En este sentido el informe presentado subraya la importancia de elaborar planes de recuperación a la emergencia sanitaria que incorporen un enfoque más inclusivo, que pueda dar respuesta a las diversas formas de discriminación de las personas con discapacidad, asegurando que “los grupos más marginados entre ellos, por ejemplo, las mujeres con discapacidad, los niños con discapacidad y las personas con discapacidad en instituciones o entornos humanitarios, no se queden atrás”.
De las cuatro líneas de acción principales de la estrategia (liderazgo, inclusividad, programación y cultura institucional), la esfera del liderazgo, la planificación estratégica y la gestión han sido objeto de atención prioritaria en los países evaluados, que cumplen o superan los requisitos establecidos en el 56 % de los casos. Por el contrario, la esfera de la inclusión (que contempla aumentar las consultas y la participación de las personas con discapacidad en la toma de decisiones sobre su atención), ha obtenido los indicadores más bajos de progreso, de forma que los equipos de los países no cumplieron los requisitos en el 47 % de los casos.
De acuerdo con las recomendaciones establecidas en el informe, se necesita prestar más atención a la promoción del empleo de personas con discapacidad y al desarrollo de la capacidad del personal, “que son fundamentales para garantizar un cambio de cultura y de mentalidad para la inclusión de la discapacidad en todas las esferas de la Estrategia”.
De esta manera, en el informe se definen algunas medidas concretas para apoyar a los Estados Miembros en la aplicación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, contribuyendo así a que las Naciones Unidas sean más inclusivas para todos..
Se puede acceder al documento en el siguiente enlace:
Informe sobre la aplicación de la estrategia de la ONU para la inclusión de la Discapacidad |