Tal y como señala MHE, sus recomendaciones pueden ser utilizadas por las partes interesadas, concretamente, las instituciones de la UE y los Estados miembros, como documento de trabajo y punto de partida para análisis iniciales, sobre el modo de invertir en salud mental como un componente clave de la economía del bienestar.
Según indica la organización europea, el bienestar de las personas no es solo un valor en sí mismo, sino que es un principio fundamental del proyecto europeo, consagrado en el artículo 3 del Tratado de la Unión Europea. En este sentido, recuerda que la salud mental y el bienestar también tienen un impacto en la inclusión, el crecimiento y la sostenibilidad, por lo que considera fundamental su abordaje durante todo el proceso de formulación de políticas a nivel europeo y nacional.
Entre los principales elementos clave que deberían incluirse en una Estrategia Europea de Salud Mental, MHE ha identificado los siguientes, “todos adecuados a las necesidades, coherentes con los propósitos y fuertes para un impacto eficaz”:
Enfoque psicológico y social de la salud mental
Completar la transición del modelo biomédico al modelo psicosocial de salud mental en Europa debería ser el objetivo fundamental de la Estrategia Europea de Salud Mental. El modelo psicosocial de salud mental debe, por lo tanto, utilizarse como el principio general y orientador dentro de la Estrategia y debe integrarse en todas partes;
Participación significativa de antiguos usuarios
Los usuarios de servicios de salud mental y las personas con experiencias vividas deben ser consultados de manera significativa a lo largo del diseño, implementación, monitoreo y evaluación de la Estrategia Europea de Salud Mental;
Salud mental en todas las políticas
La Estrategia debe prever la inclusión de la salud mental en todas las políticas, así como considerar los impactos de las diferentes políticas en la salud mental y abordar los determinantes socioeconómicos de la salud mental;
Objetivos y recursos concretos
Para lograr cambios significativos, la Estrategia debe tener objetivos integrales con puntos de referencia e indicadores claros, así como un presupuesto adecuado asignado para su implementación. Ha de establecerse un mecanismo de coordinación para implementar y monitorear la Estrategia con todas las instituciones de la UE y sus Estados miembros;
Coherencia con otras herramientas políticas y compromisos
La nueva Estrategia debería integrar y crear sinergias con los marcos de políticas, legislativos y de gobierno existentes (por ejemplo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, etc.), así como estar en línea con el compromiso existente en materia de Derechos Humanos (por ejemplo, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad).
Fuente: Mental Health Europe |