EL PAPEL DE LAS EMOCIONES Y LA MOTIVACIÓN EN LA PSICOLOGÍA – ENTREVISTA A ITZIAR ETXEBARRIA

Como objetivo fundamental, nos planteamos hacer del Simposio un lugar de encuentro de todas aquellas personas que trabajan en el campo de la motivación y la emoción, tanto desde una perspectiva básica como aplicada. Se trata de ofrecer un espacio donde intercambiar los últimos conocimientos científicos y experiencias prácticas sobre estos temas.

En sus orígenes esta cita congregaba fundamentalmente a investigadores –profesores y doctorandos– del área de Psicología Básica de distintas Universidades españolas. Sin embargo, nuestro objetivo es que poco a poco se vaya convirtiendo en un lugar de encuentro de todas las personas que trabajan en estos temas, bien estudiándolos desde otras áreas de la Psicología (la Social, la Evolutiva, etc.), bien en su práctica cotidiana en el campo aplicado (educativo, organizacional, etc.).

Se están obteniendo muchos resultados interesantes en relación con dicho ámbito. Resumir en pocas palabras estos resultados no es tarea fácil, pero cabe resaltar algunos de ellos por su potencial impacto. Podemos destacar, por ejemplo, las conclusiones de los estudios sobre la motivación intrínseca y los factores que la favorecen, que tienen interesantes implicaciones en el terreno laboral, el escolar, el deportivo, etc.

Merecen destacarse también los resultados de los múltiples trabajos que se están realizando sobre el papel motivacional del autoconcepto, las metas, las expectativas propias y de los demás, las atribuciones causales de los éxitos y fracasos, y otros factores cognitivos, trabajos que tienen implicaciones muy interesantes en terrenos muy diversos, incluido el de la clínica. En esta breve lista habría que destacar también los resultados de los estudios sobre las intenciones y la voluntad; un tema que, como ya apuntara José Antonio Marina en su libro El misterio de la voluntad perdida (1997), ha estado muy descuidado en las últimas décadas, tanto en la investigación psicológica como en la práctica educativa.

Por lo que se refiere a las emociones, no podemos dejar de mencionar los numerosos estudios actuales sobre la inteligencia emocional, que, como es bien sabido, pueden ser de gran ayuda para trabajar en las escuelas, en las organizaciones, con las familias, etc. Estos estudios desarrollan trabajos anteriores sobre la empatía, la regulación emocional, etc., de cuya relevancia en el ámbito aplicado hace tiempo existe conciencia entre los profesionales de la Psicología.

Pero la investigación en el campo de las emociones no se reduce a la inteligencia emocional. En este campo, que ha estado muy abandonado hasta hace tan sólo unas décadas, en la actualidad se están desarrollando estudios básicos y debates teóricos sobre cuestiones fundamentales que a la larga pueden dar frutos muy interesantes. Como decía Kurt Lewin: «Nada hay más práctico que una buena teoría». De momento, las aplicaciones de los estudios actuales en el campo de la emoción son especialmente claras en el terreno del estrés, la ansiedad y las estrategias de afrontamiento, pero se extienden desde el campo de los trastornos de conducta al de la atención a la tercera edad o al de la construcción de ordenadores más «inteligentes».

Algunos sectores de la Psicología han criticado la poca atención que tradicionalmente se le ha otorgado, al menos en algunos ámbitos, a las emociones con respecto al comportamiento manifiesto y los aspectos meramente cognitivos. No obstante, con la aparición de nuevos desarrollos terapéuticos, este panorama ha cambiado sustancialmente. Desde su punto de vista, ¿qué ventajas nos ofrece tener en cuenta, de manera central, las emociones en los distintos ámbitos de trabajo (clínica, organizacional y del trabajo, etc.)?

¿Qué ventajas? Todas. Es evidente que nuestra comprensión del funcionamiento psíquico queda seriamente limitada si no se consideran las emociones. Por poner un ejemplo que me resulta cercano, como el de la conducta moral, a partir de trabajos como los de Alberto Damasio o los de Joshua Green y Jonathan Haidt, cada vez es más claro que dicha conducta no puede entenderse –como tampoco muchos juicios y decisiones morales– como resultado de meros procesos racionales, sino que en ella el papel de las emociones es fundamental.

En este sentido, ya hace tiempo que buena parte de la Psicología académica ha sido duramente –y justamente– criticada por su fuerte reduccionismo. Por fortuna, a la hora de la verdad, en su práctica cotidiana, la mayoría de los psicólogos nunca han sido tan «ortodoxos» y no han dejado de atender al mundo emocional. En cualquier caso, hoy en día las cosas han cambiado mucho, y es de esperar que en los próximos años la investigación psicológica aporte un conjunto de conocimientos sólidos, en los cuales puedan apoyarse todos aquellos psicólogos que consideran que difícilmente pueden entenderse muchos problemas que se les plantean en el día a día sin atender a las emociones.

Ésta es una pregunta difícil de responder. Por mi propia situación, conozco lo que se hace en este campo en España en el terreno de la investigación, pero no tanto lo que se está haciendo en el terreno aplicado.

En el terreno de la investigación y el estudio teórico, en España se siguen realizando interesantes investigaciones sobre la motivación en la línea de lo señalado anteriormente. Pero, sobre todo, se nota cada vez más el auge de los estudios sobre las emociones. En particular, como en otros países, se observa un creciente interés por temas como la inteligencia emocional, las emociones positivas y el bienestar subjetivo, sin que por ello se abandonen otros temas importantes, que tienen ya una larga trayectoria, como, por ejemplo, todo lo relativo al afrontamiento y la regulación de las emociones negativas y el estrés. Pero la temática es muy amplia: se ha profundizado bastante en la empatía, se trabaja también en las emociones mixtas, las emociones autoconscientes, las emociones colectivas, etc. Muchos de estos estudios se realizan desde una perspectiva evolutiva. Así, en la actualidad existen interesantes estudios en nuestro país sobre el desarrollo de la competencia emocional en los niños y el papel de diversos factores de socialización en la misma. Estos estudios sugieren interesantes líneas de intervención en el campo educativo.

Respecto al campo aplicado, como digo, mi conocimiento es más limitado. Lo que sí se puede afirmar es la gran penetración que están teniendo los trabajos sobre inteligencia emocional en ámbitos anteriormente mucho menos permeables a la práctica psicológica, como el de las empresas y las instituciones. Esto ha abierto nuevas posibilidades de actuación a los psicólogos. Ahora es importante que sepamos responder a las expectativas creadas mostrando realmente los beneficios de nuestro trabajo.

En relación con este relativo desconocimiento de lo que se hace en el terreno aplicado por parte de quienes nos movemos más en el teórico, me gustaría aprovechar la ocasión para animar a las personas que trabajan en estos temas en el ámbito aplicado a que se acerquen al Simposio que estamos organizando a fin de hacer de él, entre todos, una plataforma a partir de la cual ir desarrollando el necesario flujo de información desde la investigación y la teoría a la práctica, y desde ésta a la teoría.