, nos ha llevado a involucrarnos activamente en diferentes trabajos y proyectos orientados a la prevención de la emergencia climática. Así, en el pasado mes de noviembre, participamos en el “International Summit on Psychology and Global Health: A Leader in Climate Action”. Este encuentro fue organizado por la Asociación Americana de Psicología (APA-American Psychological Association) y la Ordem dos Psicologos Portugueses, y allí acordamos planes de acción de cara a la prevención del cambio climático, así como nos comprometimos a intensificar nuestras acciones de cara a revertir la situación actual. Igualmente, nos hemos incorporado a las tareas que se están desarrollando de forma conjunta entre diferentes profesiones en nuestro país, desde Unión Profesional, con el fin de promover un urbanismo más sostenible. 

Para cerrar este editorial, y con la vista puesta en 2020, desde el Consejo General de la Psicología deseamos despedir el año reconociendo y agradeciendo a todas las psicólogas y psicólogos la labor realizada, pues con ella cimentamos día a día nuestra ciencia y profesión. Quiero animaros a perseverar y progresar constantemente, pues la mejora de la salud y el bienestar de las personas depende, en gran medida, de nuestro buen hacer. Continuemos, en el nuevo año, haciendo avanzar a la Psicología con la dedicación, compromiso y esfuerzo colectivo que nos viene definiendo.

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