META-ANÁLISIS SOBRE LOS PERFILES DE RIESGO EN EL BULLYING DURANTE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA

17 Sep 2010

Recientemente, la revista School Psychology Quarterly ha publicado un meta-análisis sobre el perfil psicosocial de vulnerabilidad propio del acoso escolar o el bullying y de las víctimas del mismo. Para ello, de un total de 1.622 estudios realizados desde 1970, se seleccionaron 153 trabajos de investigación que cumplían los criterios metodológicos establecidos a priori.

El bullying se considera un tipo de comportamientos agresivo que se caracteriza por un constante abuso de poder, asociado a actos intencionados yu de agresión física y verbal (insultos, amenazas…), pero también de agresividad en las relaciones sociales (aislamiento social, generación de rumores…), y conductas agresivas a través de las nuevas tecnologías (envío de mensajes o imágenes hiriente a través del teléfono móvil o del correo electrónico). La relevancia de este problema viene determinada por dos aspectos: por un lado, por su elevada prevalencia, puesto que se estima que entre un 10% y un 30% de los niños y los adolescentes están implicados en dicho problema; pero también por las consecuencias que tiene tanto para el bully o el chico que agrede (problemas legales en el futuro, trastornos psicológicos, abuso de sustancias…) como para la víctima (por ejemplo, problemas psicológicos relacionados con la ansiedad y la depresión, baja autoestima, aislamiento social, entre otros). 

Sin embargo, la mayoría de los programas de prevención y tratamiento de este problema presentan una eficacia limitada que, según los autores, se debe a dos razones principales. En primer lugar, existe poco conocimiento empírico de los factores de riesgo de la víctima y del bully; y, en segundo lugar, suele dicotomizarse el perfil (agresor vs. víctima), cuando la realidad evidencia que además existen chicos que son agresores y víctimas a la vez.

Por todo ello, los autores de esta revisión meta-analítica, se han planteado el objetivo de esclarecer el perfil de riesgo de agresores, víctimas y agresores-víctimas desde una perspectiva ecológica (es decir, teniendo en cuenta tanto factores individuales de vulnerabilidad como sociales) para poder diseñar programas de prevención e intervención más individualizados que permitan optimizar su eficacia.

Los principales resultados de este meta-análisis evidencian que:

  • El perfil típico del chico agresor se caracteriza no sólo por un comportamiento manifiesto o externo de carácter disruptivo y desafiante, pero también problemas de carácter más interno como la presencia de actitudes negativas hacia las otras personas, una autopercepción negativa de sí mismo, déficit en las habilidades de solución de problemas y bajo rendimiento académico. Además, suelen provenir de una familia con conflictos en la que sus progenitores habitualmente tienen poco control sobre su hijo, el chico percibe que el clima de su escuela es negativo y suele dejarse influir negativamente sus iguales.
  • Por otro lado, la víctima presentaría principalmente alteraciones de carácter más interno. Estos chicos habitualmente presentan una baja autoestima, con actitudes y creencias sobre ellos mismos muy negativas, además suelen presentar un déficit de las habilidades sociales y de resolución de problemas. En cuanto a su contexto social, también suelen provenir de un ambiente familiar y comunitario negativo y perciben el clima escolar de manera muy negativa, sufriendo claramente aislamiento social por parte de sus iguales.
  • Finalmente, el perfil mixto del chico que es víctima y agresor a la vez se caracterizaría principalmente por la presencia tanto alteraciones de la conducta manifiesta como de carácter más interno. Estos chicos no sólo tendrían actitudes y creencias negativas sobre las otras personas, sino también sobre sí mismos. Del mismo modo, suelen presentar un déficit de las habilidades sociales y de resolución de problemas, así como su rendimiento académico suele ser bajo, sufren aislamiento social y los iguales con los que se relacionan les influyen negativamente.
  • En cuanto a la influencia de variables moderadoras, se constata la importancia del sexo y la edad. Así, los chicos suelen estar implicados en problemas relacionados con el acoso escolar (ya sean agresores y/o víctimas) que las chicas. Del mismo modo el comportamiento del bully y de la víctima es también diferente en función de la edad. Así mismo, se ha visto la importancia del contexto social (familia, escuela y comunidad) para incrementar el riesgo o la protección hacia este problema.

Consecuentemente, los autores recomiendan que los programas de prevención y tratamiento del bullying no han de ser universales, sino que han de ser multicomponente, individualizados e integrales. Es decir, el diseño de este tipo de programas habría de intervenir, no sólo a nivel individual, sino también a nivel familiar y escolar. Así mismo, tanto el agresor como la víctima se beneficiarían de programas de intervención individualizados en función de las variables de riesgo que se presenten en cada caso concreto.

Referencia:

Cook, C.R., Williams, K.R., Guerra, N.G., Kim, T.E. y Sadek, S. (2010). Predictors of bullying and victimization in childhood and adolescence: A meta-analytic investigation. School Psychology Quarterly, 25(2), 65-83.

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