ANSIEDAD ANTE LOS EXÁMENES

7 Ene 2009

Pedro Rosário1, José Carlos Núñez2, Ana Salgado1, Julio Antonio González-Pienda2, Antonio Valle3, Ana Bernardo2, Rebeca Cerezo2 y Cristina Joly4

1Universidad de Minho (Portugal), 2Universidad de Oviedo (España), 3Universidad de A Coruña (España) y 4Universidad de São Francisco (Brasil)

La ansiedad ante los exámenes consiste en una serie de reacciones emocionales negativas que algunos alumnos sienten ante los exámenes, pudiéndose notar sus efectos tanto a nivel emocional y psicológico como fisiológico. Por ejemplo, la ansiedad ante los exámenes puede hacer que el estudiante sienta que se le hace un nudo en la garganta, que le tiemblen o le suden las manos, que el corazón lata muy deprisa, que aparezca dolor de cabeza tensional y, si la ansiedad fuera muy elevada, presentar vómitos, diarrea, etc.

 

Los estudiantes afrontan situaciones de gran presión, tales como la adaptación a nuevos profesores y compañeros, el aprendizaje de nuevos contenidos en constante actualización, las reorganizaciones curriculares y las exigentes y selectivas evaluaciones de los aprendizajes. Sin embargo, éstos perciben la situación de evaluación como más o menos amenazadora en función de las diferencias individuales en ansiedad ante los exámenes y de los factores personales y situacionales (p.ej., el dominio del tema evaluado, sus objetivos para la asignatura o el interés de la asignatura). A su vez, las competencias de estudio influencian la preparación del alumno para el afrontamiento de la situación de evaluación. Esta percepción inicial se completa con una interpretación propia de la situación de examen. Dependiendo del grado en que la situación de examen o de evaluación sea percibida como amenazadora, el alumno experimenta un incremento en el nivel de ansiedad y de preocupación centradas en el self y otros pensamientos irrelevantes que descentran al sujeto.

Además de las variables personales indicadas, la ansiedad ante los exámenes se encuentra explicada por otros factores como los familiares, sociales, educacionales, etc., que se encuentran interrelacionados y que contribuyen significativamente en su aparición y mantenimiento. Dentro de este ámbito, algunos investigadores han encontrado relación entre ansiedad ante los exámenes y determinados patrones de interacción padres-hijos así como también los procesos de socialización escolar (por ejemplo, la experiencia acumulada de fracasos, las interacciones punitivas de adultos significativos, la experiencia de crítica mordaz en el aula y la ausencia de apoyo de los profesores, etc.). Todo ello contribuye al desarrollo de una percepción amenazadora de las tareas escolares, al incremento de una motivación dirigida a la evitación del fracaso, en detrimento del interés por aprender, y al desarrollo de un comportamiento de «dejar para más tarde» las obligaciones escolares (procrastination). De hecho, la literatura sugiere que la postergación puede ser un comportamiento de huida al enfrentamiento con la tarea, y una incompetencia en el proceso de autorregulación, siendo la ansiedad uno de sus desencadenantes.

El objetivo del trabajo publicado consistió en analizar el impacto de algunas variables socio-personales (sexo, cursos suspensos, nivel de estudios de la madre y del padre, número de hermanos y notas en matemáticas) sobre la ansiedad ante los exámenes y de ésta sobre el comportamiento de postergación. Se han llevado a cabo dos estudios con dos muestras independientes para evaluar en qué medida los datos obtenidos son consistentes.

Los resultados obtenidos en ambos estudios muestran cierta relación entre dichas variables, si bien el tamaño del efecto es muy pequeño. Todas las variables contempladas en estos estudios, y que se han tomado como predictoras de la ansiedad ante los exámenes, únicamente explican un 16,8% de la varianza total de la ansiedad en el primer estudio y un 12,6% en el segundo. Por tanto, hay que indicar que, aún siendo importantes estas variables a la hora de predecir la ansiedad ante los exámenes, existen otros factores no contemplados en estas investigaciones que realmente son cruciales para explicar dicha ansiedad. Sin embargo, el hecho de que las variables familiares, personales y escolares estudiadas aquí no alcancen a explicar el 20% de la variabilidad de la ansiedad no quiere decir que tales variables sean escasamente relevantes, como podría suponerse en una primera lectura, sino que también pueden existir otras variables mediadoras de la relación entre estos factores.

De todas formas, y en ausencia de otros datos, es posible extraer algunas implicaciones de cara a una intervención preventiva de la ansiedad ante los exámenes, tanto desde el contexto escolar como familiar. En primer lugar, sería importante que los profesores adecuasen su práctica a las necesidades específicas de los estudiantes más ansiosos en las situaciones cotidianas y de examen y, simultáneamente, lleven a cabo actuaciones para la prevención del surgimiento de este problema en otros alumnos.

