ESTUDIO DEL ACOSO PSICOLÓGICO EN LA UNIVERSIDAD PÚBLICA DE GALICIA

13 Nov 2008

M. Ángeles López-Cabarcos, Eduardo Picón-Prado y Paula Vázquez-Rodríguez
Universidad de Santiago de Compostela

El acoso psicológico en el trabajo (mobbing) se define como el repetido y persistente ataque de una o más personas que buscan atormentar, vejar, frustrar, provocar, intimidar, humillar, minar, anular, o cualquier otro comportamiento negativo a otra u otras personas, con el objetivo de destruirlas profesional y personalmente. Esto se traduce en acciones que limitan la capacidad de la víctima para comunicarse libremente y mantener el contacto social, destruyen su reputación personal, desacreditan su actividad laboral, y afectan a su salud física.

Para considerar un suceso como mobbing, tiene que ocurrir de forma frecuente a lo largo de un período de tiempo, y la persona que lo sufre tiene que percibir que está en una situación de indefensión frente a su agresor, excluyéndose así los conflictos pasajeros.

Los datos de la Cuarta Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo elaborada por la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo señalan que el mobbing afecta a un 5% de los trabajadores europeos y a un 2.8% de los españoles. Por sectores, el educativo ha sido señalado como uno de los más afectados por el mobbing, situándose la tasa de afectados en el 7,8%.

 

El estudio sobre mobbing llevado a cabo por los autores entre el Personal de Administración y Servicios (PAS) del Sistema Universitario Gallego (2.517 personas) señala una incidencia del 8,7%. Los resultados del trabajo indican que no existen diferencias estadísticamente significativas entre las víctimas y las no víctimas en ninguna variable de tipo sociodemográfico (sexo, edad), ni presentan diferencias en cuanto a su perfil profesional –funcionario y laboral-.

En general, las conductas de acoso psicológico se pueden agrupar en dos categorías, una formada por ataques hacia la persona y otra relacionada con el desempeño del trabajo. En nuestro estudio, las conductas más frecuentes señaladas por las personas que manifiestan ser víctimas de mobbing tienen por objeto limitar la posibilidad de la víctima para comunicarse adecuadamente, provocando así la exclusión de ésta del grupo y, consecuentemente, el aislamiento social (ataques hacia la persona); y reducir su ocupación laboral y su empleabilidad mediante la desacreditación profesional (ataques relacionados con el desempeño de las tareas).

Aunque dentro de las listas de conductas empleadas para medir el mobbing siempre se recogen comportamientos relacionados con las amenazas físicas, la violencia física directa o el acoso sexual, estos comportamientos casi nunca se sitúan entre las conductas más señaladas por las víctimas. De hecho, la incidencia de la violencia física y el acoso sexual es anecdótica en la mayoría de los estudios empíricos sobre mobbing.

El análisis de conductas sufridas en función de la variable sexo revela que las mujeres de nuestro estudio sufren en mayor medida que los hombres ataques relacionados con las críticas y las evaluaciones negativas de su trabajo, así como bromas y calumnias. Los hombres parecen sufrir conductas más relacionadas con la falta de reconocimiento profesional y la limitación malintencionada de un ascenso. En los análisis llevados a cabo considerando la categoría profesional, los resultados indican que el personal laboral sufre en mayor medida que el personal funcionario conductas de exclusión social, evaluación negativa, injusta y sesgada del trabajo y gestos despreciativos.

En cuanto a las razones esgrimidas por las víctimas para explicar las conductas sufridas, los resultados del estudio indican la existencia mayoritaria de dos tipos de atribuciones, las de tipo organizacional (organización del centro y ambiente laboral malsano) y las de tipo personal (envidia, obtención de resultados superiores a la media, el deseo de desembarazarse de la víctima o el hecho de que ciertos comportamientos de la víctima molesten al agresor). Una de las atribuciones mencionadas más interesantes es el hecho de querer desembarazarse de la víctima, bien porque molesta su comportamiento o bien porque quieren el puesto para otra persona. En la Universidad esto no resulta sencillo debido a la estabilidad laboral que supone trabajar en este sector, tanto para el personal funcionario o el laboral. Este hecho puede provocar una sensación de impotencia y rabia en el agresor y ser el desencadenante del proceso de mobbing.

