PSICÓLOGO DE APOYO EN EQUIPOS QUE TRABAJAN CON MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO – ENTREVISTA

25 Nov 2005

La Cruz Roja Española (CRE) ha puesto en marcha recientemente un Servicio Público de Teleasistencia Móvil para víctimas de violencia de género. Los objetivos principales de este servicio son la atención inmediata a las víctimas en situaciones de emergencia desencadenadas por la situación de violencia, y la facilitación de un medio de comunicación accesible con el centro de atención, a través de un teléfono móvil, que permite la localización de la usuaria por GPS.

El equipo de atención directa a las víctimas se compone de 5 psicólogas, que trabajan en turnos, con el fin de garantizar la atención a las víctimas 24 horas al día, 365 días del año. Una de las novedades que incorpora este proyecto es que incluye la figura del psicólogo de apoyo al equipo como parte indispensable del proceso de atención. Esta figura de apoyo garantiza que el equipo de psicólogas recibe el apoyo emocional necesario y cuenta con el espacio físico (y psicológico) en el que compartir la carga emocional que se genera en los profesionales que atienden a este tipo de colectivos. Con esto se previene, a medio y largo plazo, que puedan desarrollar sintomatología relacionada con esa carga.

Araceli Luque, psicóloga de apoyo al equipo del Servicio de Teleasistencia, y Silvia Abad, María Abengózar, Ana Mª. Calvo, Mª: Jesús Martín y Aida de Vicente, psicólogas que componen el equipo de Teleasistencia, relatan a Infocop On-Line cómo está siendo esta experiencia.

¿Cuál está siendo la labor de estas psicólogas en relación a la violencia de género?

Atendemos a la mujeres víctimas de violencia de género en situaciones de crisis. Atendiendo estas situaciones, ayudamos y colaboramos en la recuperación de las mujeres hacia una vida independiente, en la que se procura que la protección esté garantizada.

¿Qué tipo de dificultades encuentran en el desarrollo de su trabajo?

Principalmente nos encontramos con dificultades relacionadas con la carga de trabajo. Algunas de las alarmas exigen gran esfuerzo por nuestra parte debido a que se presentan situaciones de crisis de angustia complicadas, cuya solución implica múltiples factores que quedan fuera de nuestro alcance. Eso genera cierta frustración que hay que aprender a manejar y a la que hay que dar salida.

Adicionalmente, encontramos las dificultades comunes de cualquier trabajo que suponga una relación de ayuda, con la particularidad de que se realiza a través del teléfono, que es un recurso intermedio.

¿Cómo valoran el desarrollo del proyecto? ¿Qué objetivos se están logrando?

En cuanto a la atención a las víctimas, el desarrollo está siendo bueno, quizás lento en cuanto al número de usuarias, pero este ritmo nos ha permitido hasta ahora garantizar una buena calidad de la atención psicológica. Las usuarias nos trasmiten que, además de la seguridad, lo que más les agrada es la calidez humana con la que son atendidas, que aunque seamos personas desconocidas para ellas, siempre les resulta agradable pulsar una alarma sabiendo que van a ser bien atendidas.

En cuanto a la intervención relacionada con el apoyo al equipo, todavía es pronto para referirnos a logros, puesto que hemos iniciado esta intervención en el mes de julio y habrá que esperar para constatar resultados. Pero hasta ahora, el espacio para el equipo tiene buena acogida.

Entendemos que el trabajo con este tipo de poblaciones puede suponer, en algunos momentos, una carga emocional que sobrepase los recursos del personal que trabaja con ellas. Es ahí donde entra en juego el trabajo del psicólogo de apoyo al equipo. ¿Qué labor de apoyo se desarrolla con este equipo de psicólogas?

Durante este tiempo, a través de la escucha activa, nos hemos iniciado como grupo cuyo objetivo es proveer al equipo de un espacio físico y psicológico para «ventilarse». Se trata de que desde el propio grupo se creen las estrategias para «sentirse bien» en y con el trabajo que se realiza diariamente.

¿Cómo valoran el desarrollo del proyecto con estas profesionales?

En nuestra opinión, este tipo de proyectos debería de estar presente en todos aquellos casos en que existan equipos de profesionales, o profesionales aislados, que estén interviniendo con colectivos de alta vulnerabilidad. Enfrentar las situaciones de dolor, angustia, frustración, crisis… de otros seres humanos requiere que el profesional desarrolle habilidades que le permitan que las situaciones de alta carga emocional no sobrepasen sus propios recursos. Tiene que aprender a cuidarse y conocer sus fortalezas y también sus limitaciones. Esto es algo que, hoy por hoy, no se enseña en las facultades de Psicología. Por tanto, consideramos que estos primeros pasos hacia la incorporación de proyectos de este tipo son muy satisfactorios, y que el futuro tiene que encaminarse a convertirlos en «asignatura obligatoria» en cualquier programa o proyecto que suponga cargas emocionales grandes y que quiera proteger la salud de los profesionales.

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