LA INFLUENCIA DE LA CARGA MENTAL DE TRABAJO EN EL BIENESTAR LABORAL

9 Sep 2009

Gladys Rolo, Dolores Díaz y Estefanía Hernández
Universidad de La Laguna (Tenerife)

El bienestar físico y psicológico de las personas se ve afectado por las condiciones generales del trabajo, por lo que las consecuencias derivadas de las exigencias cognitivas de los puestos adquieren una especial relevancia como resultado de las nuevas formas de organización del trabajo, así como de los recientes avances tecnológicos. En este contexto, el concepto de carga mental adquiere una importancia significativa para la prevención de riesgos laborales.

La carga mental hace referencia a la incapacidad o dificultad de respuesta cuando las exigencias asociadas a las tareas (p. ej., atención, memorización, ritmo, etc.) sobrepasan la capacidad del trabajador. Este desequilibrio entre demandas y capacidades deriva habitualmente en un incremento de la fatiga mental, una reducción de la atención, lentitud de pensamiento y, en ocasiones, un aumento en el número de errores, olvidos y confusiones que incrementan la probabilidad de ocurrencia de accidentes laborales. En cualquier caso, supone siempre una disminución del desempeño. Tampoco debe minusvalorarse su impacto negativo en la motivación laboral y la autoestima, así como sobre la estabilidad emocional (con un incremento de la irritabilidad y la ansiedad), las alteraciones somáticas y del sueño o el aumento en el consumo de sustancias nocivas.

 

En el estudio del impacto de la carga mental sobre el desempeño de los trabajadores, se utiliza una gran diversidad de procedimientos y/o instrumentos de medición. Todo procedimiento ha de tener como objetivo fundamental obtener una apreciación lo más ajustada posible de la situación de sobrecarga o subcarga mental a la que está sometido el trabajador. Esto implica, por un lado, analizar un número suficiente de factores asociados a la carga del puesto, como nivel de atención y tiempo que debe mantenerse la misma, ritmo de trabajo o repercusiones de los errores. Por otro, en la medida que la carga mental tiene que ver con el ajuste persona-puesto, el análisis de su dimensión subjetiva se convierte en criterio ineludible. No obstante, es necesario señalar que los instrumentos de medida de carga mental disponibles en el mercado no son de uso plenamente generalizable, ya sea porque se orientan a la evaluación de puestos concretos, para sectores laborales específicos o, incluso, para puestos de empresas determinadas.

El objetivo del trabajo que aquí se refiere ha sido la elaboración de una escala de valoración de la carga mental subjetiva, denominada ESCAM, que pueda ser utilizada indistintamente para la evaluación de la carga mental tanto en puestos de producción como de servicios. La ESCAM está compuesta por 20 ítems que evalúan cinco dimensiones diferentes: (a) demandas cognitivas y complejidad de la tarea, (b) consecuencias para la salud, (c) características de la tarea, (d) organización temporal y (e) ritmo de trabajo. Además, se recoge información sobre características de los participantes (p.ej. edad, sexo, cualificación o formación), datos laborales (puesto, antigüedad, experiencia), así como de condiciones ambientales y organizacionales en las que se realiza el trabajo. El carácter multidimensional de la ESCAM permite obtener una puntuación total de carga mental y un perfil particularizado a partir de sus cinco dimensiones. Como escala subjetiva asume la alta relevancia de las percepciones del trabajador, de su competencia y formación, factores todos ellos que determinan la valoración de la dificultad o nivel de esfuerzo requerido por la tarea, o lo que se denomina experiencia de carga (Pickup, Wilson, Norris, Mitchell y Morrisroe, 2005).

