LOS PERITAJES FORENSES Y LA IMPORTANCIA DE LOS FACTORES CULTURALES – ENTREVISTA A JOSÉ J. LACALLE, EXPERTO EN PISCOLOGÍA FORENSE INTERCULTURAL

30 Jun 2009

La Sociedad Española de Psicología Jurídica y Forense celebrará, los próximos días 19, 20 y 21 de noviembre de 2009, el V Congreso Nacional de Psicología Jurídica y Forense. La quinta edición de este congreso contará con especialistas de prestigio nacional e internacional en el área, uno de ellos es José J. LaCalle.

José LaCalle es licenciado en Psicología por la Universidad de Comillas. En 1965, se traslada a EEUU, donde obtiene el título de Doctor en Psicología Clínica por la Universidad Internacional de EEUU (San Diego, California). Ha desarrollado su actividad laboral como docente e investigador en diferentes universidades, así como en la práctica privada realizando peritajes. Puede decirse que LaCalle es experto en Psicología forense intercultural, puesto que se ha especializado en el trabajo con la población hispana de EEUU, realizando informes periciales en casos de asesinato y crímenes, agresión y acoso sexual, mobbing y discriminación laboral, etc. Por todo ello, Infocop Online ha decidido entrevistarle para sus lectores.

 

ENTREVISTA

En primer lugar, me gustaría agradecerle en nombre de todo el equipo de Infocop e Infocop Online que nos haya concedido esta entrevista. Su increíble trayectoria profesional podría resumirse a grandes rasgos como un español en EEUU que se especializa en Psicología jurídica intercultural, en concreto, en los casos relacionados con la población hispana. ¿Qué es lo que le llevó a interesarse específicamente en este campo?

En 1972, cuando estaba trabajando como psicólogo clínico en una unidad del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California, me encomendaron la función de realizar evaluaciones forenses de criminales hispanos con trastornos mentales. Después de proporcionarme el entrenamiento adecuado, trabajé varios años en ese departamento hasta que decidí abrir mi propia Clínica de Salud Mental para Hispanos con la colaboración de mi esposa Trula, también psicóloga clínica, americana pero bilingüe. Tal y como me decían los abogados y tribunales que solicitaban mis servicios, en aquellos tiempos, era el único psicólogo intercultural hispano que hacía peritajes forenses en California, y uno de los pocos que había en los Estados Unidos. Así que tuve que aprender más (rápidamente) para responder a la creciente demanda, primero en California, y poco después en todo el país, en casos, tanto con responsabilidad penal como civil, en que los hispanos se veían envueltos.

Como experto en el área, ¿cuáles serían los principales factores psicosociales de vulnerabilidad que podrían implicar un mayor riesgo para la salud mental de la población hispana en EEUU?

En primer lugar, el mero hecho de ser emigrante hispano en un país anglosajón implica dificultades de adaptación. En este sentido, si no se tiene capacidad de asimilación, el aislamiento social resultante puede llevar a la depresión. Por otro lado, la discriminación racial y la xenofobia pueden hacer la vida más difícil, requiriendo mucha confianza y seguridad en uno mismo para minimizar su impacto. No obstante, el riesgo principal es la soledad; si no lo creen, vayan a cualquier ciudad americana después de la 7 de la tarde, no verán a nadie. Claro que esto se está solucionando poco a poco, puesto que ahora, que ya hay 50 millones de hispanos en EEUU, comienzan a notarse ciertos cambios en la sociedad.

En los últimos años, se ha interesado especialmente por las creencias religiosas, tradicionales y supersticiosas (santería, curandería, etc.) de la población hispana en EEUU. A su juicio, ¿cuáles son las principales conclusiones?

A nivel filosófico, dichas creencias demostrarían la existencia de una necesidad casi universal del ser humano de crear una mitología que lo salve de los problemas cotidianos y escatológicos.

Desde la óptica de la Psicología forense, la necesidad de conocer las creencias religiosas de nuestros clientes viene determinada por su posible influencia en su comportamiento social y legal. Por ejemplo, ¿cómo influyen tales creencias en un caso en el que el hijo de un Palero Mayor (gran sacerdote de la Palería, secta ocultista Caribeña) mata a un cajero de un supermercado delante de docenas de testigos que lo conocen personalmente, siguiendo los dictámenes de su «espíritu» que lo hace invisible? Este y otros casos, los comentaré con mayor detalle el próximo mes de noviembre en Granada.

Tradiciones, como el deber de sangre y supersticiones como la muñequita vudú, pueden afectar decisivamente a la voluntariedad de ciertas actividades humanas de naturaleza criminal. Un peritaje psicológico adecuado puede ilustrar o incluso explicar la psicodinámica de un crimen cometido bajo esas influencias.

Tras su larga experiencia como psicólogo forense intercultural, ¿qué aspectos de carácter psicosocial influyen con mayor frecuencia en los delitos y crímenes en los que ha trabajado?

 

A este respecto, no hay ninguna revelación del otro mundo: cuna y desarrollo. Cuando se alcanza la mayoría de edad, el criminal, actual o futuro, ya está definido. No soy determinista, ni creo en una divinidad micro-gestionadora; por lo tanto, no digo que esos factores sean inflexibles, pero ciertas personas nacen con tal handicap social (y a veces, handicap genético), que reduce enormemente la probabilidad de poder desarrollar una vida de ciudadano normal y próspero. La influencia negativa del medio ambiente y las injusticias sociales (reales o percibidas) son los factores de riesgo que más frecuentemente facilitan la conducta criminal.

¿Considera que este colectivo presenta problemas de discriminación a nivel judicial? En ese caso, ¿cuáles serían los principales prejuicios a los que esta población puede enfrentarse en un juicio? ¿Y en el trabajo?