En segundo lugar, estos resultados también obligan a reflexionar sobre las implicaciones prácticas de la difícil decisión de suspender a un alumno y hacerle repetir curso. Las primeras experiencias de fracaso constituyen un desafío impulsando a los estudiantes a una mayor implicación en la tarea, pues confían en la recuperación escolar. Al revés, varios cursos suspensos tienen un efecto contrario muy negativo, llevando a la falta de implicación de los alumnos en las tareas académicas. La vinculación a un grupo y la presión de pares cuando éstos están centrados en la tarea escolar, puede funcionar como motor de la implicación de los alumnos en el aprendizaje, contribuyendo a mantener niveles de ansiedad adecuados ante los exámenes.

En tercer lugar, los datos aportados por estos estudios también permiten reflexionar sobre la importancia de las prácticas educativas diferenciales y adecuadas a las necesidades del sujeto, no sólo en el aula, sino también en casa. En este ámbito, el proceso de socialización induce a las chicas a exhibir comportamientos ansiosos más frecuentes, con consecuencias en el desempeño en los exámenes y en los niveles de bienestar subjetivo.

Finalmente, aunque es cierto que los exámenes provocan en los estudiantes más ansiedad que cualquier otra cosa de ese contexto, en realidad esto no debería ser así. Existen estrategias y técnicas que pueden enseñarse al alumno para no generar tales niveles de ansiedad ante los exámenes. En realidad, aprender a preparar exámenes es tan importante como aprender el material del propio examen. Ser eficaz a la hora de preparar y realizar exámenes no solamente implica dominar la información, también requiere dominar habilidades específicas para hacerlo. Y ésta es, pues, una tarea especialmente relevante de los Departamentos de Orientación de los centros escolares.

El estudio original en el que se basa este artículo puede encontrarse en la revista Psicothema:
Rosario, P., Núñez, J.C., Salgado, A., González-Pienda, J.A., Valle, A., Joly, C. y Bernardo, A. (2008). Ansiedad ante los exámenes: relación con variables personales y familiares. Psicothema, 20, 4, 563-570.

Sobre los autores:

José Carlos Núñez Pérez es Catedrático de Dificultades de Aprendizaje y Director del Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo. Su docencia e investigación se centra en el campo de las dificultades de aprendizaje y en el de la Psicología de la educación. Es coautor de textos en destacadas editoriales (Pirámide, Pearson, SAGE, Nova Science, Almedina, etc.) así como artículos en revistas nacionales e internacionales. Desde 2004 es miembro de la International Academy for Research in Learning Disabilities (IARLD).

Julio Antonio González-Pienda es Catedrático de Psicología de la Educación en el Departamento de Psicología y vicerrector de Profesorado, Departamentos y Centros de la Universidad de Oviedo. Sus investigaciones se centran en las variables cognitivo-motivacionales relacionadas con el éxito y fracaso académico y las dificultades de aprendizaje, especialmente, en el campo de las matemáticas. En reconocimiento a sus investigaciones y publicaciones , en 2004, ha sido elegido miembro permanente de la International Academy for Research in Learning Disabilities (IARLD) en EEUU.

Antonio Valle Arias es Catedrático de Psicología de la Educación en el Departamento de Psicoloxía Evolutiva e da Educación de la Universidad de A Coruña. Es director de varios proyectos de investigación sobre la motivación y el aprendizaje escolar y el papel de la autoeficacia del profesor en el diseño de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Pedro Rosário es profesor Titular de Universidad del Departamento de Psicología de la Universidad de Minho (Portugal). Es investigador principal de varios proyectos de investigación cuya temática se centra en los procesos de autorregulación del aprendizaje en las diferentes etapas educativas.

Rebeca Cerezo es Becaria de Investigación del MEC. Se encuentra realizando su Tesis Doctoral en el área del aprendizaje autorregulado en la Enseñanza Superior.

Cristina Joly es profesora asociada doctora de la Universidad São Francisco y coordinadora del Programa de Pós-Graduação stricto sensu em Psicologia. Su docencia e investigación se centra en el campo de la evaluación en Psicologia Educacional y Psicologia de la Enseñanza y Aprendizaje. Es editora de la revista Psicologia Escolar e Educacional publicada por la Associação Brasileira de Psicologia Escolar e Educacional (ABRAPEE).

Ana Salgado es psicóloga con una especialización en psicologia escolar y de la educación y alumna del doctorado en psicologia de la educación de la Universidade de Minho, Portugal.

Ana Belén Bernardo Gutiérrez es profesora Titular Interina del Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo. Tanto su docencia como la investigación se centra en las dificultades de aprendizaje y en la psicología de la educación. Ha colaborado en la elaboración de distintos manuales y es autora de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales.

 

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