La obtención de resultados negativos, ya sea por sobrecarga o infracarga, en alguna o todas las dimensiones de carga mental, indica la necesidad de rediseñar el puesto de trabajo analizado, con el fin de minimizar la carga mental. El rediseño de puestos debe estar orientado desde una perspectiva ergonómica y desde una orientación organizacional-motivacional. La intervención de carácter ergonómico implica la implementación de dos tipos de estrategias complementarios. Por un lado, la modificación de las condiciones ambientales y temporales de trabajo (a través del rediseño del espacio de trabajo, la flexibilización y reorganización del ritmo de trabajo, etc.). Por otro lado, desde un enfoque de ergonomía cognitiva, se requiere la mejora de la transmisión y contenido de la información necesaria para el desempeño del puesto. Un ejemplo de lo anterior puede hallarse en la implantación de programas informáticos más amistosos y funcionales. La intervención organizacional-motivacional implica la mejora de los canales de comunicación y coordinación tanto a nivel vertical (p.ej., mandos y subordinados), como a nivel horizontal (p.ej., entre departamentos). Asimismo, supone cambios en la organización y planificación del trabajo mediante, por ejemplo, la redistribución de tareas entre puestos. Otra estrategia relacionada con el diseño de puestos desde una perspectiva motivacional es, por ejemplo, el enriquecimiento de los puestos de trabajo.

La principal utilidad de la ESCAM, a diferencia de otros instrumentos, consiste en que a partir de los resultados obtenidos se pueden crear criterios que permitan valorar la carga mental en los puestos evaluados mediante comparación con su grupo de referencia. Además, se trata de una medida de lápiz y papel no invasiva que se cumplimenta en pocos minutos, cuyos ítems son fácilmente comprensibles y están anclados en las situaciones típicas de trabajo. Todo lo anterior hace que los profesionales tengan a su disposición un instrumento breve, fiable que les permitirá evaluar la carga mental subjetiva de trabajo tanto de personas como ocupaciones. Datos iniciales sobre la ESCAM han sido publicados recientemente por nuestro grupo (Rolo González, Díaz Cabrera y Hernández Fernaud, 2009). No obstante, con el fin de conseguir una medida de carga mental con una estructura más sólida, continuamos trabajando en la mejora de la escala mediante la ampliación de las dimensiones explicativas, al mismo tiempo que se estudia la relación con otras variables y se generan puntuaciones externas de comparación.

Referencias:

Pickup, L., Wilson, J.R., Norris, B.J., Mitchell, L. y Morrisroe, G. (2005). The integrated Workload Scale (IWS): A new self-report tool to assess railway signaller workload. Applied Ergonomics, 36, 681-693.

El artículo original puede encontrarse en la Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones:

Rolo González, G., Díaz Cabrera, D. y Hernández Fernaud, E. (2009). Desarrollo de una Escala Subjetiva de Carga Mental de Trabajo (ESCAM). Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 25, 1, 29-37.

Sobre las autoras:

 

Gladys Rolo González. Doctora en Psicología. Profesora Titular de Psicología Social en la Universidad de La Laguna. Imparte docencia en las asignaturas de Ergonomía y Psicología de las Organizaciones. Las principales líneas de investigación en las que participa se centran en el área de salud y seguridad en las organizaciones, evaluación de riesgos psicosociales y calidad de vida. Imparte docencia en diferentes másteres y posgrados en el ámbito de prevención de riesgos laborales, recursos humanos e intervención psicosocial.

Dolores Díaz Cabrera. Catedrática de Psicología Social en la Universidad de La Laguna. Imparte docencia en las asignaturas de Psicología Social del Trabajo, Gestión de Recursos Humanos y Análisis del Trabajo. Sus principales líneas de investigación se centran en cultura y seguridad en las organizaciones, evaluación de riesgos psicosociales, evaluación del desempeño, y calidad de vida. Imparte docencia en diferentes másteres y posgrados de diversas universidades españolas en el ámbito de la prevención de riesgos laborales y de los recursos humanos.

Estefanía Hernández-Fernaud. Doctora en Psicología. Profesora Contratada de Psicología Social en la Universidad de La Laguna. Imparte docencia en las asignaturas Psicología Social del Trabajo, Gestión de Recursos Humanos, Psicología de las Organizaciones y, en diferentes másteres y posgrados en el ámbito de la prevención de riesgos laborales y de los recursos humanos. Las líneas de investigación en las que participa se refieren a salud y seguridad en las organizaciones, evaluación de riesgos psicosociales, evaluación del desempeño, así como calidad de vida relacionada con la salud. 

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