En relación a esta pregunta, me referiré únicamente al colectivo hispano en Norteamérica, no al español (no desearía enemigos gratuitamente). El hispano en EEUU suele ser un emigrante o un hijo de emigrantes, perteneciente, de momento, a una etnia minoritaria. La población mayoritaria lo percibe como un peligro para su cultura, a su propiedad y a su estilo de vida. El hispano es, con cierta frecuencia, un blanco fácil de sospechas, quejas y acusaciones.

El sistema judicial y, quizá con mayor frecuencia, los sectores policiales no son inmunes al factor racial. El hispano, incluso el ciudadano hispano, tiene mayor probabilidad de un encuentro desagradable con la policía o con una sentencia adversa en la Audiencia que el ciudadano anglosajón. Sin embargo, es cierto que esta situación ha mejorado inmensamente en mi casi medio siglo de residencia en EEUU. La explosión de pluralidad de etnias en este país, así como el avance en el nivel educativo, profesional y económico de la comunidad hispana en las últimas décadas está influyendo enorme y positivamente en la creciente integración del hispano en los diferentes sectores de la sociedad americana, incluyendo el laboral, político e incluso el judicial. Prueba del cambio es que, probablemente, este verano seremos testigos del nombramiento del primer miembro hispano de la Corte Suprema de los EEUU.

En cuanto al mundo laboral, y admitiendo que aún existen prejuicios y discriminaciones, he sido testigo a lo largo de todo este tiempo del progreso laboral de los hispanos. Aunque el estereotipo del trabajador hispano como campesino o trabajador manual sin especialización aún existe (debido sobre todo a los millones de hispanos ilegales que aún siguen llegando a este país), la realidad es que hay hispanos en todos los niveles de la sociedad americana, incluso en la lista de Forbes 500.

Los tests psicológicos son un instrumento fundamental en los peritajes forenses. En su calidad de experto, ¿cómo influye el hecho de que la mayoría de estos tests hayan sido validados en muestras de españoles cuando se utilizan en la realización de valoraciones psicológicas a inmigrantes?

Estoy de acuerdo que los tests psicológicos son un instrumento «importante», pero no necesariamente fundamental. Considerando la poca calidad de algunos de esos instrumentos, a veces es mejor no usarlos. Varios de los tests usados comúnmente tanto en Psicologia clínica como en forense, tienen poca validez, definida como la capacidad de medir lo que el test se supone que mide. El problema se agudiza cuando incluso los tests más «famosos» carecen de adecuados baremos para la población específica a la que se aplica el instrumento. Tradicionalmente, la población hispana ha sido la gran olvidada en la adaptación y estandarización de los diferentes tests psicológicos y forenses. No obstante, ha sido en la última década cuando, debido a la explosión del uso de estos tests en poblaciones hispanas y, por tanto, debido a una motivación económica por parte de las compañías propietarias de los derechos de autor de esos tests (me refiero a tests tan importantes como el Test de Millon o el MMPI), se han comenzado a adaptar y baremar versiones para la población hispanoamericana, mas allá de las meras traducciones de antaño (perfectamente inválidas).

Por ejemplo, el WAIS III ha sido estandarizado en la población española, pero ¿qué pasa con las demás culturas hispanas? ¿Quién se ha preocupado de baremar y estandarizar los tests psicológico-forenses en la muy diversa población subsahariana? O, ¿qué valor tiene un MMPI estandarizado con una muestra de estudiantes de la Universidad Autónoma de México que se utiliza para evaluar a una india Maya acusada?

El próximo mes de Noviembre acudirá a Granada al V Congreso Nacional de Psicología jurídica y forense, ¿podría adelantarnos cuáles son los principales temas con los que va a participar?

Se me ha concedido el honor de abrir el programa científico del V Congreso Nacional de Psicología Jurídica y Forense con una conferencia titulada «Importancia de los Factores Culturales en los Peritajes Forenses«. No podían haberme sugerido un tema más querido para mí, ya que mi larga carrera de perito forense en los Estados Unidos se ha construido alrededor de este tema: cientos de peritajes en acusaciones tanto a nivel penal como civil, así como cientos de testimonios periciales verbales en California y en varios estados del país. En todos ellos, el factor cultural fue la razón principal para contratarme y también la base fundamental de la decisión judicial del caso.

No voy a descubrir el pastel antes de tiempo, pero sí indicaré que en la conferencia demostraré, con la ayuda de citas de casos reales, la afirmación que acabo de hacer sobre la importancia del factor cultural en la Psicología forense. En mis años jóvenes en España, la sociedad española, al menos en mi tierra, Navarra, era muy homogénea. En mi reciente visita a Pamplona, me sorprendió la rapidez con que esta ciudad se está volviendo multiétnica y multilingüe. Mi experiencia americana ciertamente se va a poder aplicar a la situación actual de la administración de la Justicia en España.

Para finalizar, ¿le gustaría añadir algo más?

No me gustaría que mis comentarios sonaran demasiado negativos. La Psicología jurídica y forense ha avanzado a pasos de gigante en España, así como en muchas de las naciones hispanoamericanas, en los últimos diez años. Me considero un privilegiado por haber podido contribuir a este progreso personalmente, con conferencias, congresos y talleres en España e Hispanoamérica durante la última década.

Si quieren ver lo que un psicólogo forense hispano puede hacer en la actualidad y, probablemente, en los próximos diez años en España, visiten mi página Web (www.lacalle.com) y vean lo que otro psicólogo forense hispano ha hecho en los últimos 40 años en Norteamérica. La ventaja es que, así, se pueden evitar los errores que cometimos, aunque éso quizás sea

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