“Muchos de los problemas que suceden entre las paredes de las aulas las debería resolver el psicólogo educativo en su papel como orientador y no otro experto. El psicólogo es el profesional indicado por su preparación, para fomentar una buena salud mental y emotiva de los alumnos”, explica el coordinador del área de psicología de la educación del COP. Hermida, señala que “una de las funciones del psicólogo educativo es la de detectar problemas como el autismo, la dislexia o la hiperactividad y eso no lo puede hacer el profesor de matemáticas”. Es por ello, afirma Vilajoana, que “es imposible separar educación de salud”.
Otros problemas graves dentro de los centros educativos son: el del fracaso escolar, el bulling y el ciberacoso. “España es uno de los países con un índice mayor de abandono escolar de la Unión Europea. No se puede pensar que el psicólogo educativo va a terminar con el fracaso escolar ya que éste afecta a toda la estructura del sistema educativo, pero sí puede paliarlo”, apunta Hermida.
“Cuando un alumno fracasa en sus estudios hay que preguntarse por qué y tratar de buscar soluciones”, apostilla Vilajoana, ya que “muchas veces hay problemas de autoestima o un conflicto familiar grave que impide al alumno desarrollar sus capacidades con normalidad y en esas ocasiones tiene que intervenir el psicólogo educativo para ayudarle a lidiar con las emociones que pueden generar”. Respecto al bulling, continúa Vilajoana, “lo más eficaz es la prevención pero cuando se detecta un problema de acoso hay que prestar atención psicológica tanto a víctimas como acosadores”.
Por todo esto, ambos psicólogos defienden la necesidad de crear canales de actuación concretos para poder desempeñar su función adecuadamente así como que existan verdaderos equipos multidisciplinares donde cada profesional tenga unas funciones determinadas de acuerdo con sus conocimientos.
Vilajoana por su parte opina que si “los psicólogos educativos sobreviven es por la demanda de la sociedad y no por el apoyo o facilidades de la administración”. “Los padres cuando van a las escuelas piden hablar con un psicólogo porque entienden que es el experto que puede ayudarles a resolver los problemas de aprendizaje o emocionales de los alumnos”, argumenta. “Hay que ejercer presión tanto a nivel estatal como autonómico para exigir que se respete la figura del psicólogo en el campo de la educación”, sentencia el coordinador del área de psicología de la educación del COP. |