Necesitamos que se regule cuál es la publicidad de profesionales sanitarios y cuáles son las ofertas fraudulentas.
Los colegios profesionales somos de gran ayuda, ya que ofrecemos información a la Administración sobre los profesionales que cumplen con el criterio y requisitos que exigimos para estar colegiado/a.
Por eso, necesitamos que se haga una clara diferenciación entre los tratamientos que ofrecemos los profesionales sanitarios, que se sitúan en una dimensión de rigor y conocimiento avalado por la comunidad científica, y los que se amparan en la terminología de terapeutas sin ninguna titulación académica. Los pseudoterapeutas nada tienen que ver con un profesional sanitario que ejerce la Psicoterapia y que previamente ha realizado una evaluación y un diagnóstico sometido a niveles de investigación rigurosos y de acuerdo con los manuales de diagnóstico internacional.
Sin embargo, son esos que se autodenominan terapeutas, aunque no tengan la formación necesaria, los que ofrecen esas “pseudoterapias” que venden mayoritariamente en la red. ¿Es este un problema común en el sector? Si se denuncia a estas personas, ¿hasta qué punto esas denuncias tienen una consecuencia directa?
Hay una oferta muy numerosa de falsos terapeutas que utilizan un lenguaje que confunde a los usuarios, como la depresión y la ansiedad y el estrés, adicciones, trastornos de la conducta alimentaria…sin tener conocimientos ni titulación en Psicología o Psiquiatría. Algunos, apoyándose en experiencias personales, se presentan como expertos del crecimiento personal, el autoconocimiento, y el bienestar espiritual u ofrecen terapias milagrosas, captando a personas vulnerables rodeadas de una atmósfera que podría caracterizarse como pseudo-sectaria.
Algunos llenan auditorios ofreciendo charlas con un lenguaje muy estudiado para que cualquier persona se puede identificar con lo que ellos explican, dando consejos que sólo sirven para ese tiempo de escucha, vendiendo libros, audios, cursillos, y generando unos ingresos económicos considerables, parecidos al mercado bibliográfico de la autoayuda.
En algunas ocasiones, los usuarios de estos servicios denuncian y no siempre es favorable. Las pruebas son fundamentales, pero, en ocasiones, los pacientes no tienen suficientes pruebas, carecen de informes.
La Administración tiene que proteger a la población frente a los “falsos” terapeutas porque está en juego su salud mental
¿Es el intrusismo una práctica común en el sector de la Psicología?
La importancia de buscar el bienestar forma parte de nuestra sociedad.
Con el tiempo, la población ha aumentado el nivel de expectativas en torno al bienestar emocional de modo que las personas buscan más ayuda y recurren a servicios que proporcionan bienestar psicológico.
Se recurre al psicólogo/a como algo necesario en determinados momentos de nuestra vida, donde las personas no podemos hacer frente solas al sufrimiento psicológico. Es, en este contexto, donde aparecen amenazas externas relacionadas con el intrusismo.
Pero no son sólo los pseudoterapeutas. Algunas profesiones que comparten un trabajo interdisciplinar con nosotros también acaban ejerciendo funciones propias del profesional de la Psicología. Por ejemplo, en el ámbito de la educación, encontramos la utilización de test psicológicos por profesionales no capacitados para su evaluación; nutricionistas que intentan tratar la anorexia o la bulimia, coaches que ofrecen tratamientos para la depresión, etc.
¿Cuáles, diría entonces, que son las medidas necesarias para frenar estas pseudoterapias?
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Hacer campañas de sensibilización a la población, donde concluyan que con la salud mental no se juega y que conviene que se pongan en manos de profesionales colegiados.
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Que se actualice la ley de publicidad sanitaria, y que se demarquen bien los límites entre los tratamientos del bienestar y lo que es un tratamiento psicoterapéutico ofrecido por profesionales sanitarios.
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Que se regule la Psicoterapia como una herramienta que es propia de nuestra profesión y de la Medicina.
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Regular los espacios de intervención y analizar los límites en relación con otras profesiones.
Actualmente los órganos de gobierno de la profesión de la Psicología solo podemos intervenir sobre personas que se anuncian como psicólogos/as sanitarios/as sin serlo, o en situaciones de formaciones en Psicología fraudulentas informando a las universidades y en temas de mala praxis.
Acciones para la detección de pseudoterapeutas y falsos psicólogos
Terminamos esta entrevista con Rosa Ramos, recordándoos que si detectáis o tenéis conocimiento de prácticas fraudulentas, las comuniquéis:
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