El uso de las TICS afecta a la gestión emocional de los/as adolescentes, según Proyecto Hombre

21 Dic 2021

La adolescencia se caracteriza por priorizar la gratificación inmediata y el vivir el presente. Los y las adolescentes se creen invulnerables al peligro y sienten curiosidad por nuevas vivencias estimulantes y arriesgadas, lo que los hace más susceptibles a las conductas de riesgo. Tienen dificultad en el control de los impulsos, son influenciables por los medios de comunicación y la publicidad y se ha observado que el consumo de tóxicos en adolescentes puede estar asociado a un mayor uso de Internet o videojuego.

Así lo afirma un informe publicado por Proyecto Hombre sobre el abordaje de las TIC en los programas de jóvenes, un documento a través del cual se pone de relieve el acceso generalizado de los y las adolescentes a las TIC y cómo se utilizan en su vida diaria, en especial en las relaciones, tan importantes en esta etapa evolutiva.

A continuación, recogemos algunas de conclusiones del estudio:

Autor: kampus production Fuente: pexels Fecha descarga: 20/12/2021

La mayoría de los usuarios y las usuarias que participan en programas de prevención indicada destinados a la juventud son varones, con un nivel de estudios caracterizado por ser principalmente secundarios.

– Entre los motivos por los que estas personas asisten al programa de prevención indicada destacan el abuso de drogas perturbadoras (cannabis y sus derivados) y problemas de agresividad en el seno familiar.

– Los y las adolescentes dedican entre 3 y 4 horas al ocio, llevando a cabo, principalmente, actividades como la música, la conexión a redes sociales, salir con las amistades, chatear en mensajería instantánea, navegar por Internet, practicar deportes y ver la televisión. Manifiestan su preferencia por realizar estas actividades en compañía de las amistades, de la pareja o con compañeros y compañeras.

– Con respecto a los hábitos de consumo de TIC, los y las jóvenes ocupan mayoritariamente este tiempo de ocio en el uso de las mismas, especialmente en soledad, y siendo el dispositivo más utilizado el teléfono móvil.

– Las razones principales aducidas por los y las adolescentes para consumir tecnología, son, por orden de relevancia: contactar con conocidos/as, formar grupos y utilizarla como vía para comunicarse con la familia. Pocas veces se usan para desconectar y evadirse de la realidad.

– Si bien estas tareas no afectan a actividades básicas de su vida diaria (alimentación, higiene…), sí lo hacen con su tiempo de descanso, no durmiendo lo suficiente en bastantes ocasiones, aunque no es percibido como algo negativo para su salud. Asimismo, el uso de las tecnologías afecta a la gestión emocional de los usuarios y usuarias, dado que el control horario de su uso les genera irritabilidad y sienten temor ante la posibilidad de quedarse sin dispositivos.

– La respuesta de la familia ante la prevalencia de uso de las TIC, pasa de la permisividad absoluta a la autoridad. Son las madres las que reaccionan más que los padres ante el consumo de tecnología de sus hijos e hijas, abogando por un uso racional y cambio de tareas asociadas al uso de dispositivos tecnológicos.

– En opinión de los y las jóvenes, su conducta en el contexto familiar y en el entorno social no cambia a causa del uso de las tecnologías. Sin embargo, revelan que en casa se pierden las conversaciones con la madre-tutora y con el padre-tutor, y que prestan más atención a las conversaciones virtuales que a las mantenidas en el mundo físico.

– Se observa cómo las tecnologías influyen en el ámbito educativo, especialmente en la concentración en los estudios, saltándose las normas establecidas en los centros sobre el uso de dispositivos y recibiendo llamadas de atención por utilizarlos en el aula.

El informe, en línea con la Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2024 del Plan Nacional Sobre Drogas (Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, 2018), incide en que para evitar y/o reducir el abuso de la tecnología es fundamental realizar un trabajo preventivo a nivel escolar y familiar, principalmente, mediante el diseño de unas herramientas de trabajo que permitan establecer el perfil de uso, abuso o adicción de la persona que acude a tratamiento en prevención indicada.

Se puede acceder directamente al informe a través del siguiente enlace:

 El uso de las TICS en la adolescencia

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