Si además la discapacidad se acompaña de enfermedad mental o déficit intelectual, el riesgo de estos niños para sufrir violencia sexual se ve incrementado notablemente (4,6 veces mayor).
El informe también señala que el estigma social, la discriminación, la falta de apoyo de los cuidadores y el desconocimiento acerca de la discapacidad son factores que aumentan la probabilidad de sufrir violencia en este colectivo. Asimismo, la institucionalización de los niños con discapacidad es otra variable que influye en el aumento del riesgo de violencia.
Según una nota publicada en la página Web de la OMS por el doctor Etienne Krug, director del Departamento de Prevención de la Violencia y los Traumatismos y Discapacidad de la OMS, "Los resultados de esta revisión demuestran que los niños con discapacidad son desproporcionadamente vulnerables a la violencia y que sus necesidades se han desatendido durante demasiado tiempo". E. Krug remarca además la necesidad de elaborar un plan de acción para prevenir la violencia y minimizar sus consecuencias.
A este respecto, la OMS insta a realizar investigaciones sobre el maltrato en niños con discapacidad, buscando medidas de prevención eficaces. Como referencia, menciona las acciones de prevención del maltrato infantil en general indicadas en las guías: "Preventing child maltreatment: a guide to taking action and generating evidence" (Prevención del maltrato infantil. Guía para tomar medidas y obtener datos de investigación) y "Violence prevention: the evidence" (Prevención de la violencia. Los datos de investigación).
Tal y como informamos hace tiempo desde Infocop, en el primer Informe Mundial sobre la Discapacidad de la OMS también se proporcionan datos destinados a la formulación de políticas y programas innovadores que mejoren las vidas de las personas con discapacidad, y ofrece recomendaciones para promover la adopción de medidas eficaces a nivel sociosanitario y educativo, así como el cumplimiento de los derechos de las personas que tienen discapacidad, protegiéndolos de cualquier riesgo de violencia.
Para consultar el estudio, pincha aquí: The Lancet