El riesgo de mala salud mental entre los trabajadores españoles en aumento un año después del inicio de la pandemia

2 Sep 2021

Las malas condiciones laborales, tales como los bajos salarios o la inseguridad laboral, tienen un impacto negativo en la salud de los trabajadores españoles, constituyendo un grave problema de salud pública en España. Así lo concluye la encuesta Condiciones de Trabajo y Salud (COTS), realizada por el grupo de investigación POWAH de la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB) en colaboración con el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS) de Comisiones Obreras (CC OO), con el objetivo de evaluar las condiciones laborales y la salud entre los trabajadores de nuestro país.

La encuesta, que evalúa entre otras cuestiones, la presencia de riesgos psicosociales, problemas de sueño y consumo de psicofármacos entre los trabajadores españoles, fue aplicada por primera vez a finales de abril de 2020, con la situación excepcional generada por la pandemia de COVID-19 y ha vuelto a aplicarse nuevamente un año después del inicio de la pandemia a una muestra de 25.100 participantes, lo que permite observar la evolución de estos indicadores en la población española.

 

Autor: energepic.com Fuente: pexels Fecha descarga: 30/08/2021

De acuerdo con los últimos resultados obtenidos en 2021, el 60,6% de los encuestados presenta riesgo de problemas de salud mental derivado de sus condiciones laborales, siendo este porcentaje superior en el caso de las mujeres frente a los hombres (con un 66,9% frente a un 54,8%). Respecto al rango de edad en el que este riesgo es más prevalente es el de los jóvenes hasta los 34 años (con un 68,2%).  A su vez, 4 de cada 10 participantes señala presentar problemas de sueño “muchas veces o siempre durante las últimas cuatro semanas”, siendo este problema más prevalente, de nuevo, en el grupo de mujeres y en el de jóvenes.

La falta de un salario que cubra las necesidades básicas se sitúa como el principal factor que contribuye a este riesgo de mala salud mental y a los problemas de sueño, de forma que entre los encuestados que señalaron que su salario no era suficiente, el porcentaje de personas con riesgo de mala salud mental ascendió a un 73,8%, y el de problemas de sueño a un 51%.

El análisis según el tipo de empleo revela que los/as auxiliares de geriatría y gerocultoras/es se encuentran entre las profesiones con mayor riesgo de mala salud mental (71,4%) y de problemas de sueño (55,7%). Otros empleos en los que el riesgo de mala salud mental está muy presente son los ayudantes de cocina y comida rápida y trabajadores/as de tiendas de alimentación y supermercados.

Alternativamente, el consumo de psicofármacos en el último año para tratar los problemas de sueño, del tipo de tranquilizantes/sedantes y somníferos está presente en el 23,9% de la muestra, mientras que el de analgésicos opioides en el 16,9%. Como era de esperar, las mujeres y las personas con salarios más bajos son las que mayor consumo hacen de este tipo de fármacos. Así, según los resultados del estudio, el 29,6% de las mujeres consumieron tranquilizantes en el último mes y un 21,2% opioides, mientras que el 31,5% de las personas con salarios insuficientes consumieron tranquilizantes y el 24,5% opioides. Las auxiliares técnicas sociosanitarias que trabajan en el domicilio y gerocultoras son las ocupaciones en las que este consumo está más presente, de forma que el uso de tranquilizantes en el último mes es del 40,2% y del 37%, respectivamente, y el de opioides cerca del 40% también en ambos casos.

Al comparar los resultados de 2021 con los de finales de abril de 2020, se observa que, a pesar del avance en el control de la pandemia y de las medidas laborales adoptadas para mitigar su impacto, el riesgo de mala salud mental ha seguido en aumento, sobre todo en las mujeres y en las personas con salarios insuficientes, que han sufrido un incremento del 6,6%, mientras que el consumo de psicofármacos se ha mantenido estable.

Los resultados obtenidos un año después del inicio de la pandemia ponen de manifiesto que las medidas adoptadas son insuficientes y que los problemas de salud mental se mantienen a largo plazo, por lo que resulta imprescindible invertir mayores esfuerzos y mejorar la concienciación social sobre la importancia del cuidado de la salud mental entre los trabajadores.

Se puede acceder al informe en el siguiente enlace:

Condiciones de trabajo y salud tras un año de pandemia

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