Depresión, ansiedad, angustia y sensación de impotencia son las principales consecuencias psicológicas sufridas por las víctimas de acoso de nuestro estudio. Aunque resulta claro que los efectos psicológicos son los más graves, este tipo de procesos también afectan físicamente a las personas (e.g. temblores, trastornos endocrinos, náuseas, hipertensión, dolores musculares, etc.).

Ante una situación de mobbing, las estrategias de afrontamiento del problema desde la óptica de la víctima son muy diversas. En nuestro estudio, la estrategia elegida mayoritariamente por las víctimas es no hacer nada (pasiva), hablar con el acosador (activa y asertiva) y ponerlo en conocimiento de la organización o los órganos de representación sindical (denuncia inicial). Resulta curioso que en ningún caso las quejas de las víctimas se materialicen en una denuncia judicial. Suponemos que esto se debe a la dificultad de obtener pruebas objetivas de los ataques, imprescindibles en un juicio de estas características.

A raíz de los resultados alcanzados en este y otros trabajos, la Universidad de Santiago de Compostela, en estrecha colaboración con los autores, ha puesto en marcha un Protocolo de Prevención y Resolución de Procesos de Acoso Psicológico en el Trabajo. La universidad está convencida de que se inicia un camino que no se cierra ni se concluye con este protocolo. Lo emergente de la identificación de este tipo de procesos, la enorme gravedad de sus consecuencias, la escasez de experiencias similares en otros ámbitos universitarios, unido a lo delicado del problema que, además, se relaciona con personas, hace pensar que este protocolo pueda y deba ser modificado en función principalmente de los resultados que se vayan obteniendo tras su aplicación.

El trabajo original en el que se basa este artículo puede encontrarse en la Revista de Psicología del trabajo y de las organizaciones:

López-Cabarcos, M.A., Picón-Prado, E. y Vázquez-Rodríguez, P. (2008). Estudio del acoso psicológico en la universidad pública de Galicia. Revista de Psicología del trabajo y de las organizaciones, 24, 1, 41-60.

Sobre las autoras y el autor:

 

 

 

M. Ángeles López-Cabarcos. Doctora en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Santiago de Compostela, además de especialista en la Gestión Estratégica de las Personas. En la actualidad es Profesora Titular del Departamento de Organización de Empresas de la Universidad de Santiago de Compostela. Sus líneas de investigación están enfocadas en el ámbito del análisis del clima laboral y las condiciones de trabajo, en base a las cuales ha escrito numerosos libros y artículos científicos en el ámbito nacional e internacional. Además es Directora del Aula TIC-PYMEs de la Universidad de Santiago de Compostela y consultora en otras Universidades.

Eduardo Picón-Prado. Licenciado con Premio Extraordinario y Doctor en Psicología por la Universidad de Santiago de Compostela, además de especialista en Comportamiento del Consumidor e Investigación Comercial. En la actualidad trabaja como investigador Parga Pondal en la Universidad de Santiago, centrado en el análisis metodológico y estadístico aplicado a la investigación de mercados y las ciencias sociales. Ha publicado numerosos libros y artículos científicos y es consultor para varias empresas y organismos nacionales.

Paula Vázquez-Rodríguez. Licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Santiago de Compostela. En la actualidad ocupa una plaza de Profesora Asociada en el Departamento de Organización de Empresas y Comercialización de la Universidad de Santiago de Compostela. Una de sus líneas de investigación se centra en el estudio de los procesos de mobbing en las organizaciones, siendo autora de numerosos artículos relacionados con el tema y coautora, entre otros, de los libros «Mobbing. Cómo prevenir, identificar y solucionar el acoso psicológico en el trabajo» y «Mobbing en la Administración Pública. El Sistema Universitario Gallego».

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